Opinión Nacional

El Mundo:¿paso a paso hacia atrás?

Leer a Umberto Eco(1932) siempre es aleccionador, siempre nos llena de preguntas. Y sus respuestas son siempre estimulantes, ya sean sus libros teóricos, sus novelas o sus libros de ensayos. Suyas son también dos impresionantes e imprescindibles obras recientes Historia de la belleza.(Barcelona: Lumen,2006.438 p.), preparada junto con Girolamo de Michelle, e Historia de la fealdad.(Barcelona: Lumen,2007.454 p.) que deben estar en toda biblioteca, personal o pública, son dos obras de consulta únicas en sus temas aunque pueden leerse de corrido como lo hemos hecho nosotros, cuando eso se hace así es mucho lo que se aprende de sus asuntos y de todos los temas que están conectados con sus temas, tópicos de la historia del arte, de la literatura y de la filosofía, incluso de la teología. Y las antologías que respaldan a cada volumen constituyen de hecho un segundo libro aunque inserto en cada volumen, prácticamente los fragmentos esenciales de todos los textos teóricos citados los encontramos en ambas obras. Y además, su inmensa cantidad de ilustraciones hacen de ambas obras muestras tan completas que prácticamente tenemos en las manos, o nuestras bibliotecas, una especie de pinacoteca personal o extenso museo. Ambos obras son más, mucho más, que unos simples books table.

Y ese mismo interés nos lo suscita con A paso de cangrejo.(Caracas: Mondadori/ Debate, 2007. 389 p.). Aquí agrupa conferencias y artículos procedentes de su trabajo de los años 2000-2005,”Se trata de un período fatídico, que se abre con la inquietud ante el nuevo milenio, comienza con el 11 de septiembre, al que siguen dos guerras en Afganistán y en Irak, y en Italia se presenta el ascenso al poder de Silvio Berlusconi”(p.11), este político sería cómico sino hubiera traído otra vez a la escena pública algo que muchos italianos creyeron desterrado: el fascismo. No todos los italianos porque insólitamente hace poco fue reelecto, ¡es inexplicable el olvido de la historia! Y esto mismo, por el examen del fascismo que los venezolanos conscientes que han leído esta obra se han sentido tan atraídos por sus páginas porque en ellas analiza otra vez Eco el fascismo del cual se ocupó con tanta agudeza en uno de sus Cinco escritos morales(Barcelona: Lumen, 1997). Pero lo que nuestra gente ha encontrado en el libro del italiano es que al describir al payaso de Silvio Berlusconi(¡Mussolini también lo fue, ya sabemos el mal que causó, dejó a la península itálica en ruinas!) nos pone ante el fascismo que en nosotros encarna Hugo Chávez, un fascismo que le viene del quinteto Acción Francesa-Musolini-Hitler-Stalin-Fidel Castro. Y que según podemos ver ahora en el hondo estudio de Gustavo Guerrero Historia de un encargo.(Caracas: Anagrama,2008. 296 p.) también encuentra Chávez sus raíces en las ideas fascistas, reaccionarias y caudillistas que sustentaron la dictadura de Pérez Jiménez(p.103-104), también de origen fascista. Ante el libro de Guerrero habrá que detenerse con atención porque su solidez es grande. Y sobre la corriente política a la que nos referimos, evidente entre nosotros desde 1992, recomendamos que nuestros lectores se detengan ante los libros de Ernst Nolte: El fascismo en su época.(Madrid: Península, 1967. 615 p.) y en el de Stanley Payne: El fascismo.(Madrid: Alianza Editorial, 1982. 249 p.). Y para el fascismo de Chávez: Contra el golpe, la dictadura militar y la guerra civil.(Caracas: catalá, 1998. 176 p.) de Manuel Caballero.

