El reto de lo contemporáneo
Nota del Editor: Venezuela Analítica inicia hoy la publicación de una serie de artículos mensuales que intentarán responder a las siguientes preguntas: ¿Cuáles son los retos de la modernidad?, ¿Cómo enfrentarlos?. El primero de esta serie es Reto de lo Contemporáneo y se trata de reflexiones generales en relación a un planteamiento inicial y del establecimiento de los parámetros a partir de los cuales se ubicarán los próximas publicaciones de la serie que tratarán con mayor detenimiento algunos retos planteados como son por ejemplo, las tendencias del empleo en el mundo y la educación.
Para muchas personas, el siglo XX se comenzó a percibir ya bien entrada su primera década. En efecto, es con la I Guerra Mundial, cuando comienza a apreciarse el desarrollo científico y tecnológico en diversos campos ( los medios de transporte, particularmente la aviación, descubrimientos científicos en materia de antibióticos entre otros). El próximo milenio por el contrario, pareciera haberse presentado con bastante anticipación.
Hace más de una década que se observan transformaciones profundas. Probablemente, el vertiginoso progreso de la electrónica y la cibernética son factores de peso que explican esta situación. Ciertamente que el uso masivo de la computadora personal junto con los sorprendentes cambios en materia de comunicación e información aceleran las transformaciones de manera que más que evolución temporal parecieran revoluciones en dimensiones espacio/temporales.
En el campo de la política y el poder mundial, la caída del muro de Berlín constituye un símbolo del final de la Guerra Fría y, en opinión de algunos, del fin de las ideologías. Cualquiera que sea el significado del derrumbamiento del socialismo y resquebrajamiento de la ex Unión Soviética, lo cierto es que presenciamos el final de un sistema de poder bipolar. El siglo XX observó la emergencia de dos grandes colosos Estados Unidos y la Unión Soviética, dos poderes antagónicos configuraron ambos ejes de un sólo sistema cuyas fuerzas contrapuestas, basadas en democracia y libertad económica el uno y en el Socialismo y control de la economía por otro, mantuvieron un equilibrio inestable apuntalado por un arsenal nuclear. Paralelamente y durante todo el período Japón aparece como actor importante en escena y hoy es un poder económico mundial.
En el sistema económico, por otra parte, se aprecia principalmente en países post capitalistas (y una tendencia a emularlos por parte de la mayoría de los menos desarrollados), el triunfo del sistema de libertades democráticas tanto como económicas.
Ciertamente hoy se observa un fenómeno de globalización en todos los planos. Los problemas que enfrentan los Estados Naciones son problemas globales que trascienden sus fronteras y , lo mismo sucede en la economía mundial. ¿Cómo se proyectarán estas tendencias en el futuro? ¿Cuales son, en concreto, los retos que la sociedad del nuevo milenio deberá enfrentar? el propósito de este trabajo es plantear la existencia de estos retos, muchos de ellos presentes y vigentes desde hace más de una década. Dentro de este contexto hay que considerar las transformaciones del sistema político mundial tanto como los fenómenos globalizantes en materia económica y social.Este breve trabajo intentará identificar estos retos porque de la manera como se perciban hoy, dependerá su peso mañana. Estos retos , como recuerdos del futuro, son contemporáneos, es hoy que deben ser asumidos.
Planteamiento del Problema
En el plano político: lo mundial y lo Estatal
De acuerdo con la Ciencia Política hay que distinguir entre orden mundial y desarrollo mundial y su análisis puede partir de premisas basadas en diferentes modelos, particularmente de dos paradigmas el real y el ideal 1. En este sentido, el modelo realista interpreta al mundo en términos de seguridad, unipolar desde una perspectiva de poder, y multipolar desde una perspectiva económica. El modelo ideal considera a muchos otros actores es un paradigma de interdependencia, donde existen redes múltiples, a su vez con múltiples interconexiones, es decir son sistemas complejos y para analizar los retos de hoy hay que considerar a ambos modelos. Enfoques conceptuales para analizar problemas concretos en el plano mundial como es la preservación del planeta por ejemplo, o la coexistencia pacífica de sistemas políticos y culturales contrapuestos, amerita la premisa de ambos modelos teóricos.
