El Manifiesto de las clases medias de Enrique de Diego
El Manifiesto de las clases medias, a decir de su mentor español, incluye un programa de acción para un futuro movimiento ciudadano, que se impone reseñarlo textualmente para diseccionarlo: Erradicación del totalitarismo educativo mediante la puesta en práctica inmediata del cheque escolar a las familias: prohibición legal de todo impuesto progresivo; abolición de toda penalización al derecho de herencia., supresión de la financiación estatal a partidos, sindicatos, patronales y cualquier otra organización social; supresión de toda subvención a fundaciones y las llamadas organizaciones no gubernamentales; supresión de toda subvención al cine y a cualquier actividad de las denominadas culturales; constitucionalidad del presupuesto de equilibro cero, sin excepción, para cualquier institución política de ámbito local, regional o nacional; drástica reducción a la mitad del sector político y eliminación de cualquier privilegio de carácter funcionarial; privatización de las empresas estatales y persecución de los oligopolios; supresión de las ayudas a agricultura, pesca y ganadería; supresión de los trasvases de fondos de Gobierno a Gobierno: las ayudas denominadas de cooperación al desarrollo y eliminación del sistema de concesión administrativa en el ámbito de los medios de comunicación.
A ver señores, sabemos que si el discreto encanto de la burguesía es demoníaco; cosa peor es la pequeña burguesía, que vosotros representáis. El hombre medio odia al pobre y reverencia al burgués; vive en con el temor de caer en la pobreza y con la esperanza de llegar el gran salón de las minorías adineradas. Con respecto a los puntos, entremos en detalle.
A poco leía un buen ensayo del extinto Luis Beltrán Prieto Figueroa sobre la Universidad Moderna en América latina. Nada que ver con vuestra propuesta, que con base en el totalitarismo que en todos lados ven, plantean la no inherencia, ya no digamos del estado sino de la sociedad, para planificar los talentos en función de las realidades del entorno. La educación tiene que ser democrática pero diferenciada, esa es la síntesis del gran educador que fue nuestro compatriota.
Uno de los logros de la Hacienda Pública, precisamente está en el impuesto progresivo; es acaso que pretenden que el Señor Bill Gates, con su Fundación Melisa y Gates, de más de cincuenta mil millones dólares, por pura filantropía dirija los recursos monetarios para colmar los gastos sociales y atenuar las diferencias sociales. Me imagino que estos liberales a ultranza son partidarios del impuesto proporcional, es decir, que ricos, pobres y los sectores medios, todos paguen por igual; sin diferenciar entre los ingresos tenidos por cada quien. En nuestro caso venezolano existe la llamada ley de sucesiones y donaciones. Por desgracia, es poco lo que se recauda por dicho concepto; pienso que debe extremarse este segmento impositivo. Pensar que la herencia, donaciones y liberalidades no tengan control tributario, es un extremismo como la premisa de ustedes de un libre mercado; que sólo existe en su imaginación no desinteresada.
El concepto de transferencias en el presupuesto nacional, quièrase o no es un gran logro; claro que en manos de políticos populistas es una arma de control social; donde la curia romana y el gran negocio, precisamente de una clase media vegetal, con sus fundaciones y asociaciones sin fines de lucro, mantienen con base en supuestas actividades desinteresadas unos trenes de vida, que los mantiene en sus zonas cómodas. Díganme señores, ¿El repunte español no es producto de los fondos a perdidas que les remitió la Comunidad Económica Europea? En lógica presupuestaria existe el principio del equilibrio presupuesto; los ingresos deberían ser iguales a los gastos. Muchas son las causas de por qué esto no se da en la práctica. Imagino que no dirán nada ante los subsidios a perdidas que el gobierno norteamericano le inyecta en la actualidad a los criminales banqueros y bolsistas; para reflotar una economía en secesión, la cual descarga el peso de dicha situación precisamente en los sectores populares y medios.
Hablar de la eliminación del estado es el sueños de los achatas, bien de derecho, izquierda, centro y hasta del mito de los cristianos en sus catacumbas. Hablemos en serio, más que achicar el estado, necesario en muchos casos, se impone es la racionalidad en términos de productividad, eficacia, eficiencia y efectividad. Por desgracia el monopolio, el oligopolio, la centralización y concentración del capital es típico de las economías de cambio, como también de aquellas que usando ideológicamente el socialismo, devinieron en un capitalismo de estado. No es que usted quiera ciudadano, es que las leyes económicas son así desde que desapareció la libre oferta y demanda en los mercados.
En síntesis, creo que levantar un manifiesto en torno de la clase media es un populismo bien de derecha, que nos puede llevar a un fascismo. No perdamos la visión dialéctica de los proceso; pensar que la España vuestra se diferencia en lo sustantivo con un Partido Socialista Obrero Español o el Partido Popular, son meras discusiones vacuas de pequeño burgueses. El problema central es cómo producir con calidad, competitividad, darle primacía al talento, el trabajo el equipo, integrar los mejores y claro distribuir en función de las contribuciones equivalentes; sin que se caiga en el igualitarismo per se, pero siempre respetando la dignidad humana.