Opinión Nacional

El infinito (I)

 El “infinitivo”, el “participio” y el “gerundio” constituyen lo que en las gramáticas se conoce como “derivados verbales” o “formas no personales del verbo”. Su característica más definitoria es la de que, siendo formas del verbo, no obstante no se conjugan, por lo que no tienen diversas flexiones, es decir, no experimentan cambios morfológicos al ser empleados, como sí ocurre con las llamadas “formas personales” o “conjugables” del verbo. El “infinitivo” es el nombre del verbo, y se caracteriza porque puede ser de tres tipos, según su terminación o desinencia: en “-ar” los de la primera clase (“amar”), en “-er” los de la segunda clase (“temer”) y en “-ir” los de la tercera clase (“partir”). Desde el punto de vista morfosintáctico el “infinitivo” es un sustantivo, pero sin dejar de ser una forma verbal. No se trata, pues, de que en un determinado caso un “infinitivo” esté sustantivado, sino de que es, por definición, un sustantivo que, paralelamente, es también una forma verbal. Como sustantivo, el “infinitivo” puede hacer las mismas funciones qua a esta categoría gramatical le corresponden, aun las que son exclusivas de esta. Puede ser, por ejemplo, sujeto de otro verbo: “Caminar es bueno para la salud”; “Vivir aquí tiene sus ventajas”. En estos ejemplos los infinitivos “caminar” y “vivir” son sujetos de los verbos “es” y “tiene”, respectivamente. Puede ser también complemento directo: “Ellas miran llover”; “Él prefiere madrugar”. Aquí los infinitivos “llover” y “madrugar” son complementos directos de los verbos “miran” (la cosa vista) y “prefiere” (la cosa preferida). El infinitivo puede ser igualmente complemento indirecto: “Ella trabaja para vivir”; “Yo salgo temprano para llegar a tiempo”. “Vivir” y “llegar” son en estos casos complementos indirectos de los verbos “trabaja” y “salgo”. Sin embargo, la gramática moderna prefiere atribuirles a estos infinitivos la función de complemento circunstancial. Puede el “infinitivo”, así mismo, hacer oficio de complemento circunstancial: “Saldremos al amanecer”; “De tanto comer engordó como un cochino”. “Amanecer” es complemento circunstancial de tiempo del verbo “saldremos”, y “comer” es complemento circunstancial de causa del verbo “engordó”.

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