El Silicon Valley venezolano
Silicon Valley es una región al sur de la Bahía de San Francisco, en los Estados Unidos, que se ha hecho conocida mundialmente porque ha devenido en las últimas cuatro décadas en sinónimo de innovación, emprendimiento, alta tecnología y generación de riqueza. Allí se conecta como en pocas partes del mundo la investigación y el desarrollo comercial de nuevos productos. La prestigiosa universidad de Stanford, entre otras, nutre y se alimenta al mismo tiempo de Silicon Valley. Allí nacieron el microprocesador y la microcomputadora entre muchos otros inventos. Se estima que alrededor de un tercio del total de las inversiones de alto riesgo (“venture capital”) en los Estados Unidos tiene lugar en esa zona, que concentra hoy miles de pequeñas, medianas y grandes empresas, y a cientos de miles de profesionales altamente especializados. Su población de alrededor de 3 millones de habitantes tiene un producto per cápita de más de 80 mil dólares. En Silicon Valley se han hecho también grandes fortunas. Es así que 22 de las empresas listadas en Fortune 500 como las más grandes del mundo, están basadas en ese valle.
Venezuela tiene también su Silicon Valley. Se trata de Cadivi, el sistema de administración de divisas del gobierno socialista. Al igual que en California, allí también aparecen, bajo su sombra, numerosas nuevas empresas que se crean de la noche a la mañana. En California las conocen como “Start-ups”. En Venezuela las llaman “empresas de maletín”. En el Silicon venezolano no se necesita de investigación ni de universidades, ni de ningún talento especial para tener éxito; solo se requiere de buenas conexiones con el gobierno y disposición a pagar comisiones. Las empresas que se crean en el Silicon Valley criollo no buscan la gloria ni inventan o producen ningún nuevo producto. Permanecen en la sombra, a escondidas. Jamás llegan a hacerse públicas ni a listarse en el mercado de capitales. No generan empleo ni producen divisas para el país. En algo las empresas de maletín criollas son más eficientes que los “start-up” gringos: asumen menos riesgos y hacen dinero más rápidamente. Por supuesto, con las empresas del Silicon Valley la sociedad norteamericana y el mundo entero se enriquecen. En cambio, con las empresas de maletín venezolano, los únicos que se enriquecen son los que las crean. El resto de la sociedad se empobrece. Es el Silicon Valley Socialista Venezolano.