Opinión Nacional

El discurso “revolucionario”

Algo que siempre es criticable es el discurso prepotente, el soez o el cargado de improperios. En él, igual que ocurre con los actos físicos, recurren los parámetros de la violencia, que rigen para el sinsentido y la sinrazón. Hay que entender, que el uso de calificativos que buscan o sirven para el desprestigio, el descrédito o la ofensa, siempre se revierten al emisor del mensaje, por cuanto este proceder en forma muletera o impropia, califica al autor de cobarde e inculto, y deja en evidencia su falta de razón.

Es una forma de violencia impropia y peculiar, que pareciera sistemática de los mentores “revolucionarios”. Basta oír al Minpopu para las relaciones interiores, al Minpopu para las relaciones exteriores, al vicepresidente, inclusive al propio presidente, para recoger de su discurso, una gran carga de odio que envuelven con la “fragancia” del poder y la elegancia del “poder popular”.

Expresiones
como: “infeliz”, “torpe”, “inmaduro”, “histérico”, “escuálido”, “burgués”, “golpista”, “fascista”, “lacayo”, “loro del imperio”, “ladrón”, “corrupto”, “vende patria”, “traidor” y muchos otros epítetos, son términos en la violencia verbal de los seguidores del Presidente.

En esta oportunidad analizamos la respuesta del Tcnel. Héctor Herrera Jiménez, presidente del denominado “Frente Cívico Militar Bolivariano”, al ex presidente de Brasil, José Sarney, quien, según él, acusa a Venezuela de crear un desequilibrio militar en la Región. Manifiesta que -Sarney- “expresó unas infelices aseveraciones ante la prensa local, O Globo, en donde ofende a Venezuela y acusa a nuestro gobierno de crear un desequilibrio militar en la región”. Añade, que “No sabemos con certeza, que anima a ‘ese señor’ a maltratar a un país hermano y salir en defensa del gobierno más criminal, cínico y mentiroso de la historia. Podríamos pensar, que razones perversas estarían de por medio al expresar semejantes calumnias que no pueden ser defendidas ni siquiera ante un jovencito (sic) de secundaria”.

Como referimos, Herrera hace alarde de una gran capacidad analítica y de conocimientos, y, como criticamos, asume la verdad en el caso sobre el cual opina Sarney. En este sentido, lo sigue descalificando así: “Decimos que Sarney arremete contra Venezuela, porque sus pobres afirmaciones no las sustenta con ningún análisis estratégico, académico o geopolítico, no aporta datos comparativos del poderío militar de nuestros países, afín (sic) de determinar el supuesto desbalance que ocasiona Venezuela, sólo repite como un lorito lo que le dijeron en el Departamento de Estado Norteamericano”.

Cuando un vocero del régimen de gobierno entra en polémica sobre la opinión de cualquier persona, que en forma particular o en representación de una organización civil, política o social nacional o extranjera, asume una actitud que lo descalifica, cuando de inmediato trata de devaluar el mérito de la opinión, tildando al opinante como un factor sin voz propia. Actitud que se les revierte, porque ese descalificativo siempre contiene el mismo factor que surge del pensamiento del “mentor” de la “revolución”. En otras palabras, asumen la actitud que tratan de endilgar al criticado.

En este sentido, Herrera dice: “Señor Sarney, sus amigos imperialistas han estado amasando (sic) fuerzas militares y paramilitares en la región. El gobierno de Estados Unidos, es quien realmente está introduciendo armamento y fuerzas de ocupación a la zona, ha vigorizado la violencia, y avanza en su afán intervencionista, insuflando una carrera armamentista en Latinoamérica”.

Es posible que Herrera tenga razón, cuando al hacer su análisis sobre el armamentismo en otros países latinoamericanos, cuando dice: “Desde el SOUTHCOM, EEUU vigila con tecnología espacial nuestras FFAA, inyectaron 3 brigadas de acción rápida en Centroamérica, Guantánamo, portaaviones y miles de marines “vacacionando” en Curazao, tres Awacs y miles de soldados en Manta (y que, conduciendo operaciones de inteligencia antidrogas), han inyectado mas de mil hombres en Perú, tiene una brigada en el Acuífero Guaraní, y todos ellos cuentan con apoyo de armas sofisticadas antipersonales, colectivas, aéreas y satelitales”.

