El giro de 360º
Está demostrado que la arrogancia, el sectarismo y la violencia son parte de los vicios humanos que conducen al desperdicio de energía vital, a la pérdida de los esfuerzos constructivos, al desgaste material del organismo y a la muerte. Vicios que se contagian y que estimulan la pasiones más bajas del ser humano hasta degradarle su esencia espiritual. Manifestaciones del hombre que no cesan su efecto hasta verse perecer. Pero, así es la vida. Así es el hombre. Imperfecto y esclavo de sus debilidades. Tanto esfuerzo y acumulación de energía se dispuso en conductas tercas del Presidente, para que al final de su actitud, tenga que girar 360 grados. Llegar de nuevo al mismo punto de partida, reconocer sus errores, emprender un camino de rectificaciones y dejar una estela de desolación. Con fisuras, heridas y daños irreversibles, tiene que hacer ahora lo que hace tiempo era su obligación cumplir. No tiene otra alternativa. Ahora debe asumir la amplitud y la humildad. Gobernar con los que hasta hace unos días eran sus escuálidos. Aceptar las realidades de todos los factores que forman el colectivo nacional. Convertirse en el estadista que no quiso ser. Sólo de esa manera puede gobernar. Y, lo más importante, desmontar la situación preconflictiva de guerra civil que tenemos a un paso.
La oposición tiene que aceptar al Presidente. El nuevo Presidente con las nuevas características que tienen que acompañar a su gobierno y a su personalidad: amplitud y humildad. La oposición tienen que desistir en su empeño obtuso de crear realidades que en este momento no son posibles. La oposición tiene que dejar que fluya la nueva dimensión del gobierno y, si su deseo es dirigir la sociedad, prepararse para disputarle al gobierno sus cargos bajo el voto popular. La oposición tiene que verse en el espejo de lo que arroja la soberbia y el sectarismo de posturas. Por la fuerza y la agresión lo que obtendrán es el incremento de la conflictividad que, sin duda alguna, ocasionará la guerra civil.
Es sabido que ambos bloques enfrentados radicalmente, gobierno y oposición, está armados y se están preparando para otros hechos similares al 11A que puedan volver a ocurrir. Por lo tanto, si no rompen este círculo vicioso de racionalidad unilateral, sin aceptar la validez del juicio del otro, la explosión social ocurrirá. Agréguese a este hecho inocultable, la preparación de la autodefensa ciudadana y comunitaria. Es decir, los planes de contingencia que están preparando los habitantes de urbanizaciones residenciales, casas y edificios, para dar respuestas a potenciales saqueos o violación de sus viviendas. Las noches de terror que se vivieron el 13 y el 14 de abril, alertaron a la comunidad residencial de la clase media para no dejarse sorprender por las masas desbocadas. Es en este cuadro de consecuencias mortales que deben verse reflejados los bloques antagónicos, protagonistas de las próximas páginas de la historia que se escribirán en Venezuela.
Por nuestra parte, me refiero al sector que cree en la democracia directa, no siendo protagónico del debate actual y sin tener injerencia en los hechos de abril, nos proponemos reagruparnos y relanzar a nuestra organización a partir del próximo 25 de mayo. Apuntamos a un escenario que se concretará en el lapso de 18 a 24 meses. Tiempo de renovación de la Asamblea Nacional, de las gobernaciones y de las alcaldías. Salir otra vez a la escena política con remozados planteamientos ideológicos, con disposición a la formación política, administrativa, ética y moral. Nos trazamos la meta de captar al grueso sector de las mujeres y de los jóvenes. Hacer de este movimiento una organización fresca, con nuevos líderes, hermosos rostros de armonía espiritual y con una cosmovisión contemporánea de la lucha por los ideales. Para ese día, sábado 25 de mayo, invitamos a quienes sientan la necesidad de manifestarse por la consecución de ideales no marchitos todavía y que ahora, momentos de definiciones, han cobrado mayor vigencia. En el Ateneo de Caracas será la reunión.
Al gobierno y a la oposición no le queda otro camino que el de la conciliación. Ceder en sus aspiraciones sectoriales para armonizar la conjunción de la buena voluntad colectiva. Ambos bloques tiene que evitar girar otra vez 360º .
