El tataranieto boliviano del Gran Mariscal de Ayacucho
Don Atilio Sucre tiene 80 años y es profesor jubilado. Su tatarabuela Manuel Rojas fue estudiada por Elvira Zilvetti, quien presentó su primer trabajo en 1966 ante el Instituto Boliviano de Genealogía.
Seguramente dentro de las conmemoraciones del nacimiento del Gran Mariscal no estaba presente ningún pariente del mismo, que sí los hay: en Cumaná, Guyana y en Caracas, especialmente los descendientes directos de Margarita Sucre, José Manuel Sucre, Juan Manuel Sucre y José Jerónimo Sucre, y si a ellos no los invitaron, con mayor razón no estaba presente Don Atilio Sucre de Rojas, el tataranieto boliviano del Gran Mariscal.
En efecto, las investigaciones genealógicas han demostrado la descendencia que tuvo el Gran Mariscal de Ayacucho en Bolivia, producto de una relación que tuvo con Manuela Rojas, natural de Tarija, y esta historia salió a la luz para América Latina producto de una visita que hizo Telesur a Bolivia, donde apoyados por el escritor Ramón Rocha Monroy se estableció el contacto con Sucre, específicamente en la localidad de Punata, a 45 kilómetros de Cochabamba, una de las principales ciudades de Bolivia.
Desde luego, esta información es producto de un seguimiento que hemos hecho hasta llegar al Gran Mariscal, y es así como nos contactamos con Rocha Monroy, Premio de Novela Alfaguara con su novela Potosí 1600, quien nos entregó la principal pista hasta que llegamos al paradero de Atilio Sucre, el tataranieto reconocido del Gran Mariscal, quien actualmente tiene 80 años y es muy querido por la comunidad de Punata.
Y hoy, 4 de febrero, por primera vez se sabe el nombre de Atilio Sucre y Rodo en Cumaná, cuna de su tatarabuelo, el Gran Mariscal de Ayacucho, por lo tanto el maestro jubilado es un nuevo hijo que tiene la Primogénita del Continente, ya que es el heredero de sangre del militar más importante de toda la historia latinoamericana, y para saber más de sus orígenes nos remitiremos a lo que nos relata Ramón Rocha Monroy, abogado, periodista y escritor boliviano, quien nos expone los pormenores de la genealogía de Sucre en Bolivia:
Un descendiente de Antonio José de Sucre en Bolivia
El 18 de abril de 1828 se amotinó la guarnición alojada en el Convento de San Francisco, de Chuquisaca, y muy temprano se dirigió allí el Presidente de Bolivia, General Antonio José de Sucre, prácticamente solo, sin escolta. Sucre ingresó al convento espada en mano, y un soldado le descerrajó dos tiros: uno le dio en el brazo derecho y otro le rozó la cabeza. Se retiró de inmediato al Palacio de Gobierno y allí cayó del caballo. La herida en la cabeza era leve, pero la del brazo le demandaría varias operaciones para extirparle 14 astillas de hueso en una época en que no había anestesia. Para colmo, el motín, que era parte de una conjura internacional, desató la invasión del general peruano Agustín Gamarra, quien con la complicidad de algunos militares bolivianos logró llegar hasta Chuquisaca. Como decía Sucre, no lo hubiera hecho si permanecían en Bolivia los miembros del Ejército Libertador, que por entonces eran evacuados hacia el norte. Gamarra hizo tomar preso a Sucre, y ordenó llevarlo como rehén, sin respetar su condición de herido, mientras batía al ejército boliviano, conducido por un mal militar, el general boliviano José María Pérez de Urdininea, que se rindió sin disparar un tiro, como que fue procesado más tarde. Así obligaron a Sucre a dejar el gobierno el 2 de agosto de aquel año, a emigrar al norte y a ordenar la salida del país de los últimos militares libertadores.
Sin embargo, hubo un acontecimiento venturoso en esos días de dolor, porque a principios de junio, una bella boliviana, natural de la ciudad sureña de Tarija, llamada Manuela Rojas, le dio un hijo al Mariscal, que él llevó a la pila de bautismo. De este modo, Pedro César de Sucre Rojas se convirtió en su descendiente reconocido.
La partida de bautismo dice lo siguiente:
«‘En el año del Señor de mil ochocientos veinte y ocho, día diez de junio, Yo el Teniente del Señor Cura Rector Propio, de este Sagrario de Guadalupe D.D. Manuel Antonio Flores, Bauticé, puse Óleo y Crisma a Pedro Cézar, del día 7, hijo natural del Señor General Gran Mariscal de Ayacucho, Excelentísimo Señor Antonio José de Sucre, y de la Sra. Da. Manuela Rojas, natural de Tarija; Fue Padrino el Señor Coronel retirado Dn. Ramón Molina su Edecán, natural de Colombia y vecino de esta Capital, quien supo su obligación y parentesco espiritual, para que conste la firmó. Dr. José Higueras.»
Al escribir la novela ¡Qué solos se quedan los muertos! (540 páginas sobre la vida de Antonio José de Sucre) pude obtener un estudio genealógico escrito por la profesora boliviana Elvira Zilvetti de Peñaranda, en el cual sigue la descendencia del Mariscal hasta su tataranieto, don Atilio de Sucre Rodo, de 80 años, que ahora vive en la localidad de Punata, a 40 kilómetros de la ciudad de Cochabamba. Don Atilio nació en San Lorenzo, departamento de Tarija; fue maestro rural y como tal director de las Normales Rurales de Vacas y de Paracaya, esta última muy próxima a Punata. Allí se casó con la señora Nelly Montaño, con quien actualmente vive. Sus orígenes son los siguientes:
* Antonio José de Sucre y Manuela Rojas fueron padres de Pedro César de Sucre, que engendró a José Antonio de Sucre, quien engendró a Julio de Sucre Villafuerte, casado con Pastora Rodo, de quien desciende Don Atilio de Sucre Rodo, a quien tengo el honor de conocer y frecuentar, paso a paso, desde que comencé a escribir mi novela.
Don Atilio tiene la siguiente descendencia: Julio, Antonio José, Julio y María Teresa, todos de Sucre Montaño.