El Miedo es bueno
Todas las criaturas animales avanzadas; por ejemplo, peces, moluscos (caracoles, calamares, jibias o sepias, almejas, etc.), anfibios, reptiles, aves y mamíferos, son capaces de sentir miedo y reaccionar ante éste: sus genes los dotaron de esta capacidad para mejorar sus posibilidades de sobrevivir en el ambiente en el cual viven, se alimentan y se reproducen—y la poseen también los seres humanos—cuyo ambiente ya no es exclusivamente silvestre sino mayoritariamente político-económico.
Por ello; no es criticable y mucho menos deleznable que alguna persona sienta miedo ante una amenaza de la naturaleza o ante las medidas políticas y / o económicas que tomen los gobiernos que mueven los hilos del ambiente donde esa persona vive, se alimenta y se reproduce—porque lo que está haciendo con sus reacciones ante su miedo, es simplemente intentar mejorar sus posibilidades de supervivencia.
Pero la historia del miedo no termina aquí, es muchísimo más compleja de lo que cualquiera cree; por ejemplo, el Artículo 32 de la Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas Nacionales (LOFAN) de Venezuela—reformada el 25 de septiembre de 1983—rezaba textualmente:
“No puede ser militar el cobarde, el que carezca de dignidad, pundonor, ni el de relajada conducta, pues, mal puede ser guardián de la libertad, honra e independencia de su Patria, quien tenga miedo de sacrificarse por ella y ultraje sus armas con infames vicios.”
En menos palabras; y “en cristiano”, eso quiere decir que para los militares venezolanos, sentir miedo era un delito que ocasionaba su expulsión deshonrosa de las filas de las fuerzas armadas—y nótese que no hacía excepciones—por lo que ese texto era aplicable a todos los militares, desde los soldados, marineros, aerotécnicos y guardias nacionales rasos, hasta los más encumbrados generales y almirantes.
Sin embargo; no sentir miedo es una imposibilidad biológica, así que los militares—de cualquier nación—y aunque no lo admitan, poseen la capacidad de sentir miedo—y lo sienten.
Y no era imposible sentir miedo y ser militar venezolano sin violar ese texto de esa LOFAN, porque un cobarde es aquél que al sentir miedo, huye despavorido, mientras que un valiente es aquél que siente el mismo miedo, pero se mantiene firme ante la amenaza a su supervivencia y reacciona defendiéndose, atacando o llevando a cabo alguna otra de las maniobras militares aprendidas (que incluyen los movimientos retrógrados y las retiradas que no significan rendición ni pérdida de la batalla); pero este escrito, no es el sitio para entrar en estas últimas honduras.
Por ejemplo; en una oportunidad un Coronel del Ejército venezolano le preguntó (reclamándole) a un General de la Guardia Nacional venezolana; comandante de la Policía Metropolitana de Caracas: “¿Porqué continúa usted permitiendo que los Oficiales de Policía sigan usando sables en sus uniformes, cuando ese es el símbolo de la espada de Bolívar que es exclusivo de los Oficiales de las Fuerzas Armadas? ”—a lo que el General respondió: “Coronel, la espada de Bolívar no es exclusiva de los militares… ¡Ojala la portaran hasta las niñas!..Y tampoco es exclusiva de los venezolanos, por cuanto Bolívar es el Padre Libertador de cinco naciones: Bolivia, Colombia (que en ese entonces incluía a Panamá como uno de sus Departamentos), Ecuador, Perú y Venezuela.”
Y aunque también los civiles sienten miedo; simplemente porque son seres humanos, y ya sean éstos clérigos o laicos, políticos o apolíticos, hembras o varones, o miembros de cualquier otra categoría humana que podamos imaginar, pueden también ser valientes—lo que ni remotamente significaautosuicidarse ni convertirse en el hombre de la etiqueta conocidos concepto y personaje; respectivamente, divulgados por la muy exitosa y altamente popular telenovela de Radio Caracas Televisión (Rctv); Por Estas Calles.
En resumen: nunca se avergüence de sentir miedo, porque eso no lo convierte en cobarde—es un simple mandato genético evolucionario—y porque usted; sin duda, puede ser muy valiente cuando así lo quiera.