Opinión Nacional

El cáncer y el laberinto de la sucesión

Chávez, ahora mucho más enfermo que hace un año cuando confesó haber sido operado de cáncer en Cuba, vuelve a cometer el mismo error de negar a los ciudadanos el derecho a un parte médico confiable sobre su verdadero estado de salud. Ha sido él quien nos ha estado ocultando información sobre su enfermedad y confundiendo al pueblo con su «milagrosa» curación que devino en la grave recaída de la semana pasada, de cuyos detalles nos enteramos gracias a las redes sociales, mucho más confiables que el optimismo del «cóndor» y las alabanzas a «lo bien que está de salud», obstinadamente repetidas en medios oficiales.

Reportes que ha venido difundiendo el médico venezolano residente en Miami, José R. Marquina (@marquina04) quien, como reconoce el colega Nelson Bocaranda «ha venido detallando en tiempo real lo que se examinaba en Cuba«, señalan que con la laparotomía exploratoria se comprueba que el tumor (leiomiosarcoma) ha crecido. «La condición de salud es más grave que la encontrada anteriormente. Hay diseminación metastásica de la enfermedad», dijo Marquina a Berenice Gómez en entrevista radial. El colega Bocaranda, quien ha logrado guardar el secreto de sus confiables fuentes a pesar del acoso oficial, dijo en sus Runrunes (EU) que las noticias provenientes de la isla sobre la salud presidencial «no son alentadoras». El médico de Brasil que participa de la junta médica habría confirmado la opinión adelantada por sus colegas del hospital Sirio-Libanés de Sao Paulo sobre el daño causado por el abuso de los esteroides aplicados al enfermo para darle fuerza y mejor semblante, (es decir, para que pareciera que su salud mejoraba). «Los paulistas achacan al abuso de los esteroides el avance tan rápido del tumor encontrado». El periodista de O Globo, Merval Pereira, quien informase hace dos semanas sobre la supuesta extensión del cáncer de Chávez al hígado, escribe que «el reporte inicial de la sala de operaciones del 27-02 encuentra tejido maligno y necrótico». El reporte apareció también en @fredliberty2010.

Hay tal paranoia por la filtración de información médica que en el Cimeq, hospital cubano donde está internado Chávez, bloquearon el acceso a 3 pisos; han sido «secuestrados» médicos, enfermeros y personal administrativo y de mantenimiento; suspendido el servicio telefónico interno y externo en los 3 pisos y confiscados los teléfonos celulares. Todo para evitar que se conociesen los negativos resultados de la cirugía exploratoria a la que fue sometido el mandatario venezolano, ya difundidos en medios y redes sociales. Chávez está tan obsesivamente apegado al poder que cuando en 2011 se le informó de su terrible enfermedad, en vez de guardar reposo, seguir las indicaciones médicas y estimular el liderazgo alternativo entre quienes han sido sus obedientes comodines yendo de un ministerio a otro y de ahí a la Vicepresidencia (o al destierro político, si veía en ellos alguna aspiración presidencial) optó por llenarse de esteroides para simular una mejoría que no era tal y seguir desesperadamente aferrado al poder. La historia de errores y omisiones se repite ahora, cuando su salud está mucho más comprometida que hace un año, fecha en la que el Dr. Navarrete advertía -y hoy se comprobaría que con un diagnóstico acertado- de la extrema peligrosidad del cáncer que padecía el Presidente y de sus limitadas expectativas de vida. Y sin embargo este jueves Izarra cumplía órdenes presidenciales al declarar oficialmente que «no estaba planteada la sustitución de la candidatura de Chávez».

El monopolio del poder y la castración de cualquier liderazgo interno que pudiera hacerle sombra pone a «su» revolución en muy grave trance, ahora que Chávez no podrá llevar adelante su campaña, por mucho que asegure lo contrario. El chavismo llega al 07 de octubre sin outsider, como señala el periodista Eugenio Martínez (EU 01-03-2012) y con dentelladas internas que llegan hasta «la traición» (Adán Chávez dixit). El leal Maduro fue injustamente apartado, al igual que Tarek. Quedan Jaua y Diosdado: el primero en la cola de las encuestas frente a Ocariz en Miranda y el segundo derrotado por el hoy candidato presidencial Henrique Capriles, cuando aspiraba a repetir como Gobernador.

Chávez está preso en su laberinto. No hay salida para él ni para ningún otro, porque se encargó de cerrarlas. Todo en un país con reservas internacionales en picada, Pdvsa en ruinas, endeudamiento, inflación, escasez, inseguridad y desempleo crecientes y crisis de vivienda y servicios. Por si fuera poco, con un candidato opositor que crece en el afecto popular y camina por todo el país empeñado en llevar a Venezuela por el camino de la paz y del progreso.

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