Opinión Nacional

El componente social de la educación

Si bien es cierto que la Educación prepara y forma al Hombre como un elemento útil a la Sociedad, no es menos cierto que tambien debe formar a la Sociedad para que le sea útil al Hombre. Y allí es donde debemos hacer real énfasis en el sentido social de la Educación, con mucho mayor interés que antes, en tanto que han aumentado las necesidades colectivas y con ellas sus problemas.

     De alguna manera, la Educación es la gran maestra que sirve para hacer público un problema que en la Sociedad mantenemos en privado.La paradoja radica en que a pesar de estar a la vista de todos, no lo resolvemos, con lo cual lo mantenemos con cierta aureola de intocabilidad, de algo inefable, de algo que no podemos corregir porque se encuentra fuera de nuestro alcance. Esa es la imagen tradicional que tenemos del conocimiento no aplicado, del conocimiento que creemos inservible tras aquello de que “¿Y cuando lo utilizamos”?, “¿Y para que veo tanta matemática?”, “¿Y para que estudio lengua si voy a ser Ingeniero? ¿Y para que voy a ver Física si voy a ser Ingeniero de Sistemas? ¿Y para que me sirve ver Historia si eso ya pasó? Y así, por ese orden, vamos restringiendo el área de conocimiento desconectando al individuo de la realidad en la que actúa como ente social. Los individuos que así se expresan pudieran realmente ser muy instruidos en sus áreas específicas de conocimiento, pero probablemente sean grandes ignorantes y paseen sus títulos profesionales dando muestras reales de ser analfabetas funcionales crónicos.

     ¿Dónde se encuentra entonces la falta de “densidad” en este tipo de profesional? Justamente en la poca valoración que le concede a sus Estudios Generales, aquellos que le permiten interactuar adecuadamente con el entorno donde se encuentra, y cuyos principios debe aplicar con mayor frecuencia y sapiencia que aquellos estimados como específicos.

    Y esto me retrotrae a la enseñanza de los grandes maestros que tuvo nuestro país a lo largo y ancho de toda su geografía en los años treinta y cuarenta, discípulos a su vez  de esos docentes heroicos de comienzos de siglo XX, de quienes heredaron vocación y capacidad de servicio. Ellos crearon una Sociedad que a pesar de sus carencias y necesidades, utilizaba la cortesía y las buenas costumbres para dirimir cualquier controversia, por muy álgida que esta fuera. Se podían confrontar las posiciones, pero se respetaba a la persona. Eran considerados el buen hablar,  el buen escribir, la expresión tenía su momento y su lugar, el reclamo su oportunidad sin agresión, el saludo su discreción y mesura. Se vivía y practicaba la cultura del respeto. A eso se le llamaba Educación, y al conocimiento Instrucción.

    Por supuesto, los tiempos cambian. Pero el Ser Humano y la Sociedad deberían mantener lo positivo que han podido sumar en el transcurso de los años, en lo que podríamos llamar como evolución educativa.

     Y esa evolución educativa parte de los estudios de las ciencias básicas y de los estudios sociales que se ven como estudios generales en todas las carreras profesionales.Mas importante aún. Si un profesional se encuentra constantemente actualizándose en los conocimientos específicos de su profesión, tambien debe hacerlo en sus estudios generales porque éstos cambian, al igual que lo hacen los estudios específicos.

    Cuando centramos muestra visión en la Sociedad, cuando vamos a interactuar con la comunidad, debemos tener presente que son las virtudes ciudadanas que hemos observado en nuestros estudios generales, las que nos van a permitir comunicarnos empáticamente con ese entorno, podemos entender entonces que la comunicación educativa, aprendida en el Alma Mater con sus valores y deontología, son la base del éxito de un buen trabajo comunitario, de un buen desempeño social como personas y como profesionales, ya que no seremos mejores profesionales que lo que seamos como personas. Justamente, el enriquecimiento del vocabulario, el conocimiento general de las leyes, su ámbito, propósito y razón, el conocimiento del origen y personalidad colectiva de la comunidad con la cual se interactúa, todo ello contribuye a realizar un trabajo comunitario dentro de una relación de confianza y seguridad que permiten lograr los objetivos trazados en las actividades curriculares diseñadas para tales fines.

     Además de ello, hay que contar con los valores agregados de este contacto simbiótico al que no me gusta denominar intervención, por la carga antieducativa del vocablo, como amplia y erróneamente se le denomina a la incursión del trabajo extensivo de la Universidad en el área social(Sería mas adecuado denominarlo cooperación socio- educativa). El valor agregado radica en la generación de redes sociales educativas que pueden configurarse como escuelas sociales de desarrollo estratégico de problemas, a través de las cuales se pueden abordar exitosamente temáticas como los servicios, su adecuada prestación y apropiado funcionamiento.

     Al propio tiempo, se le puede hacer un seguimiento preventivo y correctivo a variables tan álgidas como la delincuencia, la drogadicción, las agresiones físicas a la mujer y al niño, la segregación del anciano, la infancia sin paternidad responsable.Estos problemas no pueden ser abordados con el analfabetismo funcional que ha proliferado entre nosotros como una patología del conocimiento. Antes bien, el abordaje de tales asuntos es complejo, por la madeja  de conexiones activas que tienen que ver con disfunciones personales y sociales de todo tipo que se han hecho mas frecuentes cuando se han masificado los procesos humanos sin cambiar los enfoques tradicionales de excluir áreas  de competencia social que tienen que ver con la actuación de todos. Pareciera que podemos hablar de un individuo responsable que formamos para interactuar adecuadamente con la Sociedad, pero no nos referimos a la formación responsable de la Sociedad para que se relacione adecuadamente con el individuo. ¿Estamos realmente dispuestos a cambiar para darle el contenido de acción social a la acción educativa? ¿O seguiremos dando Instrucción y no la Educación que nos exige mejorar nuestros contenidos sociales para hacerlos mas efectivos? De una cosa y otra, depende nuestro acierto en el desempeño de nuestras instituciones. Nuestros estudiantes, profesores y egresados deben entender, que el compromiso del conocimiento en acción social, no termina cuando nos graduamos, cuando estudiamos, cuando enseñamos, cuando trabajamos con las herramientas que consideramos “prácticas” y no teóricas. Tambien la teoría tiene su práctica, pero debemos ensayarla en nuestra acción. De eso depende la demostración de la naturaleza integral de nuestro conocimiento. Que demostremos que  no somos deformes en nuestras proporciones de competencia, sino que somos equilibrados y que nos movemos en el equilibrio porque esa es la condición dinámica del conocimiento como creador de los caminos de la Civilización. Se puede evitar en un momento el hambre de una persona si se le da de comer. Pero para erradicar su hambre definitivamente hay que enseñarla a sembrar y a cuidar de su siembra. Que su siembra no dependa de lo que dejen o no de sembrar otros.Pero que indudablemente permitirá que haya menos hambre a su alrededor y que las virtudes humanas no sean arrasadas por los primarios instintos animales. De allí que la siembra educativa solo pueda realizarse con el arado indispensable de su componente social.

 

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