Opinión Nacional

El desarrollo humano: El gran reto social

Una mirada desde el espacio exterior al espacio humano, nos revelaría a una comunidad de seres vivos en constante crecimiento a lo largo y ancho del globo terráqueo.Ocupando mas espacio dentro del propio espacio, intensificando la utilización de los recursos, como abordando la geografía cual si fuera una mina que poco a poco es desprendida de sus riquezas no retornables en aras de una visión del progreso sustentada en un acelerado consumo energético.Así como se verían islas de concreto superpobladas, tambien se observarían amplias sabanas y selvas en las cuales habitan las minorías étnicas de la Humanidad, segregadas la mayoría de las veces por la Historia y amenazadas como cualquier otra especie vegetal o animal a una extinción a corto y mediano plazo que parece segura.

En un mundo de cantidades crecientes ¿Cuál es la oportunidad para que la calidad mejore? Esa es la antinomia a resolver, y la respuesta se encuentra en el desarrollo humano. Se trata de darle un nuevo enfoque a la cultura del mundo, se trata de abrir una nueva dimensión integrada a la comprensión humana; se trata no de destruir para recomenzar, sino de evolucionar a partir de lo ya creado.

La Teoría Social, en gran medida, ha optado por el camino contrario.A lo largo de la Historia, la dinámica construcción-destrucción-construcción ha decretado una ciclotimia que niega avances y que extravía logros, en una suerte de carrusel emocional que somete a todo el conjunto humano a los mismos traumas de siempre, a emprender reglas de competencia por el uso del espacio y la posesión de territorio. Pareciera que la creatividad para el avance conjunto, para la solidaridad del conocimiento compartido no es cónsona con la labor teórico práctica que hemos emprendido hasta el día de hoy, tanto desde los escenarios académicos como de las locaciones del Estado.De alguna manera, nos pasa lo que ocurre cuando derribamos un viejo edificio para construir uno nuevo en el mismo lugar. Perdemos la historia y los logros de la vieja edificación, su memoria y sus hechos, el tesoro que significa tener presente el cúmulo de experiencias que se lograron.Es como si perdiéramos físicamente parte del genotipo cultural de nuestras vidas.Perdemos lo logrado para seguir logrando. Y ésta, no es en modo alguno, la dinámica del desarrollo.Se retorna al punto de partida para reiniciar el camino Y eso es una mala forma de invertir la Historia.Porque Historia que no se invierte, es Historia que se pierde y que en algún momento, se vuelve a repetir. A veces, al olvido tambien se le llama progreso, pero un progreso que nada en la orilla simulando un avance que no llega.

Es obvio que la visión de una humanidad de mayor calidad está muy vinculada a la educación que ésta tenga. Una educación que genealógicamente significa “sacar desde dentro”.Es decir, descubrir una vocación y echarla a andar.Que la vocación, semilla del desarrollo, pueda crecer y expresarse libremente para que alcance su plenitud, plenitud que se convierte en virtud social al ser difundida y disfrutada por otros.

El secreto radica entonces en la transparencia. Y esa transparencia solo la logra la fluidez comunicativa ensamblada a través de la democratización del conocimiento por medio de la educación cósmica, la fuente gnoseológica del conocimiento que luego formalizamos a través de la educación institucionalizada.

Hoy en día, es insuficiente la escuela para manejar todo el conocimiento básico referencial que continuamente se está transformando en todo el mundo. Por ello es necesario, que pensemos en como flexibilizar las estructuras y los espacios para la difusión y creación del conocimiento, basadas en una estrategia comunicacional capaz de aumentar la interactividad entre los individuos. Y la función que debe privilegiar
es una comunicación multiflujo capaz de colocar en tiempo real , las soluciones al alcance de los problemas. La exploración de múltiples vías, de nuevos discursos y nuevas voces, es la única plataforma en la que podemos potenciar la riqueza de soluciones que existe en la diversidad.

Planificar el desarrollo social y ejecutarlo, es la ingente tarea del Estado, la cual debe realizar conjuntamente con la cooperación de la Sociedad, tomando en cuenta la diversidad del pensamiento humano para encontrar en ella, a través del proceso educativo de amplio espectro y alta densidad, las soluciones a los problemas que confronta y más que soluciones, la dinámica de las soluciones como motivación de su búsqueda.

Y esta búsqueda es el punto central de atención .La sociedad debe romper la dicotomía ideológica y superarla, colocarse por encima de ella .Comenzar a generar terceras vías de solución, que coloquen en comunicación a los dos hemisferios del cerebro humano, llamados a generar un discurso contribuyente y colaborativo.

De seguro las soluciones compartidas son mucho mejores que las tenidas por impuestas.Solo la libertad de pensamiento puede crear nuevos espacios de solución.Tiene la misma dinámica que la ciencia, que la tecnología. Solo se expande cuando integra visiones diferentes, conceptos diferentes.Es la lección del conocimiento
como el gran libro que escribe la cultura humana.

Esa tercera vía perceptiva es hija de la dialéctica de las posiciones encontradas.Y está fundamentada en la capacidad que tengan las fracciones confrontadas de asumir con madurez las ventajas y desventajas de los procesos de transformación, a los fines de ganar sin eliminar, de triunfar complementándose. La dinámica de la exclusión es la que no debe tener cabida en el encuentro.La inclusión debe ser la permanente invitada, cuando se tiene como máxima la salud integral del individuo. La Sociedad no tiene personalidad propia única ni puede tenerla.Porque una personalidad social única significa el imperio de la estructura sobre la dinámica, la muerte de la personalidad individual, fuente de todo pensamiento y de la flexibilidad de la propia Sociedad en el poder idear sus propias soluciones. El ser humano es la mayor riqueza de la Sociedad.Resguardar sus intereses, proteger su espacio, garantizar su pensamiento y acción, garantizar sus derechos y solicitar sus deberes que se desprenden de la defensa de los derechos de los demás, es el supremo interés social al cual el Estado debe servir.

Evidentemente, la pobreza y la marginalidad constituyen un serio agravio a la condición humana que se desprenden de la indiferencia de nuestra civilización ante el drama de la vida social sin comunicación. El aumento de las cantidades en un modelo de economía no sensible, no nos permite ver que no existe prosperidad que pueda convivir con el hambre y la necesidad de tanto ser humano dejado a la vera de la intemperie económica.Si no existe un “mercado de la solidaridad” hay que crearlo.Un mercado para dar empleo, un mercado para dar trabajo y remunerarlo dignamente, un mercado para no ignorar al que sufre y al que padece.Un mercado que abra las oportunidades, que aperture los caminos, que propicie la formación ciudadana en el respeto a la vida y los bienes de otros seres humanos.Un mercado donde vendamos conocimiento y compremos calidad de vida, seguridad y bienestar colectivo.

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