El proyecto que acaba de introducir Chávez es peor de lo que se esperaba
Después de escuchar una de las más largas peroratas del actual mandatario de nuestro sojuzgado país y conversado con connotados venezolanos, como es el caso de Américo Martín y Víctor Bolívar, concluimos, en amplia discusión, que el proyecto que acaba de introducir Chávez es peor de lo que esperaba. Salta del presidencialismo -ya criticado en América Latina- al hiperpresidencialismo, expande el proceso de militarización y reduce hasta la ignominia las funciones de la Asamblea Nacional, los Estados y los Municipios, aparte de que faculta al neomonarca para que cambie los Estados, cree nuevos o haga desaparecer viejos. Extiende el periodo a 7 años, sin precedentes en el Continente. Los artículos propuestos sobre reelección confirman que basta con el compromiso electoral del soberano, con un organismo electoral parcializado, para que alguien pueda eternizarse en el poder.
Chávez rompe así con un principio básico de la democracia, que es la alternabilidad. Ese principio ha regido en los sistemas presidencialistas democráticos porque -a diferencia de lo que quiere hacernos creer el monarca- no basta con el sufragio para que un presidente pueda considerarse democrático. Un requisito tan importante como ese es el de los límites del poder y la no perpetuación de un gobernante. Porque si bastara con el voto popular habríamos sido injustos con Hitler, al llamarlo dictador. Por eso la alternabilidad es tan importante como la elección.
La experiencia demuestra que los presidentes-candidatos tienden a utilizar el dinero y la fuerza públicos para imponerse. En países donde las instituciones sean sólidas y respetadas ese peligro se minimiza sin dejar de existir. En países donde las instituciones sean sumisas, como en Venezuela, la permanencia de un solo hombre durante mucho tiempo en el poder puede conducir a la usurpación y la tiranía, como dijera Simón Bolívar.
Por eso en América no hay un sólo país que acepte presidentes reelectos per sécula. Ni uno solo. Hay cinco que rechazan la reelección (Méjico, El Salvador, Guatemala, Honduras y Paraguay), cinco que la aceptan en forma inmediata y por una única vez y 9 que la se inclinan por la llamada reelección alterna, es decir con uno o dos períodos de espera. Tanto los cinco primeros como estos nueve eliminan de cuajo la figura del presidente-candidato, en tanto que los restantes los permiten pero por una sola vez.
¿Tiene razón Chávez y se equivocan todos los países del continente americano? En realidad el modelo que inspira a Chávez ni siquiera es de origen socialista. Es el del odiado dictador paraguayo general Alfredo Stroessner, quien gobernó 35 años con base en reelecciones sucesivas. Y todavía lo tendríamos ahí de no haber sido derrocado por la fuerza.
El problema es sencillo: cuando un presidente es reelecto continuamente va multiplicando su poder sobre el Estado, como lo demuestra una vez más la reforma de Chávez. Mientras siga allí usará con más discrecionalidad el dinero, la fuerza pública, los tribunales, el poder Moral, el poder electoral y la misma ley para impedir la victoria de la disidencia. Si se le permite reelegirse por siempre, acentuará su ventajismo y poder interno, confirmando la genial angustia de El Libertador en el sentido de que el gobernante se acostumbra a mandar, el pueblo a obedecer de lo que resultan la usurpación y la tiranía.
La constitución argentina es de 1994 es un caso especial. Contempla una reelección inmediata y una última después de un período. No obstante, Kirchner no irá ni siquiera a la inmediata y nadie crea que su esposa será una sombra suya. En absoluto. Yo espero sorpresas interesantes de Cristina. En Guatemala no sólo se establece la alternabilidad y no reelección, sino que se considera punible la «prolongación del mandato por cualquier medio». En Bolivia se admite la reelección alterna. Creo que si Evo viola ese principio en su constituyente se las verá negras. En Brasil, reelección alterna por una vez. En Colombia también (después de la reforma en el 2004 que permitió la de Uribe) En Costa Rica, la alterna después de dos períodos. En Chile, la alterna por una vez.En Paragua, no hay reelección (sin duda es una reacción contra Stroessner, que la tenía indefinida, como quiere Chávez. Observa algo singular: la no reelección absoluta fue siempre una reacción contra dictadores absolutos derrocados, como en el México de Madero contra Porfirio Díaz), en Perú (Constitución del 2000) la alterna por una vez. En República Dominicana, Uruguay y hasta ahora Venezuela, igual. En Honduras pierde la ciudadanía quien promueva o apoye el continuismo o la reelección presidencial. El jurista colombiano José María Samper: (No es buena la reelección porque) «El presidente tiene la fuerza pública, el tres de empleados y otros medios de presión».