El año 1969
“Se hinchó de amor con estos recuerdos”.
Salman Rushdie:
La encantadora de Florencia,
ed.2009,p.161
La periodista Milagros Socorro, con su constante acucia por todo lo que sucede, nos pidió datos y recuerdos nuestros sobre el año 1969, con sucesos acaecidos acá y acullá. Le hicimos un rápido e-mail. Pero mirando todo lo que tenemos entre nuestros papeles y en los libros de nuestra biblioteca no pudimos resistir la tentación de ampliar lo que le escribimos porque de verás 1969 fue un año tan encrucijada como lo fue el anterior, el legendario 1968.
En los servidores de Internet no nos fue muy difícil encontrar más datos para precisar aun más: estos nos ayudaron a recordar aquel año, teníamos veinte y tres años entonces, en que tantas cosas sucedieron. Para nosotros fue la continuación del Mayo Francés, los días de la Renovación universitaria, del cuestionamiento de las formas de la educación que recibía la nueva generación y el momento en que ingresó una nueva forma de afrontar la vida, la sexualidad, las relaciones de pareja, el nuevo sentido del divorcio. Sobre las separaciones todavía nos sabemos de memoria lo que escribió en aquellos días Isaac Chocrón: “Paso un año fuera de Venezuela y al regresar me encuentro que todos mis amigos se han divorciado”. Tanto había sido el cambio, que se ampliaría a otras zonas vivencias y surgiría una nueva moral incluso. Los cambios fueron tales que los jóvenes que cumplieron veinte años en esa década nada tenían que ver con el mundo de sus padres y menos con el de sus abuelos, nacidos en la centuria anterior.
1969
Cuando se inició 1969 el mundo vivía otros días, sin ningún antecedente. Ya en aquel momento eran los plenos sesenta, aunque los “sesenta venezolanos” serían los setenta, que fue cuando entre nosotros se comenzaron a suceder los mismos hechos que habían tenido lugar sobre todo en los Estados Unidos que fue, y siguen siendo, el gran laboratorio de las nuevas conductas universales, sobre todo California(allí suceden ahora la series The L Word y Californication, no es casual). Tanto que su sistema de vida se ha impuesto en todas partes. E incluso el reino universal de la democracia viene de la nación del norte.
Teníamos en 1969 lo mejor de los planteamientos globales de cambio, de mutación, sobre todo en el modo de mirar al mundo, nuevas vivencias. Eran los días ya de la pastilla anticonceptiva, lanzada en 1960 por el laboratorio “Searle” de Chicago, que dio libertad a la mujer: pudo escoger el momento de ser madre. Y no serlo, si así lo deseaba. Comenzó, aunque no se veía aún, el imperio de la libertad de la mujer. Hoy, incluso, la mujer no necesita del hombre ni para tener hijos gracias a la inseminación artificial, así solo necesita hoy de su amor. Otras vivencias de hoy son el reino de la soltería de hombres y mujeres y el nuevo celibato, reinvindicador del “placer casto” del que escribió con tanta certeza Yan Kerorguen(1953), porque después de la aparición del Sida más que una sociedad de amores platónicos surgió un orbe masturbatorio. De allí el elogio que del placer solitario hizo entre nosotros el novelista Salvador Garmendia(1928-2001), ”ese dulce ejercicio de la imaginación, el más recatado e inofensivo de todos los juegos amorosos”.
Y por lo tanto aquel 1969 trajo la plena libertad sexual y el desarrollo del feminismo. Fue así nuestro siglo XX, gracias a Sigmund Freud(1856-1939), el siglo de la sexualidad pero a la vez fue la centuria de la mujer, sobre todo por el empuje que le dio Simone de Beauvoir(1908-1986) con su libro El segundo sexo(1949) y después las feministas norteamericanas Betty Friedan(La mística de la feminidad, 1963), Kate Millet(Política sexual,1970) y Susan Brownmiller(Contra nueva voluntad, 1975) e incluso las Tres Marías de Portugal(Nuevas cartas portuguesas,1974) o la española Montserrat Roig(Mujeres en busca de un nuevo humanismo,1981). Pero los sesenta trajeron también el fin de la segregación racial en los Estados Unidos y el otorgamiento de los derechos civiles a la población negra(julio 2,1964).