Tristemente, decimos al Tcnel. Herrera, que de ser ciertas estas apreciaciones, en nada se justifica armamentismo alguno de nuestra parte. De continuar Venezuela con estos análisis y asumiendo actitudes en respuestas a las suposiciones que surgen de tales apreciaciones, estaremos haciendo el papel de tontos, y dilapidaremos todos nuestros recursos en una acción militarista quijotesca de lucha contra molinos de viento, en lugar de solventar el hambre que aumenta en nuestro país por el incremento de la miseria, consecuencia de la falta de impulso al trabajo productivo y a la práctica político-lisonjera o limosnera, que aunque no lo vean, se debe a la mala dirección administrativa de los ingentes recursos que ha logrado el país como parte de la coyuntura mundial, y no como ellos creen, que se debe al aumento de los precios del petróleo dada la campaña implementada por Chávez desde que asumió el poder.

Parte de esos molinos son la contradicción del pensamiento político, que mira a la demanda petrolera como el premio a la oferta de PDVSA, y no asumen la realidad, que es el aprovechamiento de la oportunidad de los países que miran y emprenden el desarrollo como única fórmula para dar bienestar a sus pueblos. Nuestros gobernantes “revolucionarios” en cambio, se dedican a conquistar carteles con protagonismos “integracionistas” engañosos como el ALBA, con países sumidos en dictaduras como Cuba, entre otros; incrementan el derroche y alimentan los zarpazos y los chuleos que le dan a la revolucionaria y bolivariana “chequera que camina por América Latina, Rusia, Bielorrusia, Irán y todos aquellos que se atrevan a enarbolar pancartas o vallas enalteciendo a la ‘nueva PDVSA’ o al líder de la ‘revolución’”.

Escribe Herrera: “En Colombia, que sirve de ‘plataforma militar’ en la región para EEUU, es el país con el mayor equipamiento militar, entrenamiento de guerra, y la incorporación de Divisiones completas de mercenarios (Empresas Militares Privadas, como la Dyn Corp.), que le realizan el trabajo sucio a la Fuerza Pública en labores del Plan Colombia. Éste país, sí podría inscribirse en lo que Usted refiere, ser un elemento de desequilibrio militar para la región. Nos extraña mucho que ni siquiera los mencione. Será que trabajan para el mismo amo(¿?)”.

El Tcnel Herrera, como venezolano que ostenta una alta jerarquía militar y lideriza un frente cívico-militar, en lugar de inventariar las dotaciones que ha hecho EEUU a Colombia “…de los poderosos helicópteros Black Hawk (nadie sabe cuantos), de capacidad satelital para conducir operaciones militares y policiales, de elementos para la guerra electrónica, y de aviación de cuarta generación…”, debiera analizar la forma de ayudar a Colombia en su lucha por lograr la paz y en el fortalecimiento de nuestra frontera común, para lograr también la nuestra, en lugar de criticar el hecho de que sus FFAA, sean “…entrenadas sistemáticamente en guerra irregular, dotada de gran cantidad de lanzacohetes, carros blindados de reconocimiento, y tanques livianos y pesados…”, conociéndose como se conoce su situación política y el esfuerzo que hace el gobierno de Uribe por lograr la conciliación nacional.

Al término de su escrito, el Tcnel. Herrera asume el rol de magister representante de la voz de Venezuela y tal vez, sin darse cuenta irrespeta al “Señor Sarney”, al dirigirse a éste en términos que denotan prepotencia de docto convencido y convencedor, que en lugar de enaltecerlo lo demeritan, dice: “…humildemente desde Venezuela lo invitamos a reflexionar, hágale honor a ese gran Patriota que fue el General Abreu é Lima, apoye el gran avance de integración que adelantan los Presidentes Lula y Chávez a favor de nuestros pueblos; en lo social, cultural, político, y económico, de hecho, Brasil es nuestro segundo socio comercial en el mundo. Apuntale la autosuficiencia defensiva de la región. No puede ser, que a cientos de trabajadores brasileños se les impidió el derecho al trabajo al no poder fabricar los 24 AMXT Super Tucanos, que les íbamos a comprar, precisamente a causa de la dependencia tecnológica con EEUU”.

(Notas y subrayados nuestros).

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