El desastre de los rustiqueros en La Gran Sabana !
«Deplorable que los rustiqueros desalmados sigan haciendo de las suyas en nuestro pais, instigados por programas de TV de modelaje como «Fun Race» (el cual deberia llamarse en verdad -en funcion de toda su conducta arrasadora de la Naturaleza y las especies que moran en el paso de los inescupulosos freneticos competidores de las carreras organizadas o alentadas por dicha marca: «Terror Race» !!
…..Y no valen las alegres excusas de sus organizadores y de la alegre animadora moza diva narradora a su servicio en el programa de Globovisión, al decir que : «ellos lo hacen en hacienda privadas» o en «viejas rutas desactivadas que nadie hoy usa»….Los avidos patrocinantes comerciales de semejante irresponsable juerga tambien pecan de irresponsables
….Una insolita desfachatez e insensilidad con la Naturaleza !…Tal tipo de insensibles excusas en nadan alivian el gran daño y pesimo ejemplo de mala educacion ambiental que tales rustiqueros dan. Señores: El medio natural es uno sólo y NO tiene fronteras !!..Lo mismo vale para los moto-crosistas y otros pseudodeportes al aire libre similares !! Hasta cuando ?
Donde estan las autoridades y la opinion publica que no le ponen coto a tal tipo de nefasta frivola «diversion», a costa de la violencia o destruccion contra la Naturaleza !!!
Loas a Valentina Quintero por haberlo denunciado sin pelos en la lengua en el articulo de abajo, llamando las cosas por su nombre, sobre la frivolidad de semejante programa de TV y los seguidores frankeisten que ha estado fomentando a lo largo y ancho de todo el pais..No respetan ni el sagrado patrimonio de nuestra emblemática Gran Sabana !!…..
La Gran Sabana en terapia intensiva
Valentina Quintero -El Nacional
¿Cómo llegar? Parece que demasiados saben cómo ir a La Gran Sabana. Ojalá tuviéramos unos senderos secretos, espacios que sólo se abrieran a quienes entienden el privilegio de andar por esta región. La visita silenciosa que adora observar los tepuyes, los viajeros sensibles que intentan levitar para no tocar demasiado, los respetuosos de la energía, los admiradores de este espacio privilegiado que son las 3 millones de hectáreas del Parque Nacional Canaima. Para ellos van las indicaciones. Desde donde estén deben llegar hasta El Dorado, en el estado Bolívar. A partir de ahí son aproximadamente 300 km hasta Santa Elena de Uairén por una perfecta carretera asfaltada.
Un intento de explicación. Aprincipios de 2010, habitantes de la Gran Sabana y visitas sensibles y amables con la naturaleza compartieron con profundo estupor y dolor los destrozos que hicieron los rustiqueros en la Gran Sabana durante los primeros días de enero. Ocurrió de nuevo los primeros días de este año.
Es una invasión. Parece una marabunta. Son vehículos cargados de parapetos para arrasar. Nada debe detener su paso. Es lo que aprenden en las competencias que pasan por televisión. El ganador es el que cruza los ríos, se encarama en las montañas, sortea los pantanos y vence la naturaleza. Los organizadores de este evento intentan lavar su responsabilidad argumentando una nueva conciencia ecológica. Indicando que sus competencias se hacen en terrenos privados que no son parque nacional. Declarando que sus miembros recogen basura. ¿Y dónde queda el ejemplo? ¿Qué fue lo que sembraron? ¿Cuál es el modelito? Asuman su cuota. Construyeron unos monstruos y no tienen cómo detenerlos.
Iván Artal –creador y dueño de Ruta Salvaje, una operadora de turismo en la Gran Sabana– declaraba espantado el deterioro de los valores en estos visitantes.
«Procuraba convencerlos de hacer rafting en el río Yuruaní y la respuesta era: `Con esos reales me compro una botella de whisky y me la tomo a la orilla de un río’. No entiendo a qué vienen a la Gran Sabana. Todas las orillas del río Soroape se convirtieron en un baño de carretera. El olor a excrementos lo sentías a kilómetros. Papel por todas partes y vidrios de las botellas de licor. Queríamos llevar un grupo de chamos que viene todos los años y no fue posible», comentaba Iván con dolor. Estaba muy confundido. Aseguraba que se trataba de una distorsión grave de valores.
No cree que se trate de medidas correctivas. «Es un problema mucho más profundo», nos confesó al final. También aseguró que hubo detenidos pero que estaban apoyados y los soltaron de inmediato.
Algunos hechos. «En el año 2010 hubo un grupo de rustiqueros que entró con sus carros hasta la Quebrada del Jaspe. Quienes conocen el sitio saben lo que significa acceder a este espacio. Este año entraron a La Piscina y metieron un carro en la poza», afirmó indignado Julio Fuentes Manzulli, secretario de Seguridad Ciudadana de la Gobernación del estado Bolívar y comandante de la Policía Regional. Aseguró que se tomarán medidas y que para Carnaval y Semana Santa contarán con apoyo de la Guardia Nacional y se vigilará con helicópteros.
En los alrededores del Torón –hacia Kavanayén– las montañas de basura estaban a punto de impedir la vista de los tepuyes. Alguna visita cree que con dejar sus bolsas de basura en el sitio donde ven otras es suficiente. Hay que cargarlas en los carros y llevarlas hasta los vertederos en la carretera.
No hay transporte posible para cargar tanto desecho.
El trofeo de los rustiqueros es pintar sus carros con la tierra colorada. Salir de la sabana en caravana de rústicos bañados en pantano. La proeza es pasar y pasar hasta quedarse pegados para poder sacar los winches y demostrar la pericia al salir airosos. No se dan cuenta de que esos cráteres que abren en la sabana quedarán ahí por siglos. La capa vegetal es mínima. La fragilidad es la de los ancianitos. Son miles de años en el planeta para que vengan unos ignorantes a demostrar su hombría. ¿A quién le interesa? Sería lamentable que la única salida sea militarizar la Gran Sabana. Lo que no han hecho en las ciudades para contener la delincuencia lo intentarán en el parque nacional más grande del país para controlar a una banda de rustiqueros podridos de real, empeñados en esconder sus carencias detrás de esos armatostes.
La visita que queremos. Desde la primera vez que visitamos la Gran Sabana, en el año 73, cuando la carretera era de tierra y eran muy pocos los saltos a los cuales se podía acceder, sentimos un orgullo tremendo, tuvimos una actitud casi mística y nos dedicamos a promover las visitas para crear sentido de arraigo.
Pensábamos que tan pronto como la vista se extendiera por este espacio sagrado para los pemones, entre el orgullo y el recogimiento, la protección estaba garantizada, el comportamiento amable sería una lógica