¿Acaso los principales retos a enfrentar el futuro será el lograr integrarse a lo que se cree serán los pilares -Democracia y liberalismo económico – que sostendrán la vida de la sociedad del siglo XXI?. Indudablemente estos son retos importantes, particularmente en el caso de países menos desarrollados, sin embargo, trataremos de investigar si son los más importantes. El sistema Bipolar mantenía latentes una serie de factores de conflictos de tipo étnico, religioso y de minorías nacionales entre otras. El temor a una guerra nuclear y la lucha entre las ideologías dominantes en conflicto escondía problemas que mal se habían resuelto luego de dos Guerras Mundiales.Estos han vuelto a aflorar con mayor brío. Gilles Kepel 2 , afirma que los movimientos religiosos reprochan a la sociedad su anomia, su ausencia de proyecto y consideran que la modernidad guiada por una razón sin Diós no ha sabido, en definitiva engendrar valores. Según Kepel, la vacuidad de las utopías sean liberales o marxistas se expresa en el olvido a la sociedad de los hombres.
Cabría anotar aquí que el fin de este siglo muestra fuerzas en conflicto, unas de tendencias centrífugas y otras centrípetas. En efecto la tendencia la globalización en todos los campos es una fuerza centrífuga que podríamos ilustrar con las tendencias de la Unión Europea por ejemplo. Paralelamente, en gran parte del planeta se observa la presencia, en muchos casos violenta de la tendencia contraria, centrípeta, como son las fuerzas nacionalistas y/o separatistas del IRA en el Reino Unido, de la ETA en España, Chechenia en Rusia, idependentistas en Córcega, la Liga del Norte en Italia, solo por mencionar aquellos más conocidos.
Estos son retos concretos que enfrenta el sistema de Estados y que sugieren la necesidad de profundas transformaciones conceptuales y reales en cuanto al alcance de los términos de seguridad nacional y soberanía . Difícilmente pueden resolverse problemas del siglo XXI con estructuras del siglo XVIII.
Cuales son los problemas más evidentes aparte de los mencionados en el párrafo anterior?. Definitivamente el deterioro del medio ambiente a nivel planetario es uno muy importante (contaminación del aire, de las aguas, de las cuencas, desechos tóxicos, lluvia ácida, eliminación paulatina de los bosques entre otros).
Hace menos de 20 años, la teoría política consideraba a los Estados y a las Organizaciones Internacionales como actores casi exclusivos del sistema internacional en apoyo de un orden (o desorden) mundial. Ese esquema no representa la realidad de hoy, pues, aún cuando son disfuncionales, ciertamente son actores el terrorismo internacional, la guerrilla cuya acción normalmente trasciende las fronteras nacionales; y aunque aparentemente sus intereses tienen una naturaleza mayormente económico la que política, también son actores los carteles de la droga, como bien lo ilustra la actual situación de la crisis colombiana.
Desde otra perspectiva, aunque difícil de encasillar en la categoría de actor , evidentemente las fuerzas el mercado y la globalización del sistema económico y financiero ejercen influencia directa en el orden mundial. Habría además considerar cuál es el rol del inmigrante ilegal, ya que cada día más, por distintas razones emergen contingentes humanos desplazados de sus propias naciones. Enfrentar el reto de estos nómadas 3 será un serie problema del siglo XXI.
Finalmente, habría que preguntarse, qué peso tiene la Humanidad como sujeto de Derecho Internacional? Hasta ahora las Organizaciones Internacionales recogen el concepto de Humanidad en cuyo patrimonio incluyen muchos recursos del planeta, sin embargo, hasta ahora no va mucho más allá de la retórica. Las circunstancias de las próximas décadas probablemente obligarán a las élites mundiales a avanzar en este sentido.
¿Cómo pueden traducirse en concreto las decisiones y acciones a tomar de modo de solucionar estos problemas que trascienden los conceptos de soberanía del Estado tanto como de capacidad de los organismos internacionales?
El reto del sistema político de las naciones está en lograr adaptarse a las transformaciones y modernizar sus instituciones de modo de poder «gerenciar» los cambios que suceden vertiginosamente en todos los planos. Decidir qué estructuras mantener, cuáles instituciones fortalecer y cuáles eliminar; qué leyes, cuáles artículos de la Constitución cuyos valores constituyen las bases de la acción del Estado deben cambiarse y cuáles, por el contrario, dejar igual.
En el plano económico
Revisando las publicaciones recientes, se observa en todos los medios, sean académicos o de prensa,la existencia de una profusión de trabajos dedicados al análisis de lo que sucede en la economía mundial. De particular interés parece ser el debate entre neoliberalismo y proteccionismo. Las huelgas en Francia a fines del año pasado actuaron como detonador de la polémica que hasta hace poco trataba de la lucha entre ideologías representadas ante todo por capitalismo y comunismo. En efecto, algunos opinan que hoy el mundo solo piensa en el enriquecimiento material, la competitividad y la satisfacción individual. Juan Goytisolo 4 , por ejemplo, considera que si bien «el fatalismo sonriente» del que habla Octavio Paz por el cual se inmolaron millones de personas en Rusia, China o Vietnam ha sido un sacrificio estéril, hoy las sociedades democráticas se equivocarían de modo grave si creen en las promesas de la élite económica en relación al anuncio que hacen en cuanto a la pronta multiplicación infinita de bienes de consumo, fluidez de los circuitos de distribución de riquezas gracias al poder financiero, tecnológico e industrial. Dentro del mismo contexto están las opiniones de Ignacio Ramonet 5 quién critica al ultraliberalismo en cuanto a que lo económico prevalece sobre lo político y señala que si bien los franceses están a favor de una economía de mercado, están reclamando la intervención del Estado para corregir los excesos del ultraliberalismo.
