El miedo paga
Sus propios electores agradecidos y sobre todo los potenciales, aun apuestan a salir en góndola con una casa gratis o becas de sobrevivencias para varios de la casa, durante años. Y ahora cada donativo, cada cheque, cada mordida, deberá pagarse el 7-O porque serán llamados insistentemente al botón, por una prodigiosa maquinaria que ha contabilizado cada favor, cada promesa cada privilegio y cada lealtad comprada a lo largo de estos 14 años de socialismo repartidor.
En reductos de nuestra oposición no se entiende aun que Chávez monta un fraude de mil caras, donde el chantaje por favores recibidos es tan ventajista, como poder votar por el ausente y varias veces por vía de los multi-cedulados de imposible detección, porque se trata de inscritos con cédulas diferentes en distintos centros y el RE está abultado precisamente con la diferencia que se suma a los votos reales.
¿Cuantos son? ¿dos millones?, ¿tres millones?. Nadie lo sabe. Porque el multi-cedulado es también multi-becado y controlado que percibe como ninguna oferta opositora puede igualar esa apuesta.
Por eso, hasta prueba de contrario, la única manera de ganar elecciones contra Chávez es sacar dos tercios de los votos, como ocurrió cuando la derrota a su Reforma Constitucional, donde por lo menos 70 % del padrón electoral le obligó a resignarse a la derrota que anduvo cavilando desconocer, hasta que le aconsejaron, desde las esferas militares, que aceptara ese veredicto, aunque rezongó diciendo que “esa era una victoria pírrica de mi…da”.
Si llegara de nuevo la votación opositora al 70 % de los votos, entonces si es posible una derrota decisiva y contundente al proyecto socialista ruinoso.
¿Pero como detectar que se tiene una victoria opositora decisiva entre las manos, en la noche del 7, cuando ya el gobierno a la misma hora este atribuyéndose un triunfo masivo y lanzando su batalla relámpago de amedrentamiento general, que incluye la movilización del estamento militar alcahuete?
¿A esa hora de las certezas en que el gobierno pretenderá alzarse con una victoria espuria, los “cuentadantes”, que fungen hasta hoy de gobernadores y alcaldes DE ESTE REGIMEN, estarán dispuestos a llamar a la huelga general política para desconocer el fraude? Permítanme dudarlo.
Porque si están convencidos, al contrario, que las elecciones serán limpias como balance del 7 de Octubre, entonces solo les queda además de reconocer la victoria electoral del gobierno, aprestarse también a proponer un pacto de gobernabilidad, que saque al país de este marasmo institucional, sobre todo en materia de amplios segmentos de la administración descentralizada, ahora en bancarrota.
Quisiera dejar claro que si lo que desean es pactar una convivencia plena con el régimen chavista, al reconocerle su sistema electoral ventajista y tramposo, deberán entonces asumir plenamente la vergüenza y las consecuencias de ser parte integral y no vergonzante de este tipo de régimen dictatorial.
El cruce de caminos que está planteado a dos meses plazo máximo, luego del forcejeo post 7-O y como consecuencias de haberse jugado a Rosalinda al lado del sistema electoral chavista, es el de redefinir los campos políticos. Si la MUD con el PJ y UNT a la cabeza, deciden ser parte de este régimen, deberán explicárselo al país y dejar de lado el fariseísmo aun campante en sus filas.
Chávez ya está preparando su ofensiva final. Una vez mas dirá que si no es electo viene la guerra civil, que si no gana llega el caos, que si se nos ocurre intentar desalojarle del poder, ello es absolutamente impensable, porque según él pulverizará ese plan desestabilizador, imaginado por golpistas, que actúan a nombre del imperio, que quiere burlar la voluntad popular que él encarna, etc etc.
El miedo paga. Chávez ya lleva 14 años esgrimiendo los mismos chantajes. Pero ahora agregó el mas astuto de sus argumentos, dice: “a la clase media le conviene mi triunfo”. De hecho está recordando que “algodón” de la repartición del acomodamiento les ha tocado… en vuelos de AA, en créditos fáciles, en pago de miles de proveedores del área pública, en licencias de importación y dólares CADIVI, que han fluido desde hace una década para todos los que se han mostrado dóciles, prescindentes, aliados, cómplices en una palabra.
Por supuesto que las víctimas de la sufrida clase media descapitalizada, arrinconada, humillada y emigrada, no escucha ni escuchará estos cantos de sirenas rojas, pero seria tonto no percibir que si hay una parte de esa vieja clase media y sobre todo una nueva, vivaracha, adinerada, gastadora y viajera, que está dispuesta a celebrar ese nuevo Chávez que quiere — siempre bajo la obediencia perruna que exige para su dictadura– acomodarse hasta ser conversos de la nueva religión del despilfarro y de la rifa del país.