El por qué del título del libro de profesor Eco se sustenta en estas observaciones suyas que toman pie a partir del año 2000:”se vio claramente que avanzábamos hacia atrás después de la caída del muro de Berlín, cuando la geografía política de Europa y Asia cambió de forma radical…Pero la historia de los pasos hacia atrás no se detiene aquí…después de los cincuenta años de guerra fría, los caos de Afganistán y de Irak nos retrotraen triunfalmente a la guerra real o guerra caliente, resucitando incluso los memorables ataques de los ‘astutos afganos’ del siglo XIX en el Kyber Pass, y nos ofrecen un nuevo episodio de las Cruzadas con el choque entre el Islam y la cristiandad, incluidos los asesinos suicidas del Viejo de la Montaña, regresando a las gestas de Lepanto…Han reaparecido los fundamentalismos cristianos, que parecían propios de la crónica del siglo XIX, con el replanteamiento de la polémica antidarwiniana, y ha surgido de nuevo(aunque sea en términos demográficos y económicos) el fantasma del peligro amarillo…nuestras familias acogen nuevamente a siervos de color, como en el Sur de Lo que el viento se llevó(1936), se han reanudado las grandes migraciones de pueblos bárbaros…y renacen al menos en nuestro país, ritos y costumbres del Bajo Imperio…Ha regresado triunfante el antisemitismo con sus Protocolos, y tenemos a los fascistas…en el gobierno…Parece como si la historia cansada de dar saltos hacia delante en los dos milenios anteriores, se encerrara de nuevo en sí misma y volviera a los fastos confortables de la tradición…No me imagino un debate electoral que pueda desarrollarse bajo el lema ‘Vosotros tenéis razón, pero votad al que está equivocado’…Pero los tiempos son oscuros, las costumbres corruptas y hasta el derecho a la crítica, cuando no lo ahogan las medidas de censura, está expuesto al furor popular”(p.13-15). Se hace presente aquel oscuro futuro del poema de T.S. Eliot(1888-1965) en uno de sus Cuatro cuartetos(1943), escritos en los días de horror de la pasada Guerra Mundial, por lo cual son pertinentes también las acotaciones de Octavio Paz(1914-1998) en La otra voz(ed.1990,p.65). Sobre los Protocolos de los sabios de Sion, aquel panfleto antijudío, no presenta Eco un claro análisis en su artículo “El complot”(p.330-332).

Pero esos pasos hacia atrás que mira Eco en Europa y Asia también están vivos en América Latina, el continente vive en este momento la “crisis de la democracia” que dijo el lúcido periodista venezolano Rafael Osio Cabrices en su fundamental libro El horizonte encendido.(Caracas: Mondadori/ Debate,2006. 601 p.), asunto que puede ser mirado también en El regreso del idiota.(Bogotá: Mondari/Debate, 2007. 343 p.) de Plinio Aupeleyo Mendoza, Carlos Alberto Montaner y Álvaro Vargas Llosa, los dos libros de conjunto sobre la vida actual de América Latina más completos que se han publicado en tiempos cercanos ya que todo lo registran. En El regreso del idiota son impecables el análisis sobre Venezuela, debido sin duda a Plinio Apuleyo Mendoza como el relativo a Cuba obra, no nos cabe duda, de Montaner. En verdad todo sabemos quien es hoy “el idiota” al que se refiere el libro. Hay que pensar, si partimos de las observaciones de Eco, en lo que ha sucedido en nuestras tierras con la reaparición del neo-caudillo Chávez y todos sus intentos de crear de un neo-imperialismo con el dinero del pueblo venezolano, claro, nunca autorizado por este, es decir robado a ellos, actuando más allá de las fronteras de la legalidad constitucional. Hay que mirar la casi debacle, apuntalada por un tiempo por los dólares que les envía Chávez, que se vive en la Argentina, a lo cual nos referimos más adelante, los sucesos de Bolivia, todo el caos allá creado pero organizado desde Caracas por el César imperante, responsable primero de la caída de los presidentes Sánchez de Lozada y Meza, incluso está claro que en el reciente referendo(2008) allá hubo un fraude organizado en Venezuela, igual al de aquí en el 2004; Ecuador desestabilizado, sin dirección ni dirigencia; Nicaragua por el peor camino. La situación de Bolivia y Ecuador, e incluso de la Argentina, obligará un día a sus Fuerzas Armadas a tomar el poder para frenar la anarquía y porque los políticos civiles, pese a haber ganado las elecciones, han fracasado. Cuba ya en la decadencia, la muerte de su líder máximo es inminente y Raúl Castro es casi un ser impotente para actuar. Hay países que se salvan de la marea izquierdista, ha quedado ampliamente demostrada la incapacidad de los radicales de América Latina para gobernar para sus pueblos con coherencia. Las excepciones son: el Brasil de Luis Ignacio Lula quien ha resultado un político hábil e inteligente quien no se ha metido en aventuras y las fuerzas políticas, económicas y militares cariocas están cada día presentes en influyen en el desarrollo de los sucesos; al parecer la sociedad democrática uruguaya ha puesto en cintura a su delirante presidente Tabaré Vasquez. México no parece enrumbarse bien, pese a todo parecen persistir los males autocráticos del PRI pese a gobernar otro partido. El Chile de la coalición y Colombia con el prudente Álvaro Uribe a la cabeza son los que mejor andan, allá hay incluso crecimiento económico pese a la guerra civil permanente. Tuvo el animoso Uribe hace poco una serenísima actuación el día(2008) que Hugo Chávez puso todo el ejército venezolano en la frontera y Uribe no movió al suyo: hombre culto, buen conocedor de la historia, sabía bien que es así como comienzan todas las guerras. De tal manera que también en América Latina hay que aplicar muchas de las ideas de los pasos de los cangrejos, que siempre son hacia atrás, que expone con tanta lucidez Eco.

