Opinión Nacional

El rey de la clonación

Así lo llaman en Corea del Sur. Admirado en su país y por científicos de todo el mundo o aborrecido por opositores de la biotecnología moderna por orientar a la humanidad hacia un supuesto tétrico e incierto futuro.

Es Hwang Woo Suk , quien con su (%=Link(«http://news.bbc.co.uk/1/hi/sci/tech/3480921.stm»,»equipo de investigadores»)%) de la Universidad Nacional de Seúl clonó en febrero de 2004, por primera vez, embriones humanos a fin de extraerles células madre para ser usadas con fines terapéuticos. El gobierno del presidente Bush y el Vaticano condenaron este trabajo, pero el gobierno Surcoreano reaccionó con orgullo: emitió una estampilla de correo y concedió financiamiento estatal para continuar la investigación. Investigadores extranjeros especialistas en células madre viajan constantemente a su laboratorio para hacer pasantías. Doctorado en Veterinaria de la misma universidad es el responsable, entre varios logros científicos, de haber clonado la primera vaca de Corea del Sur en 1999 y producido, por transgénesis, una vaca supuestamente resistente a la enfermedad de las vacas locas.

Las células madre

Las células madre embrionales son consideradas por expertos como el (%=Link(«http://www.enciclopediacatolica.com/g/grial.htm»,»Santo Grial»)%) de la medicina, ya que pueden transformarse en cualquier tipo de célula del organismo con características genéticas idénticas, lo que les permite no ser rechazadas por el sistema inmune del paciente. Los investigadores intentan obtener tales células madre de pacientes con ciertos desórdenes y enfermedades definidas para estudiar su origen, desarrollando una estrategia para reemplazar con ellas células deterioradas o que se han perdido en enfermedades como el mal de Parkinson, en la terapia del mal de Alzheimer o para reparar problemas cardíacos y de la médula espinal.

Según publica la versión online de la revista científica (%=Link(«http://www.sciencemag.org»,»Science»)%) el 19 de mayo de 2005, Hwang y su equipo dieron un paso trascendente en el hermoso nuevo mundo de la biología y la medicina: clonar un óvulo femenino al que se había extraído el núcleo y reemplazarlo con el núcleo de una célula del cuerpo de un enfermo. En ensayos de laboratorio, las células clonadas no produjeron reacciones de rechazo en las células del paciente.

Aún cuando Hwang admite que las células clonadas podrían transmitir algunos de los mismos defectos que los de los donantes, investigadores de varias partes del mundo lo aplauden por el vuelco dado en esa disciplina, como es el caso de científicos norteamericanos en la revista de la Sociedad Americana de Medicina Reproductiva.

George Daley, biólogo del desarrollo de la Universidad de Harvard, llamó ”espectacular” al resultado, así como su colega Gerald Schatten de la Universidad de Pittsburg, colaborador en el trabajo de los surcoreanos, quien señaló que tal resultado se esperaba que ocurriera no antes de una década. El neurólogo Fred Gage, del Instituto Salk en San Diego, California, predijo que el tratamiento de pacientes con Alzheimer por medio de los clones de sus propias células madre se aligeraría considerablemente, pues se podría obtener información sobre el desarrollo temprano de la enfermedad, empleando luego las células clonadas para una curación puntual.

El problema bioético

Los investigadores surcoreanos obtuvieron 185 óvulos de mujeres jóvenes voluntarias a los que se les extrajo el núcleo. A cada óvulo desnucleado le fue insertado el núcleo de células corporales de alguno de los once pacientes seleccionados, que presentaban enfermedades incurables como parálisis lateral, diabetes tipo 1 e hipogammaglobulinemia, en edades entre 2 y 56 años. En su estadio de desarrollo inicial, conocido como (%=Link(«http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/ency/article/002398.htm»,»blastocitos»)%) , a los “embriones” resultantes del procedimiento se les extrajo las células madre, que se constituyeron así en las líneas celulares para el tratamiento de cada paciente donante.

La controversia bioética sobre este tópico es aguda. Hwang explica: “No creo que este “constructo” sea un embrión. En nuestro procedimiento no existe fertilización, sino una transferencia de núcleos. Así que no hablaría de un embrión, sino de un constructo-por-transferencia-de-núcleos”. Al respecto, David Magnus y Mildred Cho, del Centro de Bioética médica de la Universidad de Stanford, California, comentan en la misma revista Science, que no existe razón alguna para creer que tal “cosa” podría llegar a crecer como un ser humano y “la transferencia de núcleos es, bioéticamente, una ruta más adecuada para la producción de células madre, que el empleo de los embriones sobrantes de la inseminación artificial”. Otros, en cambio, lo (%=Link(«v»,»condenan»)%) .

Es obvio, que el procedimiento de Hwang debilitará los cuestionamientos bioéticos hechos a la clonación terapéutica, ya que, contrariamente a los métodos de clonación actuales, con el nuevo método no se producen embriones viables. La consideración de que el embrión clonado es también un ser humano es la argumentación que se emplea a menudo, generalmente por creencias, deferencia y respeto religiosos, para oponerse a cualquier tipo de clonación, tanto la reproductiva como la terapéutica.

Implicaciones
El trabajo de Hwang tendrá muchas implicaciones, fundamentalmente porque ya no se trata de una teoría sino de una estrategia técnica bien definida, sujeta al necesario perfeccionamiento. Dará impulso e ímpetu mundial a este tipo de investigaciones, a pesar de que se sospecha que el camino hasta lograr una terapia efectiva será largo. En una reciente encuesta Gallup realizada en los Estados Unidos, 38% de las respuestas aprobaba la clonación de embriones para investigación. Otra encuesta, en la cual se empleó el término “transferencia nuclear de células somáticas” en lugar de clonación, encontró 72% de aprobación. Es evidente la influencia de la terminología empleada en encuestas de este tipo.

La política internacional también se ha visto afectada. El presidente Bush amenazó con vetar cualquier ablandamiento de las leyes sobre investigación genética de los Estados Unidos de 2001 que permitiera la clonación de embriones humanos financiada con dinero del Estado. Esta legislación ha contribuido al éxodo de calificados investigadores estadounidenses de esta área hacia países que permiten la clonación terapéutica. Menos dramático y más dispuesto se ha mostrado el canciller de Alemania, Gerhard Schröder, quien según el diario alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung desea suavizar la ley de protección al embrión y permitir investigación ilimitada sobre las células madre, lo que hasta ahora está prohibido.

En la Universidad de Newcastle, Gran Bretaña, donde se permite la clonación terapéutica, se reportó la (%=Link(«http://news.bbc.co.uk/1/hi/health/4563607.stm»,»clonación»)%) del primer embrión europeo, casi simultáneamente al surcoreano.

En Venezuela, que carece de legislación al respecto, el debate apenas se inicia. Sólo en el artículo 127 de la (%=Link(«http://www.tsj.gov.ve/legislacion/constitucion1999.htm»,»Constitución»)%) se menciona la no patentabilidad del genoma de los seres vivos.

Muchos investigadores que hasta ahora consideraban ineficiente la clonación de células madre embrionarias, deberán cambiar de opinión ante los resultados publicados. En la medida en la cual la investigación progrese y conduzca hacia nuevos tratamientos que produzcan claros beneficios a la mayoría de los pacientes, el debate y las dudas bioéticas se desplazarán hacia la aceptación de esta técnica o de otras más elaboradas que tengan el mismo objetivo, sustituyendo las irracionales visiones de horror por las esperanzas de los enfermos.

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