El chavismo se pega o la chapuza como gobierno
En días pasados y a la espera de que nos llamaran a abordar un avión, en cordial conversación con un colega profesor acerca del descalabro institucional que ha tenido lugar en la administración gubernamental venezolana, él me advertía sobre el contagio que ese modo de ser y hacer las cosas estaba produciendo en toda la sociedad y en el ámbito empresarial privado. Según él, ya empezaba a sentirse tal contaminación más allá de las fronteras de la burocracia estatal. “Y es que el chavismo se pega”, concluía con preocupación.
Ciertamente, quien haya sido testigo atento de lo que ha ocurrido en nuestro país en los últimos años no puede menos que compartir tal aseveración. Sin duda, la chapuza es el signo de la revolución bolivariana al frente del aparato estatal, y, obviamente, en ella hay un componente cultural venezolano.
Chapuza es obra hecha sin arte, ni esmero, u obra o labor de poca importancia. Para los mexicanos es una estafa. Y chapucero significa: chambón, desastroso, impresentable.
Todos estos significados le calzan a la perfección al gobierno actual.
Desde el servicio de recoger basura y mantener calles, avenidas y parques, pasando por la gestión de las empresas estatales, la educación y la sanidad, hasta la administración de justicia y la sencilla impresión de las gacetas oficiales, todo es un monumento a la ignorancia, la desidia, la improvisación, la incompetencia, la ineficacia y la corrupción. El desastre no puede ser mayor.
Basta ir a una oficina pública de registro, notaría o tribunal para vivir una experiencia kafkiana. Sacar o renovar una licencia de manejar vehículos u obtener un pasaporte es un via crucis estresante, agotador y costoso. Los trámites de CADIVI, SENIAT, LOPCIMAT, LOCTI, solvencia laboral, etc, son un infierno dantesco. Para remate, no es infrecuente que los viernes no se trabaje en muchas instituciones u oficinas públicas, por lo general. A lo que debe agregarse el efecto del recorte eléctrico y los apagones
Pareciera que de forma premeditada (con vistas a sacarle beneficio económico personal) o por desconocimiento, todo lo simple lo hubiesen complicado y lo que es realmente complicado lo simplifican, produciendo así, situaciones absurdas e incomprensibles, que o bien paralizan a la administración pública y entorpecen, en consecuencia, la actividad de los ciudadanos y las empresas, o desmejoran la calidad de los servicios o productos, ocasionando enormes perjuicios a la sociedad en su conjunto.
Una lista interminable de ejemplos es ilustrativa de lo que venimos comentando. Es raro encontrarse con un sector que podamos exonerar de este cuestionamiento. Este triste espectáculo abarca todos los poderes públicos. Ejecutivo, legislativo, judicial y moral conforman un deplorable cuadro institucional, sólo comparable con los países más atrasados del mundo. La descomposición está la orden del día. Los menos capacitados del país, es decir, los mediocres, son los que gestionan, por ejemplo, el tema de la seguridad o la educación, la distribución de alimentos o los bancos estatales.
Decenas de planes contra la delincuencia, decenas de ministros al frente del Ministerio encargado del asunto, todo un fracaso estruendoso. Así, vemos que graduados de Derecho no estudian derecho procesal o que ingenieros en refinación no visitan un laboratorio durante toda la carrera. (Universidad Bolivariana).
Los bancos estatales tradicionales y los nuevos están quebrados o recontraquebrados. Las empresas y bienes expropiados o arrebatados a sus dueños son mal administrados, abandonados o simplemente robados.
Qué más decir de los servicio eléctrico y de infraestructura en general¡ Ignorancia, desidia, irresponsabilidad.
¿Y de la elaboración de las leyes? Desconocimiento de la técnica legislativa y de los principios genérales del derecho; los textos de las leyes son unos bodrios, una vergüenza en materia de redacción, sintaxis, y demás reglas gramaticales.
En los tribunales el panorama no es muy diferente. Al despelote burocrático reinante allí, se suma la inopia de conocimientos jurídicos, cuando no, interpretaciones complacientes con el poder político. Así, se ve frecuentemente en los juicios el irrespeto del principio constitucional de la irretroactividad o de los lapsos procesales, constituyéndose de esa manera un cuadro grave de inseguridad jurídica. La prescripción de acciones no existe para algunos tribunales.
Las denuncias sobre el hacinamiento en las cárceles y el trato inhumano son harto conocidas, producto, entre otros factores, del mal funcionamiento de los tribunales y del Ministerio Público.
Lo de los Registros Mercantiles es una irracionalidad sin nombre. Una empresa que desee registrar, por ejemplo, 3 actas de asambleas de accionistas, en lugar de hacer el trámite un solo día, deberá ir 3 días diferentes, hacer 3 colas interminables, madrugón mediante. No es raro, por otro lado, encontrarse con funcionarios de Registro, como me ha ocurrido, que frente a la constitución de una Asociación civil sin fines de lucro cuyo objeto es hacer estudios e investigaciones políticos y económicos, nos rechacen el documento porque al mencionarse la palabra “politicos”, eso sería materia del CNE. Los registros públicos no son públicos; para investigar a una empresa en un registro mercantil, insólitamente, le piden al solicitante autorización de la empresa investigada. ¿….?
Ni hablar de las distintas interpretaciones o requisitos que en cada oficina o región se hacen o piden. No es difícil encontrarse por ahí quien le ofrezca a uno hacer el trámite de renovación de licencia de conducir vehículos, con sólo entregarle copia de la cédula y una cantidad más o menos sustanciosa.(el trámite legal exige 5 documentos).