La gravedad del momento en América Latina es tal que Osío Cabrices anota en su libro un hecho gravísimo:” 52% de los latinoamericanos, más de la mitad, pues, estaban dispuestos a entregar varias libertades ciudadanas a cambio de que mejorara su situación económica. Es decir, eran capaces de cambiar la democracia por la dictadura, si ésta les permitía aliviar la pobreza, conseguir trabajo, tener con qué comprar más”(El horizonte…,p.19), hecho que es terrible y arduo, máxime si pensamos que la democracia está extendida por todo el continente pese a presentársenos ”descoyuntado, que se desayuna con escándalos”(El horizonte…,p.153). Lo que hoy necesitan nuestras democracias “es éxito económico, lo que significa más equilibrio. En el fondo, el desencanto no es sobre la democracia misma, sino sobre su desempeño económico”(El horizonte…,p.195) porque “La gente espera de la democracia el fin de los privilegios, que la ley sea igual para todos. Igualdad, mano, igualdad, esa la promesa de la democracia, por eso derrotó al comunismo…el mayor problema de nuestra democracia es la desigualdad”(El horizonte…,p.165). La democracia es permanente en Hispanoamérica por ello es que hoy sólo hay una dictadura en América Latina: en Cuba y amagos de establecer una autocracia en la hoy en día “traumatizada por coyunturas extraordinarias recientes, como lo es Venezuela”(El horizonte….p.377). De hecho Chávez, déspota de corazón, hombre que solo desea “poder, poder y más poder”, no ha podido establecer su cesarismo porque la sociedad venezolana es hondamente democrática, y ello desde muy atrás, desde el siglo XIX, y se le ha parado con conciencia por delante en sus diversos intentos de imponer uno especie de neo-socialismo, o sociedad comunista(ya caída en todas partes, al menos desde 1985 y 1989), porque el sistema de vida de los venezolanos es la democracia, una menecracia gracias al petróleo. El país se ha parado ante Chávez varias veces y lo seguirá haciendo. Atentar contra el sistema de vida de su propio país es el más grave pecado cometido por Chávez y muestra evidente que apenas conoce la historia del país porque de conocerla otra hubiera sido su posición política. Incluso él que se llama socialista y manda a los venezolanos a leer a Marx y Engles ni siquiera sigue la gran lección de Marx: conocer la sociedad en la cual se va actuar so pena de fracasar. Fue esta la lección de una de las grandes figuras del marxismo en Venezuela: el doctor Salvador de la Plaza(1896-1970), cosa que se puede leer en los papeles de su archivo, impreso hace pocos años(El archivo de Salvador de la Plaza,ed.1992,t.I,p.249). Y ello porque como dijo José Rafael Pocaterra(1889-1955), en hoja que se puede leer entre los documentos de don Salvador, “La realidad es fea y triste, pero es la realidad”(El archivo…,t.II,p.25). Pero Chávez para nada se ha detenido a interrogarla, a comprenderla. De allí el descoyuntamiento de su administración y de sí mismo:¿es la presencia otra vez de un hombre como el gobernador Eugenio Ponte y Hoyo en el siglo XVIII o del valioso Diógenes Escante en el XX como lo propone el novelista José Balza en su intrigante novela corta Un hombre de aceite(ed.2008,p.111-113).

