El General Eladio está de parranda
Por supuesto me refiero a “su excelencia” ex magistrado del TSJ, el general Eladio Aponte Aponte, pasado al campo del imperio y que comenzó, cual ave canora, a delatar en masa a todos los compinches de la narco cúpula militar y civil
Eladio Aponte es una primera víctima de los grandes ajustes de cuentas que vienen con la crisis que se desata ya, por el cáncer terminal presidencial, y que situado en emergencia ante el dilema de seguir la cantaleta de fidelidades a las imposturas patrioteras o quedar libre y protegido, como testigo clave de la justicia de USA, ha preferido esto último, porque me imagino que además le dejan una buena parte de sus reales ganados con 14 años de duro jalar y jalar, hasta llegar a la cúpula del régimen piltrafa.
Para los desprevenidos, les participo de este señor era uno de los 8-10 funcionarios de más alto rango del estado bajo prostitución chavista.
Es útil anotar que los presuntos delitos de Aponte, ni son nuevos ni eran desconocidos por la cúpula, más bien lo que se delata es de una muy vieja corresponsabilidad del propio Presidente y de los más altos órganos del poder político y militar, y que ahora puedan ser tachadas de conductas indeseables.
No seré yo quien me proponga ahora inventar que soy analista de personalidades atípicas, pero algo puede uno añadir a quienes quieran saber de donde zipote viene Eladio Aponte Aponte.
Estudiaba yo en 1966 en el Liceo Martin J. Sanabria de Valencia y era lidercito estudiantil, más bien de derecha, y Eladio, de origen social muy humilde, era el prototipo del líder izquierdista revoltoso, quema carro, del liceo Pedro Gual. En esa época no se usaba la cobarde “capucha” para ser piro-maníaco agitador político.
Eladio lo agarraba la policía 2 ó 3 veces por mes y otras tantas debíamos exigir su libertad. Un buen día desapareció de nuestra vista y nos preguntábamos: ¿qué será de la vida del flaco Eladio? Más de uno inventaba que estaba muerto o era un “desaparecido”.
Pero como en aquella guaracha que reza: “No estaba muerto estaba de parranda” un buen día se nos aparece Eladio, “lleno de dicha y contento”, diciéndonos “se equivocaron de muerto”, impecablemente vestido de cadete de primer año de la Escuela Militar y convertido en joven modelo y digno de envidia ante sus oropeles de uniformado.
Me habló de cómo y cuanto había cambiado.
Más de treinta años después, en 1999, en mis andanzas como Constituyente, me metí por supuesto en la Comisión de Defensa, para informarme sobre donde radicaría buena parte del poder emergente chavista.
Quería torpedear el plan chavista y algo hicimos por preservar la institucionalidad de las FFAA. Fue entonces, y ya no recuerdo en cuál escenario militar, cuando me reencuentro con el ya coronel Eladio Aponte Aponte, y nos saludamos muy amigablemente.
El aprovechó varios minutos para echar pestes de Chávez y todo lo que olía al régimen… Eladio se me confesó adeco hasta los tuétanos, nunca más lo vi personalmente.
Años más tarde me impactó la noticia que mi amiguete actuaba como Presidente de la Corte Marcial. Dios mío, como cambia el destino de la gente, me dije: el mala conducta Eladio es ahora la personificación de la Justicia Militar. Recuerdo haber reflexionado sobre algo que leí de Groucho Marx: “La Justicia Militar es a la Justicia lo que la música militar es a la música.
Nada me extrañó cuando, como fruto de esa simbiosis civil- militar del chavismo supe luego por la prensa, que Eladio era nada menos que magistrado del TSJ.
Ahora Eladio es un prófugo y quiere defender su pellejo ante todo y si le mete la misma energía con la que quemaba autobuses públicos de Valencia o camioncitos de leche Carabobo o de Pepsi, Eladio se reencontrará con su personalidad extremista llena de sobresaltos juveniles.
La gente vive diciendo: a ese fulano o zutano le va a pasar lo peor por delincuente. El infierno es aquí en la tierra etc. etc.
Pues le tengo la noticia que desde que Eladio dejó de quemar autobuses e ingresó en la Escuela Militar “no le ha ido nada mal”, incluso ahora cuando forrado de billetes se convierte en informante de la DEA y el FBI.
Eladio es un producto más que típico de esta Venezuela de la manguangua estatista, de ayer y de hoy, con sus uniformados que se colearon desde adolescentes en el mundo de los privilegios, donde unos llegaron a ser hasta presidentes sepultureros de su nación y otros grandes potentados por solo ser conmilitones del gran jefe, “amigos de Makled” y ahora testigos de la DEA contra sus hermanos de ayer.
Eladio Aponte sabe mejor que nadie sobre las imposturas del poder, conoce los exorbitantes niveles de cinismo del círculo presidencial: si me quieren joder, los jodo, es su resumido dogma de fe.
Por andar de ingenuo respecto a la catadura moral del Comandante y querer conservar su liderazgo militar otro excluido, el General Baduel ya cuenta 5 años de chirola, Aponte Aponte NI UN DIA, porque se acordó de la veloz carrera cuando adolescente que le permitía escapar de la ley del que está mandando.