Y claro los sucesos de aquel año central de la experiencia contemporánea que fue 1968 hizo que los sucesos se encadenaran. El año 1969 comenzó, el 16 de enero, con la inmolación en Praga del joven de veinte y un años Jan Palach, quien se prendió fuego en protesta por la invasión de la URSS a Chcoeslovaquia(agosto 20,1968). Siguiendo la línea de esos sucesos anti-humanísticos el 17 de abril fue destituido el Secretario General del Partido Comunista checo: Alexandr Dubcek(1921-1992), el líder de la Primavera de Praga. En 1989, dos décadas exactas después, sería aclamado allí mismo (noviembre 26,1989) tras la revolución del Terciopelo, la Caída del Muro de Berlín y el reinició de la democracia en Checoeslovaquia.
El 4 de abril murió en Caracas el novelista Rómulo Gallegos(1884-1969), quien fue hasta la irrupción de la llamada nueva novela latinoamericana, el “boom”, el primer narrador de la lengua castellana, a través de su obra se puede ver como tendió el puente hacia la renovación. Tanto que cuando en 1967, también en Caracas, puso en manos de Mario Vargas Llosa(1936) el premio que lleva su nombre hubo un cambio de generaciones, un traspaso de los dones literarios de una promoción a otra.
El 2 de marzo se efectuó el primer vuelo del Condorde
Le siguieron dos hechos que cerraron el gran ciclo de los líderes anti-fascistas de la II Guerra Mundial(1939-1945): la muerte en Washington de Dwight Eisenhower y, el 28 de abril, la dimisión del general Charles De Gaulle de la presidencia de Francia. El general e intelectual fallecería al año siguiente. Ambos habían nacido en el siglo XIX, los dos en 1890. Ya los otros grandes dirigentes de aquel gran período, Winston Churchill(1874-1965), Franklin Delano Roosevelt(1882-1945) y José Stalin(1879-1953) habían muerto e incluso los derrotados habían desaparecido: Benito Mussolini(1883-1945) fue ajusticiado(junto a su amante Clara Petacci) por una turba de partisanos en Bonzanigo, cerca de Como. Adolfo Hitler(1889-1945) se había suicidado en su búnker de Berlín.
El 20 de mayo apareció en París, en francés, la novela, o bien la autobiografía oral, Papillon, del expresidiario galo, de la cárcel de Cayena, en la Guayana Francesa, Henri Charriere(1906-1973), estaba allí condenado por ser un asesino confeso, fue un hombre que siempre vivió en los bajos fondos de Caracas, en los medios de la prostitución. Pero a quien el libro, en verdad escrito por la editorial parisina Laffont, experta en la producción de best sellers, le dio cierta nombradía entre nosotros, celebridad pasajera como siempre sucede a los autores de libros de este tipo.
Pronto sucederá así a Dan Brown(1964), el autor de El código da Vinci(2003), un libro superficial y mal escrito sobre un tema a todas luces interesante. Por ello lo que más interesa a quien se interese por los asuntos que trata esta novela es en la lectura de las obras en las cuales abrevó Brown para construir su libro. Esas investigaciones si tienen interés.
El 21 de julio fue el día de uno de los hechos cenitales del año: la llegada del el hombre en la luna. Y lo decimos porque la realización del Festival de Woostock fue el segundo, el tercero el inicio en los Estados Unidos de la gran protesta nacional contra la guerra de Vietnam hecho también decisivo(noviembre 20). Aquel combate bélico todavía se alargaría, pese a todo, durante diez y seis años más, hasta la caída de Saigon en manos de los comunistas(abril 30,1975).
El 22 de julio en España el dictador Francisco Franco(1892-1975) designó al príncipe Juan Carlos de Borbón, de treinta y un años, como su sucesor.