Son sumamente copiosos el número de tópicos a los cuales se refiere Eco, lo cual hace más fascinante aun su obra, las perspectivas que abren cada uno de estos textos son amplísimas. Por ello nos detenemos aquí en algunos de los temas que aborda porque este libro es tan sugeridor que nos daría para escribir un ensayo más extenso que esta reseña para comentarlo.

Lo primero, con lo cual concuerda este columnista es cuando Eco anota:”es cierto que a veces, para saber que hay que pensar, un escribe un artículo. Es una forma de ordenar las ideas”(p.118).

Sobre la democracia, y recordando el Elogio de la democracia de Pericles(495-429 aC), que recoge Tucídides(460-395 aC) en su Historia de la guerra de Poloponeso(Segunda Parte,60-64), señala que esta es la única forma que una “nación pueda vivir garantizando la felicidad a sus ciudadanos”(p.69). Por ello el gobernante griego indicó: “Y puesto que está organizada de tal modo que los derechos civiles corresponden no a una minoría, sino a la mayoría, es llamada democracia: respecto a los derechos privados, frente a las leyes todos están en un plano de igualdad, y en cuanto a la consideración pública en la administración del Estado, cada uno es elegido según sus méritos en un determinado terreno, no por su procedencia social…Y en cuanto a la pobreza, si alguien puede hacer algo bueno a la ciudad, no se lo impide la oscuridad de su rango…Amamos la belleza, pero con moderación, y nos dedicamos al saber, pero sin relajación”(p.70). Bien vale en esta Venezuela cuya democracia está amenazada desde la aprobación de la Constitución de 1999 repasar las líneas del gran estadista heleno junto con los escolios de Eco.

E indica Eco “en democracia todo el mundo tiene derecho a ejercer sus libertades siempre que este ejercicio no vaya en detrimento de las libertades de los demás…Si hubiese una epidemia de suicidios, el estado debería intervenir para limitar una práctica que, a la postre, provocaría un daño a toda la sociedad”(p.119), tal los límites de la democracia: actuar siempre en función de la salud pública, y no sólo de la de los cuerpos como en la cita de Eco. Y esto porque dentro de la democracia también hay que “aceptar una dosis soportable de injusticia en fin de evitar injusticias mayores”(p.122). Pero también, y esta es otra cara también esencial de la democracia:”Una sociedad multicultural tiene que educar a sus ciudadanos para que conozcan, reconozcan y acepten las diferencias, no para que las ignoren”(p.122). De allí lo fundamental que es el pluralismo, el respeto a la diferencia, de allí que Eco cita a Claudio Magris cuando indica “El pluralismo, sal de la vida, de la democracia y de la cultura, no consiste en una serie de mundos cerrados en sí mismos e ignorantes el uno del otro, sino en el encuentro, en el diálogo y en la comparación”(p.262). Por ello insiste Eco en la tolerancia, recordando el Tratado(1763) que sobre ella escribió Voltaire(1694-1778), cuando apunta:”el concepto de tolerancia tiene una historia y una dignificad filosófica propia, y remite a la mutua comprensiónentre diferentes”(p.287). Leer y reflexionar sobre estos puntos es básico, pero surge una interrogante: ¿y qué hacer, maestro Eco, cuando es el Estado el quien destruye las libertades de la ciudadanos?.

