Opinión Nacional

El bautizo militar de Sucre

Sumario

En estos tiempos de la cultura del reggeton , bien valen algunos ejemplos de grandeza como el siguiente: Cuando las tropas conservadores triunfan en 1854 , un militar llamado Liborio Escallón, encarga la custodia del prisionero José María Obando a Antonio José Sucre, con el fin de humillarlo, sin embargo el sobrino del gran Mariscal, decide dimitir del ejercito triunfador “Un Sucre rompe la espada antes de cometer una bajeza”…Obando fue quién ha sido sindicado como el autor intelectual del Gran Mariscal y el hecho de colocar a su sobrino como custodio tenia una doble intención, pero Sucre no aceptó, ya que una burda venganza no estaba su código ético, tenía 23 años y no se iba aprovechar de un desarmado….

Leyenda de foto: Julio Arboleda fue quién guió los primeros pasos de Sucre en el mundo de las armas. Como cosas del destino muere en 1862 asesinado en Berruecos cerca de donde había muerto el tío del soldado cumanés que desterró Venezuela.

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No siempre el Presbítero Sucre uso sotana, y cuando la usó no fue impedimento para ser protagonista de diversos hechos de armas los cuales narraremos a continuación.

Quizás su sino militar estaba fuertemente marcado en sus venas, como lo relata Monseñor Mario Germán Romero en Las diabluras del arcediano en la página 22
“Podemos pensar sin, sin dar rienda suelta a la fantasía, que nacido poco después del crimen de Berruecos, era natural que se le pusiera el nombre del Gran Mariscal de Ayacucho. Una manera de perpetuar su recuerdo y quizá alguna esperanza de que siguiera sus pasos en la milicia .No olvidemos que los Sucre, al decir de Angel Grisanti, fueron a través de los siglos, hombres de mando y de guerra, y naturalmente con el tiempo se hizo naturaleza el imperio, el don de mando, la energía. Precisamente las características del modo de ser de nuestro fogoso canónigo”.

1853: Intentona revolucionaria de Cumaná

En una entrega anterior habíamos dicho que Sucre era un participe activo de la revolución que se gestaba en 1853 en Cumaná y que un terremoto había hecho fracasar esta intentona bélica y producto de ello el gobierno de Monagas lo expulsa de Cumaná y lo lleva arriba de la goleta 24 de enero con dirección a Caracas. Respecto al contexto histórico dejemos a Monseñor Romero el miembro más antiguo de la Academia Colombiana de la Lengua y de la Historia que nos explique en el libro que dedicó a Sucre “La represión oficial no se hizo esperar, pero ante el clamor general el gobierno expidió un decreto por el cuál se remitía en juicio y penas ordinarias a los comprometidos en la revolución. Las personas que se acogieron al decreto, quedaban sujetas al extrañamiento o confinación temporal que el poder ejecutivo impusiera. Unos pocos fueron puestos en libertad, el mayor número de presos políticos fueron confinados a distintos lugares. Sucre fue destinado a cuatro años de destierro”. Cabe agregar lo que dice Monseñor Nicolás Navarro en “Anales eclesiásticos venezolanos” (364), en cuanto a la preocupación de su padre José Manuel por el destino de su hijo “Lo mandó para México, a fin de salvarlo de la persecución oficial que su participación en los mentados sucesos políticos ameritaba”.