Del 15 al 17 de agosto se llevó a cabo en una granja vecina al pueblo de Bethel, en el estado de Nueva York, el Festival de Woodstock, su organizador fue el estudiante de veinte y tres años John Roberts, partidario del estilo de vida hippie y de la música pop. Fue aquella “una especie de gigantesca ceremonia psicodélica, fraternal, erótica, perfumada de marihuana”, un inmenso happening. El dramaturgo venezolano Isaac Chocrón(1930) quien estaba en Nueva York en esos días dio cuenta a la prensa venezolana de lo que vio sucederse aquel fin de semana(ver sus Señales de tráfico. Caracas: Monte Ávila Editores, 1972,p.33-36). Comprendió Chocrón que un nuevo tiempo se iniciaba, de ahí las coordenadas, llenas de interrogantes, sobre la nueva década que se iniciaría que se hizo en los meses siguientes a través de otra de las sabrosas crónicas que publicaba entonces en la revista caraqueña Bohemia(Señales de tráfico,p.55-60), dirigida en aquellos días por Simón Alberto Consalvi.
Y hablando de los profetas de los sesenta nos encontramos con la noticia de que el 21 de octubre murió Jack Keruac(1922), padre “beat genertion”, autor de la inolvidable novela En el camino(1957), profeta, más que gestor, que todos los cambios que se vivieron desde aquellos tiempos en adelante. En el camino está considerada por algunos críticos como una de las veinte novelas fundamentales del siglo XX: tienen razón. Recordamos aun a donde estábamos sentados durante las horas que pasábamos una tras otra sus páginas la primera vez que la leímos.
El 26 de noviembre se suicidó en Lima el novelista José María Arguedas(1911), luminosa conciencia latinoamericana, autor de Los ríos profundos(1958), fue uno de los grandes de las letras latinoamericanas, precisamente por la novela suya que hemos mencionado, una de las más bellas evocaciones de la figura del padre en las letras hispanoamericanas.
El 10 de diciembre fue concedido a Samuel Beckett(1906-1989), el autor de la pieza Esperando Godot(1952), el Premio Nóbel de Literatura, razón tuvo el periodista venezolano Lorenzo Batallán cuando expresó, en la crónica que dedicó al suceso en El Nacional, que esperando el absurdo le había llegado al escritor irlandés la presea sueca.
Suceso de ese año fue la película Isadora, dirigida por Karen Reisz y protagonizada por Vanesa Redgrave(actriz famosa desde Blow-up(1966) de Michelangelo Antonioni, sobre el cuento de Julio Cortázar). En Isadora se revivió la figura de la destacada bailarina norteamericana Isadora Duncan(1878-1927). Pero sin duda, sin quitarle mérito alguno a Isadora, es imposible no subrayar lo que para que proceso humano que se vivía entonces tuvieron las películas Cowboy de media noche, de John Schesinger, protagonizada por Dustin Hoffman y John Voight y Easy rider, dirigida por Dennis Hopper, quien también actuaba en ella junto a Peter Fonda y Jack Nicolson, que consagró elementos de aquella generación y a uno de sus íconos: la motocicleta. Era también una película de carretera como lo había sido también la novela de Jack Keruac ya citada por nosotros, sin duda uno de sus modelos de inspiración de la cinta. De Keruac y sus compañeros surgió el movimiento hippie y toda la nueva sensibilidad. También historia de una pareja liberada de aquellos días es la bellísima, y finísima, cinta John and Mary(1969) dirigida por Peter Yates y protagoniza por Mia Farrow y Dustin Hoffman.
Otros films de la misma década en que se registraban nuevas conductas fueron Darling(1965) de John Schleslinger, sobre una pareja, una de las primeras, que sin estar casados deciden pasar un fin de semana en un hotel, la protagonizaron Julie Christie y Dirk Bogarde. Incluso podríamos anotar aquí también Vivir por vivir(1967), cuyas actores fueron Ives Montand y Candice Bergen y Perdida en la ciudad(1970) de Herbert Ross, con Candice Bergen en el rol principal y la actuación difícil de olvidar de Peter Boyle.
Los libros más destacados de 1969 fueron en el ámbito universal: las novelas Ada o el ardor, el inquietante libro de Vladimir Nabokov(1899-1977) y El lamento de Pornoy de Philip Roth, uno de los primeros libros en tener a la perseguida masturbación, la que practica constantemente su adolescente protagonista, como su asunto central. Hay que subrayar siempre el nuevo volumen de ensayos, Estilos radicales, con toda su maestría en el manejo del género y la siempre genialidad de sus ideas, publicó en aquellos meses Susan Sontag(1933-2004). El libro resiste aun cualquier relectura que de él se haga. Y es una continuación de su célebre volumen Contra la interpretación(1964).
