Opinión Nacional

El tango de siempre

Cierre los ojos. Ábralos en 1989, o en 1979. Comprobará que ocurría lo mismo que hoy sucede, solo que para esa fecha usted no adivinaba el abismo hacia el que avanzábamos a paso de vencedores. Por esos años, emprendimos con éxito la tarea de destruir AD, Copei y el MAS. Como en aquellos tiempos ahora a nuestros pobretones partidos de la mesa hoy los están pulverizando con la ayuda de Chávez, claro. El otro día, Chávez, que repite argumentos de miembros de la oposición, hablaba de la privatización de las primarias, y este jueves leía por televisión las noticias sobre la pelea a cuchillo en la oposición. Chávez confía en la estupidez opositora. No todo es un panorama negro. Por lo menos los abstencionistas hoy son solo divisionistas, y todos de la boca para afuera dicen que “los partidos son imprescindibles”. Pura paja, ya hablan también de cogollos, etc. ¿Qué ocurría hace 20 años? Se oponía la sociedad civil, una entelequia inventada por un marxista, Gramsci, a los partidos, unas instituciones. La crítica a los partidos no buscaba que surgieran nuevos partidos, o reformar los que existían, sino quitarlos del medio. Como se sabía que los partidos no surgían de un discurso por televisión y requerían largo tiempo para fundarlos, se buscaba un atajo, un outsider. También se rechazaba la trabajosa tarea de reformar a los partidos, democratizarlos. Se inventó el mito de que algunos representaban a los independientes; tenían el derecho de hablar por esos millones de venezolanos. Esa estrategia logró desprestigiar a los partidos y candidaturas como la de Irene Sáez y, por fin, el triunfo de Chávez, el perfecto candidato antipartido, el outsider ideal, un militar. ¿Cuál fue el mérito del Pacto de la Moncloa en España, Punto Fijo en Venezuela y la Concertación en Chile? Pues que los firmantes cumplieron lo acordado. Comunistas y falangistas en España; adecos y copeyanos en Venezuela; Socialistas, liberales y democratacristianos en Chile respetaron lo que se había firmado. Nadie ha intentado demostrar que los acuerdos de la Mesa de la Unidad Democrática hayan sido violados, pero a los pocos meses de aceptar las bases de la mesa dicen: “Si no soy candidato, no cumplo ningún acuerdo”. A continuación piden primarias y no presentan candidatos, o repiten el discurso de los cogollos. Las bases de la Mesa de la Unidad Democrática aceptaban hacer primarias cuando fuera necesario, a falta de un consenso, y reconocían el poder electoral de los partidos al designar los candidatos por lista. A los cuatro meses de firmar los acuerdos, los han vuelto papel mojado. ¿Qué ocurrirá en el futuro cuando la oposición intente obligar a Chávez a respetar la Asamblea, o intente tener una estrategia común? Si no logramos lo pequeño, los acuerdos electorales, ¿cómo imaginar que se obtendrá lo mayor, un proyecto compartido de país? ¿Quién afirmó aquello de que el hombre es el animal que tropieza dos veces con la misma piedra? Mentira, es el único que cien veces intenta agarrarse el coroto sin fundar partidos, sin votos. Sueñan con otra Irene Sáez, un Berlusconi, un Chávez, un premier tailandés. Ya contrataron un experto en mercadeo, uno en imagen y dos encuestadores. ¡Dios mío! Cierta dirigencia no está a la altura histórica del momento. ¿En realidad toman en serio a Chávez? No todo en política es imagen, show y hablar bonito. 20 años no son nada.

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