El secuestro es aquí
Dilma Rousseff, presidenta de Brasil, hizo recientemente un comentario interesante. Dijo que temía que el sector chavista tuviera una reacción anticonstitucional con la toma de posesión y el proceso democrático. Poca atención se le dio.
Ya había hecho otro en Julio del 2011, en la reunión del Celac realizada en Venezuela, muy en privado señalando que Chávez podía morir como resultado de su excesiva paranoia más que por consecuencia de su serio y “todavía tratable cáncer”.
Dilma Rousseff es una sobreviviente de esta penosa dolencia. Fue tratada en el hospital sirio libanés en Sao Paulo, reconocido por sus éxitos y avances en esta especialidad por el mundo entero.
Estoy escribiendo esta columna apoyándome en un estupendo trabajo que navega en la red: comentarios de Pedro María Burelli del artículo: ¿Por qué tanto secreto con la salud de Chávez? Venezuela no está sola”.
Según su contenido, Nicolás Maduro como Canciller voló a Brasilia para reunirse con la Presidenta y su oncólogo pero las condiciones exigidas por los venezolanos resultaban absurdas y difíciles de aceptar. Desde ese momento el paciente estaba sentenciado.
Estos comentarios que usted puede leer en toda su extensión en Internet, dicen de cómo Fidel y los suyos han tratado de asegurarse que Hugo Chávez dependa de ellos alimentando su desequilibrio mental con un coctel de información de sus aparatos de inteligencia, mentiras y exageraciones que no solo lo ha logrado, sino que además, su eterno agradecimiento. Esto ha resultado mortal para Chávez.
Entre tantas cosas que uno ha visto y vivido, lee en el enemigo más contundente que hoy reconocen Diosdado y Maduro: el Twitter, veladas tendencias a crear situaciones extrañas que complican más el espacio político, como que los Castro tienen secuestrado a Chávez, la información de los convenios y los intentos cubanos por mantener a Chávez dependiente y manso en ese afán obsesivo de compartir la “historia” con Fidel y el Che las compulsan.
¿Miedo? ¿Desconfianza? ¿Lealtad? Aquí, en el momento más difícil de su vida, Chávez cae en esa turbulenta fantasía que le ha atormentado siempre. Fidel, el padre de los sueños. La historia compartida. El Bolívar vivo. La gloria. Morir o vivir. Perder o ganar. Pero en Cuba.
Diosdado y Maduro están lejos de ese desdibujado espacio. En estos días hemos escuchado de todo: Chávez tiene problemas intestinales… Chávez está en coma inducido… Chávez tiene metástasis… Chávez tiene problemas pulmonares… Chávez camina y hasta hace ejercicios…Chávez espera la decisión de su hija para desconectarlo…Chávez volverá a hablar con los venezolanos cuando quiera… Chávez…
El secuestro es aquí. Un país de casi 30 millones de venezolanos secuestrados por una banda irresponsable que juega al pone tu que te sigo yo, colgando su destino de la irresponsabilidad y la violencia.
¡Es aquí, en Venezuela, sobre esta tierra desgastada en su impotencia y su desolación que hay que buscar y encontrar ese destino! ¡Juntos! ¡Sin miedo!