En América Latina deben subrayarse Conversación en la Catedral de Mario Vargas Llosa, su vastísima novela en dos tomos sobre Lima; Redoble por Rancas, la primera novela de la pentalogía del también peruano Manuel Scorza(1929-1983), quizá la mejor de todo el conjunto, con su espectacular inicio; Cumpleaños, la perfecta nouvelle de Carlos Fuentes, siempre maestro de la novela corta como lo demostró en la impecable Aura(1962), El mundo alucinante la primera novela del indiscutible talento de Reynaldo Arenas(1943-1990), obra escrita en prisión por haber sido detenido el autor por la dictadura cubana por ser gay. El mundo alucinante nos presenta la recreación novelesca de dos grandes maestros de nuestra América: el venezolano don Simón Rodríguez(1769-1854) y el mexicano fray Servando Teresa de Mier(1765-1827), en ella se hace verdad aquel pensamiento de Susan Sontag según el cual la utopía siempre es necesaria para el vivir.
Hay que subrayar también el nombre de Octavio Paz(1914-1998), uno de los maestros contemporáneos de nuestra América Latina y su primer pensador político. Ese año dio a la luz la segunda parte de su obra poética en Ladera este. Le siguió el ensayo Postdata, escrito después de la tragedia de Tlatelolco en Ciudad de México(octubre 2,1968), masacre que lo llevó a renunciar al cargo de embajador de México en la India cargo que ejercía. Postdata es también una prolongación de su meditación sobre su país natal iniciada en 1950 con El laberinto de la soledad. De ese año es también su sugerente meditación ensayística Conjunciones y disyunciones, que tiene como tema al cuerpo que se prepara a gozar del placer. Fundamental por permitirnos ver un proceso que se estaba desarrollado entonces en nuestra literatura fue el volumen La nueva novela latinoamericana de Carlos Fuentes.
EL HOMBRE EN LA LUNA
Se ha considerado que el gran suceso de 1969 fue la llegada del hombre a la luna. Ya hemos señalado nuestra personal opinión. Es uno de los tres principales sucesos de aquel año.
Nuestros recuerdos de aquella noche del 21 de julio de 1969 son estos:
Fue sin duda un día inolvidable aquel, raro porque todo parecía inverosímil, se iba a realizar algo de lo cual solo habían hablado hasta ese momento los autores de la ciencia ficción. Nosotros lo vimos por televisión, como todo el mundo. Estaba en la casa de mi novia de aquella época aquí en Caracas, en una quinta de El Paraíso. Fue singular cuando vimos al astronauta Neil Armostrong bajarse y poner el pie sobre la superficie de la luna. Quedaron marcadas sus huellas, fue emocionante verlas cuando levantó el pie para dar el siguiente paso. A poco dijo sus famosas palabras de que aquello era “un gran paso por la humanidad, un pequeño paso para el hombre”. Nosotros, y los que nos acompañaban, porque toda aquella familia estaba apiñada alrededor del único televisor en blanco y negro que había(la transmisión fue a través de RCTV) todos en silencio viendo aquello que parecía no sólo insólito sino imposible. Los astronautas se quedaron en la luna ¿unas horas más, unos días?. Julio Verne(1828-1905) se nos hacía vivo, sobre todo para aquellos que lo habíamos leído mucho. Creo que no pensamos sino en Verne. Al rato apareció el presidente de los Estados Unidos, Richard Nixon(1913-1994), y habló del suceso. Se cumplió aquel día la promesa hecha por el presidente John Kennedy(1917-1963), años antes, de que la nación americana llegaría a la luna. Pero no recordamos ya si Nixon lo dijo, suponemos que no dada la animadversión que siempre le profesó a Kennedy, de quien siempre sintió que había tenido una suerte política que a él no lo acompañó.
