Opinión Nacional

El padrecito y El yo te amo

El médico psiquiatra Eric Berne en la década de los 60, fue el principal creador e innovador del Análisis Transaccional divulgado con su libro Juegos en que participamos. Es una teoría de la personalidad y de las relaciones entre los seres humanos. A nivel funcional, nos facilita analizar las formas en que las personas interactúan entre sí, mediante transacciones psicológicas, con sus estados del yo Padre, Adulto y Niño.

Predomina en el estado Padre, aprendido de la generación anterior, lo protector y lo normativo. En el estado Niño predomina lo innovador, lo lúdico, lo exploratorio. En el estado Adulto predomina lo integrador y el equilibrio. Ello, sin desbordes, es lo normal. Somos Padre cuando reprendemos, ordenamos y evaluamos. Somos Niño cuando jugamos y bromeamos. Somos Adulto cuando equilibramos y nos desenvolvemos con cada uno de nuestros estados dadas las circunstancias. Al encontrarse dos seres humanos sus transacciones se dan en función de la parte de su personalidad dominante.

En la infancia adquirimos un guión psicológico de sobre vivencia bajo la influencia de la generación que nos antecede y que podemos aún estar siguiéndolo en la edad adulta de forma inconsciente. Nuestro Niño puede ser desde un rebelde hasta un sumiso y dependiendo de ello puede solicitar la existencia de un Padre autocrático o de uno protector.

Cuando se aplica la teoría para eliminar el guión negativo de vida es altamente humanitario; pero cuando se aplica para generar dominación de Padre autocrático a niño sumiso es un crimen de lesa humanidad.

Cuando me vendo como Padre Manipulador seudo Amoroso buscando una transacción con un Niño Sumiso que se siente débil y desprotegido, con la sola finalidad de seguirlo controlando estoy utilizando el Análisis Transaccional para la dominación del débil en vez de tratar de eliminar ese guión aprendido y cambiarlo por uno integrador para una personalidad equilibrada.

La cuña del amor y la que vende al personaje como un padre, lo que busca es profundizar la sumisión y la dependencia de quienes considera como niños y niñas débiles para hacerlos aun más dependientes y menos libres. Es revivir la tesis del gendarme necesario.

La manipulación psicológica de las masas es propia de las tiranías, del nazi fascismo y del comunismo real. Stalin de vendió como el Padrecito. Hitler declaro que todo lo había hecho por amor. Alguien remato con la frase: Si eso lo hicieron por amor como seria si lo hubieran hecho con un poquito de odio.

21 de Octubre de 2006

*Presidente del Movimiento Republicano (MR)

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