El “chávez” interno

La dinámica de la sociedad venezolana se ha visto envuelta en problemas socio-económicos, culturales y educativos, hoy muchos ciudadanos piden a grito la salida de Chávez del poder, otros claman por la continuación de ese hombre en el mandato. Vivimos una verdadera “chavofobia” que resulta masoquista, y aún la gran mayoría no identifica, sino que la ve reflejada en el señor que está investido con la majestad presidencial. Es muy cierto que el desatino de este gobierno en materia social, económica, educativa, cultural y muchos otros aspectos, resulta inocultable, pero ¿Hasta cuándo la gente se queja y no pone el grano le corresponde?; es muy fácil salir de Chávez.

Si usted es un ciudadano que anda por nuestras principales avenidas, corriendo en su carro como loco, sin respetar las señales de tránsito, con licencia chimba, comiéndose los semáforos, sin ceder el paso, estacionándose en sitios no permitidos, hablando por celular mientras conduce, con escandalosos equipos de sonido y bebiendo licor, poniendo en peligro su vida y la de los demás ciudadanos, ¿Es culpa suya o de Chávez?, yo pienso más bien que es culpa de chávez, sí, con minúscula, el chávez que usted lleva por dentro, porque para comportarse así, hay que tener un chávez adentro.

Si usted está acostumbrado a salir de su trabajo, y pegarse de una licorería a consumir licor en la vía pública, a formar escándalos y orinarse detrás de un vehículo estacionado cerca de donde está tomando, y luego llega a su casa con la mitad del sueldo gastado y no le queda para comprarle a los muchachos el cuadernito, los zapaticos, y hasta el mercado, usted tiene un chávez por dentro y tiene que sacarlo.

Si usted es de los que van a un banco, y busca la manera de colearse o buscar un panita para que le haga el depósito, o hacer la cola y después se sale diciéndole al que está detrás suyo “yo voy aquí, cuídame el puesto”, usted tiene un chávez muy arraigado.

Si no le gusta trabajar y anda rebuscándose con el “cuanto hay pa’ eso”, le gusta la trácala y hace lo que sea por tener lo que no se ha ganado con el sudor de su frente, no se prepara académicamente y vive su vida pendiente de loterías, brujos, caballos y otros entretenimientos nada productivos para el colectivo, usted es muy chávez.

Si usted acostumbra a tirar papeles y basura en la calle, plazas, parques, playas y sitios de distracción, a no colaborar con ancianos, mujeres embarazadas y niños, y al contrario anda por allí amargado gritándole a la gente, no se preocupa por los problemas en su cuadra y menos de su comunidad, llora solamente cuando el problema le afecta a usted y no a su vecino, le gusta montar bochinches molestando a los demás pero no le gusta que se lo hagan a usted, se la pasa por su cuadra llevando y trayendo chismes, metiendo en problemas a cuanto tenga el infortunio de caer en su lengua, fuma de manera abusadora delante de gente que no lo hace, le gusta mandar e imponerse ante la voluntad de los demás con todo el autoritarismo que usted quiera, no tiene el corazón de dar una limosna a gente inválida que está en la calle menguando, consigue su documentos a fuerza de padrinazgos, comprando conciencias, sobornando funcionarios públicos y policías, no denuncia las irregularidades que ve en su calle o en su sector o en cualquier otro sitio, tiene usted a un chávez muy dentro de su corazón.

Si usted es una persona que menosprecia a los demás pro su condición social, por su cultura o religión, por su raza o por sus tendencias políticas, tiene usted al más grande de los chávez en su corazón y mente. Si se ha denominado por estos años como “Sociedad Civil” y se comporta así, pues esa es una sociedad civil leal a chávez.

El problema de los venezolanos es socio-económico, porque nuestras autoridades tienen a ese chávez como norma y no gobiernan para los social y para lo económico, pero eso no es todo, nuestro gran problema también es cultural y educativo, porque los ciudadanos llevan a chávez entre ceja y ceja, a nadie le importa más allá de la puerta de su casa y es muy hipócrita al momento de comportarse como debería un buen ciudadano.

Ese es el chávez que hay que sacar primero, porque una vez que un ciudadano de verdad logre expulsar a chávez de su ser, de su comportamiento y su pensamiento, tendrá fuerza moral y disciplina para exigir y dar la pelea, para sacar al otro Chávez que todos sabemos.