El Pluralismo: Principio Socialcristiano
Dentro de los principios políticos que informan la doctrina Demócrata Cristiana, encontramos el Pluralismo, que junto a la Solidaridad y a la aceptación del Orden y el Estado Democrático, conforman la terna de Principios Políticos fundamentales del pensamiento ideológico socialcristiano. El Pluralismo lo entendemos como la “actitud de apertura, convivencia y diálogo frente a las diversas manifestaciones y tendencias del quehacer humano, por opuestos que sean, permitiendo su libre existencia y desarrollo”, así lo define Vicente Mújica Amador en su obra Léxico Social Cristiano, cuya claridad en el concepto hace que la definición se explique por si misma.
Al referirse al pluralismo social, la Doctrina Social de la Iglesia, en una cita del Papa Leon XIII, nos señala que “El fin establecido para la sociedad civil alcanza a todos en cuanto persige el bien común, del cual es justo que participen todos y cada uno, según la proporción debida, para luego agregar que “se caracteriza por su capacidad de iniciativa, orientada a favorecer una convivencia social mas libre y justa, en la que los diversos grupos de ciudadanos se asocian y se movilizan para expresar sus orientaciones, para hacer frente a sus necesidad fundamentales y para defender sus legítimos intereses (Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia N° 417).
Para los socialcristianos una verdadera democracia debe ser pluralista en las ideas, es decir, una democracia en que «se admita la expresión de las ideas distintas y contradictorias para que el cuerpo social se pronuncie acerca de su validez, no porque se juzgue que todas las ideas son verdaderas o son iguales, sino que se admite la expresión de idea distintas, porque la búsqueda de la verdad supone confrontación de diversos puntos de vista y no puede lograrse por la fuerza, ni imponerse por la exclusión forzosa de otras formas de
pensamiento» (Especificidad de la Democracia Cristiana, Rafael Caldera). El pluralismo parte del reconocimiento de la diversidad humana, de la aceptación del otro como persona, aunque piense distinto a nosotros y que exista además la posibilidad de existir y de expresarse, a través de las distintas concepciones del mundo, de las opiniones políticas y de las culturales.
Ante la arremetida ideológica que enfrentamos, en la que se pretende imponernos una única línea de pensamiento, un partido único y un líder único, la doctrina socialcristiana rechaza en forma categórica estos propósitos y exigimos para ser verdaderamente democráticos y no solo en el papel, una democracia plural en la que este presente la libre expresión de las ideas y donde puedan convivir todas las ideologías. Por este motivo, pensamos con Vicente Mújica, que el social cristianismo reprocha al marxismo su sistema totalitario y colectivista, negador del valor de la persona, que pisotea su dignidad y viola sus inalienables derechos; que lleva la negación del pluralismo ideológico y político.