El hombre más ingenuo del mundo
Es el sucesor del presidente Chavez. Quienquiera que sea. Y mientras
más pronto le toque reemplazar a Chávez en la Presidencia de
Venezuela mayor su ingenuidad. Hugo Chávez sembró vientos y es
indispensable que sea el quien recoja las tempestades. No para
castigarlo condenandolo a atender el caos economico, institucional o
financiero que el creo. Sino para salvarnos de volverlo a tener en
Miraflores despues de la tempestad. Su reemplazo demasiado anticipado
nos sumiría en un círculo vicioso que retardaría la construcción del
futuro más prospero y estable que nos merecemos. Ese futuro mejor es
perfectamente posible y Venezuela tiene como alcanzarlo si tuviese
un líder más sensato y educado. Pero ese mejor futuro no es viable
si antes no se expurgan del alma política de los venezolanos los
sentimientos e instintos que llevaron a Chávez al poder. Una salida
temprana de Chávez, especialmente si es por vías no constitucionales
o violentas, no sólo lo salva a el de enfrentar su fracaso y nos
retraza como país sino que le impide a la mayoría de los venezolanos
que lo apoyaron entender la verdadera magnitud de la tragedia que el
significo para los más pobres. Peor aun, pone a Venezuela en el
peligro de que Hugo Chávez o las ideas de la izquierda desactualizada
que lo acompaña vuelvan a contar con las simpatías de la mayoría de
los votantes en futuras elecciones una vez que los recuerdos de lo
que fue su paso por Miraflores sean desdibujados por el tiempo, la
propaganda y el desgaste político de cualquier futuro gobierno.
Desgraciada e irremediablemente el futuro cercano sera muy difícil
para Venezuela. Los tendencias económicas que Chávez ha echado a
andar ya tienen vida propia y no son reversibles a corto plazo. La
economia entrara en una crisis aun mas aguda y las crisis sociales,
institucionales e internacionales también se acentuarán. Un doloroso
y políticamente explosivo ajuste fiscal así como una crisis cambiaria
ser´´an inevitables.
Trágicamente, al igual que la mayoría de las políticas adoptadas
hasta ahora por el presidente Chávez serán los venezolanos más
pobres, más viejos, más enfermos y más vulnerables quienes sufrirán
las peores consecuencias de los recortes de gasto público que habrá
que hacer o de la mayor inflación que pondrá aun más productos
indispensables fuera del alcance de la mayoria de los venezolanos que
vive en extrema pobreza. Eso va a ocurrir con o sin Chávez en
Miraflores. Pero es muy importante que cuando estas crisis estallen
Hugo Chavez sea el Jefe del Estado y no el jefe de la oposicion.
Venezuela y el mundo lo deben ver gobernando, no dando encendidos
discursos desde la oposición, lamentando el sufrimiento de los
venezolanos y denunciando a quienquiera que este en el gobierno
intentado remendar los entuertos que Chávez dejó y de los cuales se
va desentender. El lugar donde le toca estar a Chávez en el futuro
próximo es en Miraflores. Es detras del microfono de «Alo
Presidente» . No es dando mítines en Catia, ruedas de prensa en La
Habana o entrevistas a CNN desde en algun lugar de la selva
colombiana denunciando al gobierno que seguira al suyo.
Cualquier futuro gobierno con algo de responsabilidad tendrá
que tomar medidas muy impopulares para estabilizar la economía y
corregir las distorsiones creadas por Chávez y su lamentable equipo
de gobierno. También tendra que ponerle coto al hampa desatada,
reconstruir a las Fuerzas Armadas, a PDVSA y al Banco Central,
devolverle a los ministerios una mínima capacidad operativa,
explicarle a los sindicatos de profesores, maestros, médicos y
enfermeras que el gobierno no tiene como honrar los contratos que
firmo con ellos, persuadir a los inversionistas extranjeros y
nacionales que ya no es una locura invertir en Venezuela, decirle a
los militares que no hay fondos para los aumentos de sus sueldos, las
construcción de sus viviendas o para las compras de equipos y armas
ya acordadas, pedirle a la Asamblea Nacional que redacte y apruebe
nuevas leyes que reemplacen a las que impuso el gobierno de Chávez,
comenzar a recuperar el respeto por Venezuela en el ámbito mundial,
redefinir las relaciones con Cuba, Colombia con los Estados Unidos y,
en general, disminuir el aislamiento internacional que produjo la
política exterior Chavista. Por sobre todo, el proximo gobierno
debera restituirle a los venezolanos la paz social cuya erosion tanto
se le debe a Chávez. Esa paz social solo se recuperara cuando haya
más trabajo, menos pobreza, menos delincuencia y menor desigualdad.
Todas las estadisticas independientes muestran que el gobierno del
Presidente Chávez no solo no ha logrado avances en ninguno de estos
frentes sino que durante su gestión la pobreza, la niñez abandonada y
la violencia criminal en los barrios más pobres han aumentado. La
eficacia retórica de Chávez combinada con su ineficacia como
gobernante han producido un cocktail letal. Sus discursos energizan
el resentimiento social y crean expectativas imposibles de satisfacer
a corto plazo mientras que su incapacidad para gobernar crea aun más
frustraciones en un pueblo harto de que lo engañen.
Es verdad que prolongar el gobierno del Presidente Chávez le
permitará continuar con los desaciertos. También es cierto, que
aunque parezca increíble, todavía le quedan algunos errores por
cometer en materia de política económica y social. Y todo parece
indicar que esta encaminado a cometerlos. Pero a estas alturas, en su
mayor parte, el daño ya está hecho. La agudizacion de la crisis
económica ocurrira con o sin Chavez. Y dejarlo salir liso de esto
garantiza que al principio lo tendremos como martir en la oposición y
que un tiempo después vuelva a ganar las elecciones presidenciales.
Este es el momento de vacunarnos contra otra presidencia de Chávez.
La vacuna es dejarlo en Miraflores.
Todo indica que si las cosas siguen como van el desprestigio nacional
y mundial de Hugo Chavez continuará aumentando aceleradamente. A
menos que por el apresuramiento de algunos se convierta en un
martir «víctima de las conspiraciones de la oligarquía, los medios y
las potencias extranjeras que truncaron el proceso revolucionario».
Eso lo puede salvar y quizas en sus momentos más oscuros el propio
Chávez deseara que otros se encarguen y lo liberen de la pesadilla
que significara gobernar a Venezuela en el futuro cercano. Chávez
tendrá que enfrentar una serie de retos muy duros sin ideas, sin
equipo, sin apoyo, sin ministerios que funcionen y con un clima
internacional adverso.
Chávez no debe gobernar más nunca a Venezuela después de este
período. Para que así sea hay que dejarlo en el gobierno.
Mientras pasa la tempestad.