Por otra parte están las opiniones a favor del liberalismo que considera que la intervención del estado siempre resulta en distorsiones de la economía «cuya dinámica lleva a la sociedad por el camino de la servidumbre» 6 . El mismo sentido tienen las opiniones de J. Simon quién señala que «Casi todo el cambio absoluto y el componente absoluto de casi todos los cambios y tendencias sociales y económicas apuntan hacia una dirección positiva siempre que se considere la materia en un período de tiempo largo. esto es, todos los aspectos de bienestar humano material está mejorando en el agregado» 7 .
Estas son apenas unas pocas opiniones pero recogen en general, el pensamiento de ambas posiciones.A pesar de la calidad de los análisis y de la capacidad de los analistas, sin embargo,me arriesgo a pensar que no son el liberalismo y democracia los elementos que determinarán el camino en el siglo XXI. Ciertamente son factores muy importantes. Es cierto además que la tendencia prevaleciente es la de una apertura del mercado y globalización de la económica, lo cual no impide que países, cuyos sistemas políticos no podrían incluirse precisamente dentro de lo que conocemos como democracia, estén hoy dentro de los líderes del desarrollo económico (Singapore, Taiwan, Corea del Sur).O que, por el contrario, países muy democráticos, como por ejemplo los de América Latina (Costa Rica, o Venezuela por ejemplo) no logran, a pesar de todos sus esfuerzos, alcanzar el tan deseado bienestar de la sociedad que los compone.
Entonces, la lucha entre las diversas formas de capitalismo y democracia efectivamente constituyen un reto a superar en el siglo XXI. Las próximas publicaciones dedicarán un análisis al comportamiento de índices tales como las tendencias del empleo, educación y salud a nivel global para el establecimiento de elementos de indicadores de bienestar social (o de pobreza ).
Otro elemento a considerar, uno que parece de peso, es el Capital Social, término acuñado por Coleman que trata del componente del Capital humano que permite que miembros de determinada sociedad confíen mutuamente y puedan cooperar para formar nuevos grupos y asociaciones. Francis Fukuyama 8 señala que en la medida que exista capital social en determinada sociedad, es más fácil lograr organizarla, de otra manera se complica el panorama.
Otra idea digna de considerar es la de Jacques Attali quien en su obra señala que el próximo siglo será uno de ganadores y perdedores, dibuja un futuro que ya puede verse en el horizonte . La globalidad caracteriza los problemas del mundo: drogas, contaminación, pobreza, riqueza entre otros, están inextricablemente unidos y no se pueden resolver de la manera tradicional «Es necesario re pensar las instituciones …La Tierra es como una biblioteca y la Vida es su libro más precioso, debemos tratarla con cuidado» 9 .
Habría que finalizar mencionando el reto que, pienso es el más importante que se refiere al conocimiento. Decididamente la educación y el conocimiento que se deriva del primero, hará la diferencia en el siglo XXI, la sociedad que lo posean controlará su propio destino.
FUENTES BIBLIOGRAFICAS
1.- Kennedy, Paul & Hauchler Ingomar, Editors, Global trends, The World Almanac of Development and PeaceBook, Continuum, 1994.
2.- Kepel, Gilles, La Revanche de Dieu, Juifs st musulmans a la reconquete du monde. Seuil, 1991.
3.- Attali, Jacques. Millenium, Winners & Loosers in the comming world order, Times Book, 1991.
4.- Goytisolo, Juan. Societ‚s Europeenes dans le Carcan de L’Utraliberalisme. Le monde Diplomatique, Marzo 1995.
5.- Ramonet, Igancio. La Chispa Francesa, El Pa¡s, Diciembre 1995.
6.- Driscoll, Gerald, The meaning of Hayeck Cato Institute, mayo 1995.
7.- Simon, J. The State of Humanity, Image.
8.- Fukuyama Francis, Social Capital and Global Economy, Forign Affairs, Vol 74, Nro 5.
9.- Ibid, Attali.