Y sobre el populista apunta que es aquel es “aquel que se crea una imagen virtual de la voluntad popular. Mussolini lo hacía reuniendo a cien o doscientas personas en la Piazza Venecia que lo aclamaban y que, en su condición de actores, desempeñaban el papel de pueblo. Otros pueden crear la imagen del consenso popular jugando con los sondeos, o simplemente evocando el fantasma de un ‘pueblo’. De esto modo, el populista identifica sus proyectos con la voluntad del pueblo y luego, si tiene éxito(y muchas veces tiene éxito), transforma en ese pueblo que ha inventado a una buena parte de los ciudadanos, fascinados por una imagen virtual con la que acaban identificándose”(p.149). ¿No les parece conocido el tal populista?. Juan Domingo Perón(1895-1974), en la Argentina, lo fue: desde su caída en 1955, aunque volvió al poder en 1973, la Argentina, un país rico y potente e influyente en muchos sentidos, no logró más levantar cabeza desde el punto de vista político y económico, ni Peronistas ni Radicales han podido ponerlo a andar otra vez, mandan ahora los guerrilleros pero ya sabemos la incapacidad de la izquierda latinoamericana para mandar con sentido, sobran los ejemplos. Los esposos presidentes Nestor Kischner primero y Cristina Kischner después han logrado cierta estabilidad económica, ficticia, gracias al dinero que Hugo Chávez les manda de regalo desde Venezuela, por cierto sin autorización legal alguna, peculios que son del pueblo venezolano que los necesita para su vida y su desarrollo. Estas donaciones han convertido el vivir de Venezuela en una paradoja: la nación vive la mejor situación económica de toda su historia pero esta no le ha servido, de hecho se vive dentro de una gran crisis económica, grande desempleo, con amplia carestía incluso de alimentos, con la educación, la salud, la seguridad e incluso la administración de su petróleo en su peor momento, y ello porque el mandatario regala a otros lo que es de los venezolanos. Todo esto es populismo. Perón quebró para siempre la economía argentina y lo mismo está ofreciendo Chávez a los venezolanos. En la Argentina de los últimos cincuenta años sólo se ha mantenido su gran presencia intelectual viva. Y ello porque como escribió el mexicano Carlos Fuentes, refiriéndose a toda la América Latina en grave crisis institucional y política,”sólo ha permanecido en pie lo que hemos hecho con mayor seriedad, con mayor libertad y también con mayor alegría: nuestros productos culturales, la novela, el poema, la pintura, la obra cinematográfica, la pieza de teatro, la composición musical, el ensayo, pero también el mueble, la cocina, el amor y la memoria, pues todo esto es cultura, hasta integrar lo que José Ortega y Gasset llama ‘un conjunto de actitudes ante la vida’”(Valiente nuevo mundo,ed.1990,p.12-13). Y la escritura y el pensamiento llamando la atención sobre la gravedad de lo que vivimos, examinando la crisis de la democracia latinoamericana, siendo luz que llama sin detenerse pese a las persecuciones y burlas de los gobiernos populistas que sabemos hacia donde nos están llevando. Son los intelectuales quienes hacen luz en el laberinto, son los fareros, son quienes nos indican hacia donde debemos encaminarnos, lo que nos muestra como América Latina, gracias a lo sembró España entre nosotros, no es ni ha sido nunca una tierra yerma sino un bosque florido del cual debemos talar a los demagogos y populistas. Fíjense hasta donde nos han llevado las reflexiones de Eco en este preciso punto que tocamos aquí.

Sobre “lo políticamente correcto” de lo que tanto se habla hoy en día indica que es el uso de “una alteración del lenguaje consistente en hallar sustitutos eufemísticos para usos linguísticos referidos a diferencias de raza, género, orientación sexual o discapacidad, religión u opiniones políticas, con el fin de eludir discriminaciones injustas(reales o ficticias) y evitar ofensas”(p.110). Sobre las aberraciones actuales de lo “políticamente correcto”, miradas en un campus de una universidad del este norteamericano se debería leer con atención la novela de la escritora inglesa Sadie Smith: Sobre la belleza.(Barcelona: Salamandra, 2006. 476 p.).

