Opinión Nacional

El mundo nos mira: ¡ Votemos en paz!

El mundo mira expectante a Venezuela» (EN 30-09-2012) es titular semejante a los cientos que durante los últimos días de la campaña electoral ha publicado la prensa del país. Hoy domingo 7 de octubre, día de la elección presidencial, están entre nosotros más de 350 periodistas y medios internacionales, mostrando con su presencia el norme alcance hemisférico del hecho que hacía muchos años que no tenía a Venezuela como protagonista.

Llegó el gran día en el que los venezolanos con derecho al voto nos volcaremos masivamente en las urnas, convencidos de que «la única forma de defender a la democracia es saliendo a votar», tal como declaraba recientemente en este mismo periódico (30-09-2012) el rector del CNE Vicente Díaz. Movidas por ese espíritu democrático, numerosas personalidades e instituciones del país han instado a los venezolanos a «participar activamente en este importantísimo proceso electoral», como ha hecho el arzobispado de Caracas: «Votar es una seria obligación moral. Se trata de fortalecer la democracia y garantizar el bien de los venezolanos, sin exclusión ni discriminación alguna. Estamos todos llamados a participar activa, decidida y solidariamente. ¡Es la hora de votar!», reza el documento firmado por el Cardenal Jorge Urosa, en el que se subraya que «el voto es secreto», como lo aseguran tanto el CNE como técnicos de diversos sectores políticos. «Solo Dios sabrá por quién votaremos. Rechacemos las amenazas indebidas. El voto libre es un derecho que debemos ejercer con valentía y de acuerdo a nuestra conciencia». Clama la Iglesia por «respetar la voluntad popular expresada en las elecciones, por desterrar la violencia (no es cristiana) y recuerda que los organismos del Estado, los diversos actores políticos y el Plan República, están obligados a garantizar la paz, el orden público y la ausencia de violencia», sobre todo el día de la elección. Recordando ingratas experiencias anteriores, la Iglesia advierte que «el pronto anuncio de los resultados favorecerá el clima de serenidad y la acogida de los mismos». Los párrocos han estado exhortando en la misa a ir a votar y a recordar que el CNE «está llamado a tomar las medidas necesarias para que los comicios se efectúen con todas las garantías de imparcialidad y transparencia». En términos semejantes de exhortación al voto como «deber que la conciencia obliga, de defender la libertad, la democracia, la justicia, el respeto, la tolerancia y el pluralismo» se expresaron las universidades del país.

No echemos en saco roto votar muy temprano. Tiene muchas ventajas que han aparecido en forma reiterada en las redes sociales. No debemos presentarnos en el Centro Electoral llevando gorritas, ni franelas ni nada que haga alusión a candidatura o partido político alguno. El CNE y los medios nacionales han difundido profusamente la «herradura» que marca los fáciles pasos del acto de votar que apenas dura minuto y medio: 1) entramos con nuestra cédula de identidad laminada ante la o el presidente de la Mesa Electoral para que registre nuestros datos en el Sistema de Autenticación Integrado (SAI); 2) pasamos al cubículo para votar. Presionamos en la boleta electoral la tarjeta del candidato o candidata de nuestra preferencia, verificamos que nuestra selección aparezca en la pantalla de la máquina de votación y presionamos el recuadro de votar; 3) la máquina emite el comprobante de nuestro voto, lo retiramos sin halarlo, verificamos que coincida con el candidato seleccionado, lo doblamos y lo depositamos en la caja; 4) firmamos y ponemos nuestra huella en donde nos indique el miembro de mesa, y 5) introducimos nuestro meñique en la tinta indeleble, y pasamos a mostrárselo orgullosos a los amigos que hicimos en la cola y a nuestra familia (que exhibirá el suyo).

No difundamos rumor alguno por las redes, ni historias truculentas ni nos alarmemos por celebraciones prematuras indebidas. Está comprobado que el voto es secreto y que, como ha repetido el paciente rector Vicente Díaz, «el candidato que tenga los votos va a ganar». Eso sí, los votos hay que cuidarlos y de eso se encargan los respectivos comandos y las legiones de testigos. Por cierto que el CNE debe garantizar la vigilancia de los centros de alto riesgo, tanto para que los electores pueden ejercer su derecho al voto sin contratiempos, como para que los testigos tengan seguridad. Debe también exhortar a Corpoelec para que los centros de votación no tengan percances eléctricos que impidan el acto de votación.

Así que vayamos todos a votar en paz y complacidos de la posición institucional asumida públicamente por el Jefe del CEO y responsable del Plan República, general Wilmer Barrientos, de garantizar «la limpieza de la jornada electoral». Amén.

 

 

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