El nudo gordiano de las encuestas
En Gordión, actual Anatolia, parte asiática de Turquía, había un yugo con una cuerda ceñida por un nudo complicado. Según narra la leyenda, un campesino llamado Gordias (%=Link(«http://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Gordias&action=edit»,»wikipedia»)%), llevaba sus bueyes atados al yugo con unas cuerdas anudadas de modo imposible de desatar. Y según las tradiciones, quien consiguiera desatar el nudo gordiano podría conquistar Oriente. Alejandro Magno se enfrentó al problema cortando el nudo con su espada, y dijo: «es lo mismo cortarlo que desatarlo». Efectivamente Alejandro conquistó Oriente.
Así, en castellano, se utiliza la expresión: «complicado como un nudo gordiano», para referirse a una situación o hecho con difícil solución o desenlace.
De esta manera ilustramos la situación con que topamos cuando la prensa nacional publica en sus páginas resultados obtenidos por encuestadoras serias acerca de la voluntad de voto de los venezolanos, sus preferencias en relación a candidatos presidenciables y partidos políticos que apoyarían. El impacto que nos produce el conocimiento de la verdad, se transforma en una puñalada que nos desangra. Una realidad aterradora que preferimos ignorar o que convertimos en un nudo gordiano ante el que nos sentimos desasistidos y derrotados. Y que, a la postre, revela el mundo de fantasía donde ubicamos la oposición que asegura ser mayoría.
La verdad sin reservas es que la mayoría de los venezolanos apoyan la gestión del presidente Chávez, a pesar de guardar dudas razonables. Así lo exhiben los datos arrojados por la firma Consultores 21 que publicara EL UNIVERSAL en su edición del lunes 13 de marzo del presente año.
Hay que sincerarse. Dentro del sector opuesto al chavismo, han sido muchas las ocasiones en que han sido presentados y discutidos los datos obtenidos fruto de investigaciones exhaustivas de campo. Varias consultorías en el pasado reciente y en el presente develan informes y referencias de una realidad que no queremos ver.
Radicales extremos se levantan en descalificaciones hacia estas firmas al no apuntarles lo que desean escuchar. La mayoría denigra de quienes en el pasado no supieron enfrentar un fraude jamás demostrado con pruebas materiales que lo desenmascararan cabalmente y cuyo sostenimiento ha traído más perjuicio que beneficio a la masa opositora. Por otra parte, muchos se sienten desamparados por quienes estando al cabo de la calle y sabiendo de buena tinta las condiciones que nos presentan, no consideran un plan de acción para operar en consecuencia.
Desatender estos estudios es una forma de apagar el fogón y botar el caldo. O lo que es lo mismo, mover el sofá, en vez de enfrentar la infidelidad del marido. Los opositores, en lugar de tragar grueso y utilizar la aritmética, nos rendimos ante el nudo gordiano que encierra la verdadera esencia del asunto.
Es, de por sí, de difícil comprensión para esa oposición que ha batallado arduamente por cambiar el rumbo del buque en medio de sucesivas tempestades, que ante tan mala gestión gubernamental, aún quede algún resquicio de aceptación del chavismo. Pero la realidad es ésa. No otra. El gobierno de Chávez tiene mayoría en los estratos más bajos de la población y no olvida que esa parte de Venezuela encierra una poderosa suma de votos.
Atender a los números y elaborar estrategias para gestionar cambios en un campo minado de bombas será posible siempre que se tome en cuenta no exclusivamente lo que queremos oír, sino aguzar los sentidos especialmente sobre aquello que nos desnuda una verdad sin antifaces.
Así, desatando o cortando el nudo, es decir, descubriendo la esencia del problema, podremos desvelar todas sus implicaciones. Y la lucha opositora seguiría un camino de frutos seguros.