Hay además en este libro del sabio doctor Eco ensayos ejemplares que merecen meditación detallada por parte de los lectores de este libro. Tales: “Perspectivas para Europa”, “Ilustración y sentido común” o “La pérdida de la privacidad”.

En el primero de los citados ensayos es donde ofrece sus reflexiones sobre lo que denomina ”la neo guerra” de estos días cuyas características para él son: “No se sabe quien es el enemigo…La guerra no es frontal…la neoguerra tampoco enfrenta ya a las dos patrias, sino a infinitos poderes”(p.21-29).

En la “Retórica de la prevaricación” nos muestra como esta es la capacidad, a partir de la entrada de un diccionario, “abusar del propio poder para obtener ventajas en contra del interés de la víctima…actuar contra la honestidad trasgrediendo los límites de lo lícito”(p.57). Por ello “se puede prevaricar y utilizar argumentos retóricos para justificar el propio abuso de poder”(p.57), “el que prevarica busca ante todo legitimarse; si la legitimación es rechazada, opone a la retórica el no argumento de la fuerza”(p.58).

También es singular “Algunas reflexiones sobre la guerra y sobre la paz” siempre escrito desde esta observación, dicha páginas más adelante, la guerra es “el modo más absurdo de resolver las cuestiones internacionales”(p.215).

Todo el conjunto de crónicas dedicadas al régimen de Berlusconi es destacable como sus proposiciones en torno a la necesidad que tienen los países del mundo de hoy de resolver sus diferencias, en su interior o en sus relaciones diplomáticas, a través de la negociación, buscando la concertación, es la única forma, anota Eco, “de evitar “conflictos e incomprensiones, o inútiles utopías”(p.260) y cuando se negocia se debe estar consciente que “hay que elegir lo menos malo”(p.265) y ello pasando por encima de los emotivo o pasional, sobre lo cual “no se puede legislar ni discutir…Sobre cuestiones pasionales no se razona”(p.284).

En todo momento en que un político o una nación deba tomar una grave decisión hay que apelar a los intelectuales porque ellos han sido “A lo largo de los siglos, a través de terribles episodios de intolerancia y crueldad por parte del Estado, ha sobrevivido una comunidad de doctos que ha intentado instaurar sentimientos de comprensión entre personas de todos los países. Si se rompe ese vínculo universal será una tragedia”(p.337-338). Por ello siempre hemos postulado que todo político debe tener a su lado un historiador o intelectual como asesor, claro un personaje lejano a nuestro fatídico Mujiquita(de Doña Bárbara,1929), un hombre o una mujer con tal fuerza interior que siempre les diga la verdad pese a que el político se moleste o no quiera recibir a aquel hombre de letras por no gustar de sus observaciones y sus consejos. Entre nosotros hubo un presidente que hizo eso, no escuchó ni oyó a los cercanos consejos de gente prudente quienes deseaban lo mejor para su gobierno porque si gobernaba bien ello iría en beneficio del país. Este político que no escuchaba cayó un día, perdió el poder. En cambio la diestrísima Catalina de Rusia(1729-1796) tenía un miembro de su corte cuya obligación era salir del palacio, andar por las calles, conversar con todos y traerle a la emperatriz todo, especialmente, fue lo que ella le pidió, todo lo malo que dijeran de ella para poder así corregir sus políticas. Fue el mismo consejo que el Libertador dio(abril 19,1820) al general José Antonio Páez(1790-1873) cuando le dijo en una carta: “el que gobierna una gran familia tiene que pasar por todo, sea agradable o no. Ud. debe incomodarse porque le digan el dictamen de los otros; a mí me lo dicen todos los días y no me incomodo, por que el que manda debe oír aunque sean las más duras verdades y, después de oídas, debe aprovecharse de ellas para corregir los males que producen los errores. Todos los moralistas y filósofos aconsejan a los Príncipes que consulten a sus vasallos prudentes y que sigan sus consejos; con cuanta más razón no será indispensable hacerlo en un gobierno democrático en que la voluntad del pueblo coloca sus jefes a la cabeza para que le hagan el mayor bien posible, y no le hagan el menor mal. Un pueblo soberano, ha dicho Montesquieu, es un caballo indómito que muy pronto derriba su jinete. Es muy difícil dar gusto a muchos y mucho más cuando la República está rodeada de males e incovenientes”(Escritos del Libertador,ed.1983,t. XVII,p.223. El subrayado es nuestro). A poco de haber escrito estas palabras, al año siguiente, el Libertador vino a Caracas después de siete años de ausencia de su ciudad y lo que encontró era que aquí se había formado no una nación libre sino una ”demoniopolis” según sus propias palabras (Escritos…,ed.1988,t.XX,p.299). De allí que los políticos venezolanos para gobernar deben saber siempre que los venezolanos son un pueblo díscolo y bastante anárquico pero también hondamente afectivo, sentimental, tropical, caribe y fiestero que para ven con buenos ojos ningún ordenamiento jurídico que les haga sacar del cauce libertario de sus vidas. Por lo cual también Bolívar, siempre avizor, había ya indicado(febrero 15,1819) que ”los venezolanos aman la Patria pero no aman sus leyes” (Escritos…,ed. 1982,t.XV,p.28). La “demoniopolis” ha crecido en Venezuela en los años de Chávez por ser este un gobierno sin resortes éticos de ningún tipo, que más de una vez ha incitado a los pobres al delito, en el cual no hay gobierno, de hecho ni siquiera el presidente Chávez trabaja y no hay gobernabilidad de ningún tipo. Los políticos que no escuchan no van nunca muy allá. Un día lo pierden todo, el poder también, como nos lo enseña la historia universal.

