El grado de Nixon Moreno
Venezuela vive la crisis más profunda de su existencia. No exagero. Trasciende lo estrictamente político, económico o social. Afecta principios y valores que alimentan nuestra razón de ser nacional. Es un problema ético y cultural en la acepción más amplia que exista. No puede encasillarse dentro de concepciones ideológicas exclusivamente, aunque este factor influya. Lo peligroso y retador es que quienes encarnan la mayor suma de amenazas y peligros están a la cabeza de un régimen sin capacidad de rectificación ni propósito de enmienda. Desde el jefe del estado, pasando por todas las ramas del poder público e instituciones bajo su control, hasta las bandas del hampa calculadamente politizadas, se adelanta una política de odio, revancha injustificada, destrucción y terror que busca destruir cuanto somos y hemos sido. Son los bárbaros más caros de la historia.
Nixon Moreno es el líder estudiantil más calificado de la Universidad de los Andes y uno de los más importantes del país. Máximo dirigente del Movimiento 13, ha sido emblemático defensor de la autonomía universitaria, de los derechos estudiantiles y calificado opositor al actual régimen. Gracias al control sobre el Tribunal Supremo, el gobierno arbitrariamente suspendió unas elecciones estudiantiles para impedir que Nixon fuera elegido presidente de la Federación de Centros Universitarios. Esto provocó la reacción vigorosa del movimiento estudiantil, de profesores y trabajadores a la cabeza de los cuales se colocaron las autoridades de la ULA, en Mérida, ciudad que se identificó espectacularmente con la protesta. La reacción violenta del régimen, represión selectiva, calumnias y chantajes con uso indebido de las policías y la Guardia Nacional, despertaron un sentimiento general de solidaridad con Nixon en toda Venezuela. Orden de captura, denuncias penales disparatadas para criminalizar las luchas de Nixon y la persecusión desmedida en su contra, lo empujaron a la clandestinidad y de allí a pedir y conseguir refugio en la Nunciatura Apostólica. Nixon estaba terminando sus estudios de Ciencias Políticas y solo le faltaba la Tesis para graduarse. Allí, desde hace nueve meses y bajo el cuidado de El Vaticano, se dedicó a elaborarla y discutirla hasta lograr la aprobación académica. Habiendo cumplido con todos los requisitos de Ley y con las normas de la ULA, el Consejo Universitario acordó graduarlo de Politólogo. El título fue entregado por el Rector acompañado de las autoridades de esa Casa de Estudios luego de la misa concelebrada por l Nuncio y el Arzobispo de Mérida con la solidaridad de los estudiantes y el pueblo de Venezuela. Todo a pesar de las recientes y graves amenazas del gobierno y los corifeos tarifados que lo respaldan. Nixon merece la libertad plena para trabajar, hacer postgrado, irse al exterior o tomar la calle. Ha sufrido bastante en lo personal y familiar. Estos bárbaros no tienen derecho a jugar con la vida y la seguridad de Nixon Moreno.