Su bautizo de militar en Colombia

Cuando don José Manuel Sucre y la señora María del Rosario Alcalá pensaban que su hijo enfilaba el mar Caribe rumbo a México, el destino dijo otra cosa, ya que el barco en que viajaba se detuvo en Sabanilla, principal puerto colombiano de la época (1854), donde el joven revolucionario tomó la impulsiva decisión de quedarse en Colombia sintiendo el llamado de la lucha que se sostenía en aquel país “Sucre debió entrar en algunas de esas tabernas y allí oyó que había guerra en el interior. A medida que adelantaba el diálogo, el joven viajero sentía el llamado de la revolución y fue tomando la resolución de cancelar el viaje a México y quedarse en la Nueva Granada para servir a la causa de la legitimidad. Allí mismo se informó de la posibilidad de tomar uno de aquellos barcos de río para que lo llevara por el Magdalena al interior del país. Para Sucre no había obstáculos cuando se trataba de hacer su voluntad”. Esta descripción que hace Monseñor Romero en “Las diabluras del arcediano” (30), las hace basado en un testimonio del mismo Sucre en “Despedida de Antonio José Sucre, en El Correo Nacional, enero 9 de 1981 “Expulsado del suelo nativo por la tiranía de los Monagas, vine muy joven a este hospitalario país en busca de asilo y libertad, precisamente cuando pasaba por una de las crisis más solemnes y angustiosas de su historia doméstica. El audaz e injustificable alzamiento del 17 de abril de 1854 había sublevado el sentimiento nacional y coadunado las fuerzas de todos los partidos, para restaurar el imperio de las instituciones, tan osadamente derribadas.”
La influencia de Arboleda

En síntesis lo que sucedía en esos momentos en Colombia era el arribo de una dictadura encabezada por el Presidente José María Obando, y el comandante General José María Melo, los cuales eran combatidos por las fuerzas de Julio Arboleda, quién había sido senador, pero que ahora tomaba las armas para recobrar el poder, y es en este contexto donde se entrevista son Sucre, quién inmediatamente se puso a las ordenes militares del líder conservador colombiano “Sucre comenzó inmediatamente su entrenamiento militar .A los ejercicios de rutina se sumaban los ratos de descanso en que aquel grupo de jóvenes, muchos de ellos de las principales familias bogotanas, hacían derroche de ingenio y de gracia en conversaciones salpicadas de anécdotas y chistes, que hacían olvidar por un momento la rígida disciplina militar”, nos narra Monseñor Mario Romero en Las diabluras del Arcediano, quién nos detalla el rol de Sucre y Arboleda en el campo de batalla “Se llegaba el momento de poner a prueba el valor de aquella tropa juvenil. Melo situó en Guaduas 300 hombres. Arboleda recibió órdenes del General Paris de acercarse al enemigo. El 24 de junio se vino sobre Guaduas con el gobernador Pedro Gutiérrez Lee, conduciendo tres piquetes de las compañías del general París de acercarse al enemigo. El 24 de junio se vino sobre Guaduas con el Gobernador Pedro Gutiérrez Lee, conduciendo tres piquetes de las compañías 3,4,y 7 del ejército restaurador. Arboleda escogió los mejores hombres, entre a ellos a Sucre y a Cuervo. La orden era sorprender a la tropa que se encontraba en los cuarteles. La gente de Arboleda se dividió en dos partidas de 48 hombres cada una , y se dirigió a tomar el cuartel de la esquina , mientras Gutiérrez atacaba el otro cuartel. Arboleda cayó sobre su objetivo, mientras Gutiérrez se encontraba en dificultades. “ En este atrevido ataque , escribe don Venancio Ortiz ( Historia de la revolución del 17 de abril de 1854, 234-236), se distinguieron de manera honrosa los capitanes Antonio José de Sucre y Anselmo Vélez, igualmente dos tenientes y seis alféreces; murieron tres soldados constitucionales y hubo muchos heridos. Los melistas perdieron cerca de cien hombres entre muertos, heridos y prisioneros”.

Llegada a Bogotá

Monseñor Romero nos narra la llega a Bogotá, con Sucre en las fuerzas libertadoras “El valeroso Sucre recibía entonces las primeras palmas en la Nueva Granada. Tomó parte en la acción de Bosa, cerca de la capital. El 4 de diciembre de 1854 el ejercito constitucional tomó por asalto la capital de la república y se restauró el imperio de las leyes. Los repiques de campanas anunciaron el fin de la dictadura y la salvación del honor nacional. El placer más vivo, más intenso, brilló en todos los semblantes .Las damas que en medio del combate habían estado animando a los soldados con su presencia , les distribuyeron coronas y arrojaban flores sobre ellos, vitoreándolos como a libertadores. Entre ellos estaba Sucre, que en el día de gloria hizo latir el pecho de más de una joven bogotana”.

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