Opinión Nacional

El paquetazo y el espontáneo Caracazo

Siempre creí que el Caracazo, que ayer cumplió 24 años, fue espontáneo. Aunque nunca me tragué el cuentazo de que todo comenzó cuando una señora de Guarenas se negó a pagar el aumento del pasaje y fue bajada del «por puesto», surgiendo la leyenda de la lucha espontánea contra el neoliberalismo salvaje. Tampoco que: «el detonante fue el paquete neoliberal de los IESA Boys» (En alusión a los Chicago Boys chilenos) o que: «fue un Plan de Ajustes, pero que CAP cometió un gran error al no explicarlo». No fue sino hasta que leí»El Estado Idiota» (RMDS 2012) que conocí la verdad.

En este libro, se puede leer detalladamente cómo la palabra «Paquetazo» surgió como un invento de los revolucionarios internacionales a partir de 1980 cuando «Castro dejó de apoyarse en los partidos comunistas» y buscó la lucha contra el FMI como proyecto (Caballero 1987). Y así saltaron los «espontáneos» a la calle a matar en Ecuador cuando Hurtado aplicó el «Plan de Ajuste», que llevó al Estado de Emergencia y la suspensión de garantías. Igual de espontáneos que los de México en 1981 o los de 1982 cuando el «Paquetazo fondomonetarista» de Belaúnde en Perú, que causó el Estado de Sitio y decenas de muertos. La realidad, que me heló la sangre, fue leer la prensa de la época donde aseguraban que el error de Belaúnde «fue no explicar las medidas» o que «apuntó a hacer concesiones a los émulos criollos de los Chicago Boys» (Pág. 273).

Fueron los mismos espontáneos que saltaron a incendiar cientos de locales y a matar en Costa Rica cuando Monge anunció el Plan de Estabilización o los que al año siguiente asesinaron en Brasil por la aplicación del «Paquete del FMI», causando el Estado de Sitio de Figueiredo.

Los mismos que en abril de 1984 saquearon mil locales y costó más de 600 muertos, heridos y 5.000 detenidos en R. Dominicana cuando se llegó al acuerdo con el FMI. Mientras ya Fidel contentísimo explicaba que era: «posible que un estallido social derive hacia una revolución: Estallidos sociales generalizados de carácter más bien revolucionario». Como el de Santo Domingo donde: «se produjo un estallido social; no un estallido catastrófico todavía para el sistema». (Castro dixit).

Al mismo tiempo de quienes negaban ser de «las brigadas de choque anti FMI» en el Chile de 1984 que causó el Estado de Sitio o los de Jamaica también ese mismo año. Los de El Salvador, que en lo que Duarte llegó al acuerdo de «estabilización» con el FMI, asaltaron locales y causaron los muertos. Siempre tan espontáneos como los que saltaron a la calle a quemar locales en Honduras o en Guatemala cuando Cerezo llegó al acuerdo de «reordenamiento económico» y el aumento de la gasolina del «paquetazo impuesto por el FMI».

 

Y así llegó Carlos Andrés con «supina idiotez» (es genial como lo narra el autor), mientras ardían «espontáneamente» Rabat, Túnez, Lusaka, Cairo, Nueva Delhi, Karthoum, y 11 ciudades (Walton 1996), bajo el Plan del «puño único contra el FMI» diseñado por los revolucionarios, en el punto álgido de la guerra fría.

Terminaron haciendo sancocho, con el Gocho del 88, quien sin tener idea de la magnitud de lo que pasaba mundialmente, trató nada menos que explicar un «paquetazo» «neoliberal salvaje», de sus «IESA (Chicago) Boys» mientras los mismos espontáneos que incendiaron 35 países, lo esperaban con los fósforos en las manos para finalmente lograr el tan ansiado «estallido catastrófico para el sistema». Fue un Caracazo tan espontáneo como el Bogotazo, el Rosariazo, el Cordobazo, el Limazo, el Santiagazo, el Ibañazo (Chile) y las decenas de movimientos terminados en AZO, en los que siempre se negó la autoría de revolucionarios, por más pruebas de sus milicias, bombas y francotiradores.

A 24 años del Caracazo aún recuerdo los rostros de los familiares de las víctimas, las exhumaciones en La Peste junto al juez Saúl Ron, aquella fosa común donde se apilaban venezolanos inocentes, incluidas mujeres, ancianos y niños. Aún hoy la incasable Cofavic dirigida por la valiente Liliana Ortega y los familiares de las víctimas de los dos bandos profundamente irresponsables, esperan que se haga justicia.

Finalmente entiendo porqué cada vez que lanzan un Paquetazo, acusan a la oposición de tener un «plan secreto» para incendiar el país (el ladrón juzga por su condición). Bien dijo Capriles, siéntanse tranquilos que no habrá nunca más un 27F. Mientras, seguimos leyendo noticias como está: «en Guarenas aumentaron ilegalmente el 40% del pasaje», agarraron «fuera de base a los usuarios, quienes pese a su descontento, se vieron obligados a pagar» luego de que los conductores «exigieran a muchos bajarse de la unidad» (Indepabis 2012). La explicación es muy sencilla, por más molestos que estén por el aumento ilegal del pasaje o frustrados por la corrupción, la devaluación, la inflación o el grosero endeudamiento, nadie saldrá a las calles, porque los «movimientos espontáneos», todos sabemos dónde están y para quiénes trabajan hoy.

@thayspenalver

 

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