Entrar a mi email de CANTV es una proeza. El satélite chino, que nos costó 400 millones de dólares y que tiene una corta vida útil ¿de qué ha servido?
El Metro de Caracas se ha vuelto una pocilga inmunda e insegura. Para el modo de ser chavista, el mantenimiento de instalaciones y maquinas, amen de la limpieza, son un lujo burgués. Vivir en la cochinada es el ideal revolucionario. ¿Desconocen que las cosas se deterioran con el uso? ¿Que la ganancia es necesaria para reinvertir, comprar tecnología, nuevas maquinaria, etc?
Sin embrago, se pagan obras que no se realizan o quedan a medio construir. Se presta o regala el dinero de las arcas públicas sin medir las consecuencias financieras para el Estado, no importa si se cobran u obtienen beneficios. La ganancia está demonizada, no obstante, el presidente se queja de que el aeropuerto de Maiquetía de pérdidas.
El chavismo, comprobado está, no sabe producir ni distribuir alimentos, no saben importar bienes, y se busca a los cubanos para que realicen las operaciones (PUDREVAL). La ruta de la empanada, los gallineros verticales y cultivos hidropónicos, ¿donde están? ¿Dónde las estadísticas que muestren el éxito de estas disparatadas ideas?
El fundo San Luis en Calabozo, arrebatado por el INTI, después de un año, sólo ha producido 40 berenjenas. No hay avalúo, ni pagan bienhechurías a los expropiados.
En Lara, por ejemplo, se levantarían centros de producción, agrotiendas, laboratorios, centros de recrías, plantas de procesamiento, pasteurizadoras complejos azucareros, viviendas y hasta un acueducto (1200 millones de bolivares fuertes), y ni rastro de ellos hoy, un descalabro parejo. En Carora, la Planta procesamiento de Maíz, en el sector El Paradero, no se inició; el Complejo Azucarero Argimiro Gabaldón en el sector La Otra Banda tampoco existe. El Matadero Industrial, por convenio argentino, en Burere, nunca se inició. La planta de Cemento con los iraníes, nunca se comenzó. La fábrica medidores eléctricos a través del convenio chino con Pdvsa- Enelbar, está paralizada.
En el ámbito internacional, se ofrecieron 34 refinerías, y apenas la de Cienfuergos está avanzada en su fase primera. De la de Pernambuco en Brasil, nos salimos por no poder cumplir con las exigencias financieras, a pesar de haber publicitado con bombos y platillos esa “integración energética”.
Según los estados financieros consolidados de Petróleos de Venezuela al 30 de junio de este año, se produjo una disminución interanual de 14,4% en su ganancia neta del primer semestre, por un aumento de costos y pese a que las ventas remontaron por alza de los precios del crudo. Citgo registra pérdidas por el subsidio a los “pobres” de EEUU. Los accidentes en las refinerías e instalaciones de PDVSA se multiplicaron. La gallina de los huevos de oro del país endeudada hasta los tuétanos.
El modo de hacer chavista ni siquiera con la materia de devolución de IVA a sus propios diplomáticos, cumple. Ni decir de los empresarios.
¿Y qué decir del tema de la vivienda, de las petrocasas, casas uruguayas importadas, y las decenas de tratados internacionales que les quitan el trabajo a empresarios y trabajadores venezolanos? Un estruendoso fracaso. Mientras tanto, no hay cabillas ni cemento después de las expropiaciones alocadas del gobierno. El gobierno vende 10 cabillas y 5 sacos de cemento por persona. ¿Qué se puede construir con esto? ¿Cómo piensan cumplir con los convenios recién firmados sin materiales suficientes apara la construcción?
El servicio de agua, el aeropuerto de Maiquetía, el puerto de Puerto Cabello, la autopista Valencia-Puerto Cabello, los basureros que son la autopista Barcelona-Píritu o las carreteras de Paraguaná, todo un desastre producto de los “genios” militares y de una recentralización administrativa irracional.
Y para comprar un electrodoméstico en las tiendas gubernamentales, no puedes hacerlo pagando en efectivo, sin antes estar en una nómina en un banco estatal.
En el campo de la cultura, se ha impuesto una alpargatocracia cultural cuya máxima expresión es Alí Primera; da vergüenza ajena. Sus seudodirigentes incapaces de una iniciativa que valga la pena. Incapaces, por mezquinos y sectarios, de reconocer, por ejemplo, los méritos de venezolanos que como Simón Díaz, en su día, fue premiado con el Grammy.
Todo es producto de un desprecio al conocimiento, a la formación académica y a la experiencia, derivado de una ideología demencial.
Este modo de gobernar chavista, chapucero, tiene otro efecto perverso. A los asuntos que requieren mayor cuidado y estudio por su complejidad, por ignorancia, se les resta importancia, se banalizan, y se pretende despacharlos de manera simple. Los funcionarios “hecho en socialismo” no se percatan de las repercusiones económicas o de cualquier naturaleza que ciertas medidas aisladas pueden tener en otros sectores. No advierten las conexiones que toda actividad tiene con otras. Contenidos o formalidades inherentes al tema complejo son despreciadas, lo que se puede observar en los proyectos fantasiosos, disparatados y voluntaristas que a menudo oímos de Chavez.
Todo este estropicio institucional, esta destrucción del aparato productivo, esta complicación absurda de la vida ciudadana, es secuela directa del chapucero “Hecho en socialismo”.
Efectivamente, el chavismo se pega. Lo testimonia la desastrosa performance en las empresas expoliadas, y más allá. De allí que la necesidad de preservación del resto de la sociedad de este modo de ser y hacer letal devastador para su buena marcha, sea un objetivo prioritario político y social de los sectores democráticos.