El clavo caliente
O se tienen muchas ideas y pocos amigos
o muchos amigos y pocas ideas
Santiago Ramón y Cajal
La desesperación por no caer en manos de gente con similar comportamiento a los gobiernos adecos y copeyanos se reflejó en un voto castigo que colocó en la presidencia a Hugo Chávez. Era obvio lo que nos esperaba. Faltando tres meses para finalizar la campaña me encontraba indeciso sobre la escogencia de un candidato. En la plaza de Turmero, un viejo amigo me suministró el programa chavista. Al leerlo, la claridad fue meridiana. No era más que un grupo de izquierdistas sesentosos. O es que Miquilena, su principal mentor ¿Era un santito? Algunos medios de comunicación aupaban la candidatura del actual presidente y los más preclaros comunicadores sociales de la TV lo “bañaban en agua de rosas”. La única voz opositora cantante que recuerdo era la de “Mingo”. El resto le apoyaba incondicionalmente. Napoleón Bravo en su atractiva y rentística posición de pseudo intelectual, unido a una fracasada ex guerrillera era el principal aupador. Sus entrevistas, al igual que la de otros muchos, lucían preparadas para no llegar al fondo del asunto. Los Otero de El Nacional, asumiendo los eternos amores de Miguel Otero por la izquierda, hasta compartieron juntos un condumio que me imagino fue esplendoroso. Gana el hombre y en un programa televisado estaban muy sonrientes, como diría un cronista social “le tout Caracas”. Lo más granado de la industria, la sociedad y los medios de comunicación social. Entre chanzas y risitas complacientes se desenvolvía el programa -Ah Marcel; te vendo un avioncito – y Marcel con sus bigotes de mosquetero sonreía. Como lo dijo en un programa Carolina Jaimes Branger: parece ser que no le tocó a todo el mundo su pedacito de torta. Y empezó el show que hasta ahora nos altera. El mandatario hace lo que cree conveniente. En un término más coloquial: LO QUE LE DA LA GANA. Hace lo que siempre demostró que haría y que los preclaros analistas políticos nunca fueron capaces de ver. Menos mal que ya no existe la Unión Soviética, porque de existir, estaríamos adheridos cuales comunes satélites.
Ahora tenemos la proximidad de las elecciones. Se acusó al gobierno de fraudulento en todos los procesos electorales que han estado bajo su tutela. Se ha hablado de una adecuada composición del CNE y de transparencia en los escrutinios. Surgen candidatos y ya sobran. Todos hablan de lo que harán pero ninguno fija posición en cuanto a las elecciones. Siento como que si la posición que mantienen fuese acomodaticia. No es una posición firme, como lo podría ser la de conteo manual de las boletas de votación o la de retiro incondicional de no cumplirse alguna premisa o mucho menos para retirarse en el caso de existir un candidato que evidencie mayor aceptación. ¿Comenzarán los candidatos a canibalizarse? .De ocurrir, realmente no valen la pena. Serían más de lo mismo. Bien saben que de presentarse un candidato único, quienes no compartimos lo errado de Chávez, le daremos su voto aunque tampoco sirva. Un clavo caliente como lo fue Chávez. Estamos más desesperados y seremos más ilusos. Será una decisión producto de la desesperación porque en lo particular, con una excepción creo que son más de lo mismo. Ninguno se atreve a decir que la misión Barrio Adentro no tiene razón de ser si los hospitales centrales y ambulatorios funcionan como debe ser. Al preguntárseles sobre las becas salarios las definen como reorientables obviando expresar que es populismo y que solo sobre la base de una educación sólida y eficiente, no superficial y manipuladora, aunada a una economía productiva y no rentística, puede un país progresar. Es obvia la hipócrita posición de nuestros candidatos. Gran parte de nuestro pueblo está acostumbrado a recibir dádivas. Recuerdo en mi niñez cuando los gobiernos de turno, Gallegos y Pérez Jiménez regalaban en Diciembre cinco bolívares – un cahete – y una cobija marca “Cristóbal Colón”. Bien lo definió Oscar Yánes: Ternera y Puerta Franca. Carne y caña para el populacho y entrada a la boite, al restaurante o al prostíbulo de lujo o en nuestra modernidad, a las alturas del poder económico para la élite. Pedimos primarias, pero ¿Serán confiables? ¿No enviará nuestro hábil gobernante a su gente para que voten de acuerdo a una línea previamente definida? Y de hacerlo, resultando electo Don Juan de los Palotes ¿Importaría? ¿Es que acaso no queremos un candidato único para salir de Chávez? Ojalá no me equivoque. Si hay primarias, no todos los candidatos o votantes acudirán a ella y acatarán sus resultados. Continuará en nuestro comportamiento privando el corazón y no la razón. Escogeremos al más simpático o al más bocón o populista Aldous Huxley, escritor británico fallecido a mediados de la década de los 60 expresó que una verdad sin interés puede ser eclipsada por una falsedad emocionante y esto es nuestra historia. Promesas. Populismo. Dádivas. Becas. Desde la Tercera República hasta lo actual que la considero igual a la última diferenciada solo por un distinto discurso.
Ninguno de los candidatos ha propuesto .hacer un gobierno transitorio que convocará a una Asamblea Constituyente para llegar a unas nuevas elecciones que permitan la renovación en todos sus niveles de quienes nos gobiernan. Unas elecciones en las cuales pueda participar hasta Chávez ¿Porqué no? Unas elecciones que de no dar un triunfo mayoritario a cualquiera de los candidatos, permitan una segunda vuelta. ¡No¡ Todos quieren capitalizar la situación actual y convertirse en “mandamás” ignorando que han sido electos como un producto del desespero. Veamos si el resultado de este careo será un clavo del cual asirse o una claveteada cama de fakir en la cual quedaremos todos clavados.