Hay también en A paso de cangrejo unas sabrosas acotaciones de Eco sobre las cien mejores frases de la historia del cine. Las de Eco, quien como notable comunicólogo es una cinéfilo empedernido, son “Francamente, querida, me trae sin cuidado” dichas por Clark Gable en Lo que el viento se llevó a la protagonista; “Es la prensa, querido, y tu no puedes hacer nada” de Deadline(entre nosotros El cuarto poder) dicha por el insustituible Humphrey Bogart o aquella de la inolvidable Casablanca, que es la historia de aquellas cosas que solo se hacen por amor(como el sacrificio final del padre en la película de Franco Zeffirelli El campeón,1979). La frase de Casablanca dicha por Bogard a Invonne: “¿Dónde estabas anoche?. Hace tanto tiempo que no lo recuerdo.¿Nos vemos esta noche? Nunca hago planes con tanta antelación”, le parece, apunta Eco, “un diálogo sublime que no necesita explicación, ya que al que no lo entienda es imposible reeducarlo”(p.180).

Igual importancia damos a su reflexión sobre la edad, no querer envejecer, no comprenderse en la edad que tenemos, es uno de los grandes maldiciones de estos días. Por ello tiene razón Eco al declarar, estamos con él, “Yo soy de aquellos que no añoran la juventud(estoy contento de haberla vivido, pero no querría comenzar de nuevo) porque hoy me siento más rico de lo que era otro tiempo”(p.286). Y porque si no nos aceptáramos tal cual somos, lo que nosotros pensamos y sentimos, no hubiéramos tenido las experiencias que tenemos, no hubiéramos podido amar a las mujeres que han estado con nosotros, no habríamos visto el milagro que es ver crecer a los hijos, no hubiéramos tenido profundas amistades, ni leído todos los libros que hemos leído. Y además cada edad tiene su propia sabiduría, “sofía” decían nuestros tatarabuelos los griegos, y no entenderla es también gravísima falta. Y es por ello también que líneas antes Eco había consignado: “Es una sensación maravillosa darte cuenta de que todos los días aprendes algo más, que tus propios errores de antes te han hecho más sabio, que tu mente(a la par que tu cuerpo tal vez se debilita) es una biblioteca que se enriquece día a día con un nuevo volumen”(p.286).

Pero las enumeradas, en las que nos hemos detenido, no son las únicas que podemos hallar en este nutrido volumen del piamontés Umberto Eco.

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