Creemos que ese día quedó grabado en nuestra memoria para siempre como el día de la muerte de Marilyn Monroe(agosto 5, 1962), hoy sabemos que no se suicidó, o el momento en que nos enteramos, después del almuerzo, del asesinato del presidente Kennedy(noviembre 22,1963). Después de él los Estados Unidos han tenido presidentes pero no han logrado tener un líder a quien seguir. Quizá después de esos hechos sea el Caracazo(febrero 27-marzo 1,1989) el de más dolorosa recordación; por el miedo sentido en Caracas: el bombardeo en la tarde del golpe del 27 de noviembre 1992, creemos que fue el día que más temor estremecedor tuvimos como caraqueño, aunque recordamos perfectamente el bombardeo de Miraflores el 1 de enero de 1958, teníamos once años aquella mañana, lo vimos desde la azotea de la casa de nuestros abuelos en San José, no habían entonces tantos edificios como para no poder contemplar un hecho que se sucedía bastante cerca. Días difíciles de olvidar también. Inolvidable es para nosotros también la madrugada del 23 de enero de 1958 por la actitud que tuvo nuestro papá, por la forma como nos explicó que era la democracia que renacía en aquellas horas. Es uno de los días más entrañables de nuestra vida tanto como el día en que vimos por vez primera a nuestra hija Beatrice Eugenia.
EN VENEZUELA
En cuanto al país hay que recordar que se vivía en aquel 1969 el primer año del primer gobierno del doctor Rafael Caldera, quien había ganado las elecciones el 1 de diciembre de 1968 y fue el primer jefe de un partido de oposición en ganar las elecciones en Venezuela y acceder a la presidencia, antes eso no había sucedido, menos durante el siglo XIX. Eran los días de la Política de Pacificación del gobierno socialcristiano, la guerrilla había concluido. Fue también el año de la Renovación Académica universitaria que nosotros vivimos en la Escuela de Letras de la Central. Eso fue desde el 12 de mayo, día de la lectura del manifiesto de los estudiantes, Cervantes, camarada, tu muerte será vengada. Era aquella una Venezuela plácida y feliz. Caracas una ciudad fascinante si la contemplamos desde hoy: en aquellos días en las madrugadas de los domingos nos despedíamos de nuestros amigos en el Gran Café, generalmente esperábamos hasta que salieran Ultimas noticias, y nos veníamos a pie a esa hora hasta San Bernardino, generalmente junto a algún amigo. ¡Jamás nos pasó nada! ¿Era la época en que éramos felices y no lo sabíamos?, según un lugar común muy de estos días, ¿quién sabe?.
EN LAS LETRAS VENEZOLANAS
Ya hemos señalado que el sábado 5 de abril, a las 2,20 de la madrugada, murió en Caracas, en su casa de Altamira, en donde ahora está el Celarg, el novelista y maestro don Rómulo Gallegos. En brazos del pueblo, todos a pie, lo llevaron desde el Salón Elíptico del Palacio Federal, donde recibió los honores como expresidente de la República, hasta al cementerio General del Sur a la hora de sembrarse “sobre la misma tierra”. Pareció hacerse verdad aquella tarde su cuento “El maestro”(1919). En este relato, escribió con razón Juan Liscano(1915-2001), el mayor estudioso de su obra, “una ciudad escéptica, burlona, frívola, materialista, despertaba de pronto ante la emoción producida por la muerte de un justo y se volcaba en la calle al paso de su entierro…la conmoción por la muerte de un hombre virtuoso, con el despertar del alma colectiva, prefigura…la apoteosis de que fue objeto Rómulo Gallegos, y otorga una significación entrañable a ese homenaje popular mediante el cual se encontraban la mejor emoción de un pueblo y de un venezolano mejor, trascendido al símbolo y a la inteligencia creadora”(Rómulo Gallegos y su tiempo. 2ª.ed. Caracas: Monte Avila Editores, 1969,p.204).
Ya en aquel 1969 nosotros ya habíamos comenzado a dedicarnos al ejercicio de la crítica literaria, las opiniones que siguen proceden de materiales guardados en nuestro archivo y recortes de prensa de aquellos días.
En la novela creemos que lo más significativo fue la publicación de la obra de José Santos Urriola(1927-1996): La hora más oscura, la que revelaba el mundo de la violencia, un libro de intensa significación literaria cuyo protagonista es la ciudad. También destacaríamos el hecho que se estaban comenzando a publicar testimonios de la guerrilla, movimiento que había fracasado y se había llevado la vida de numerosas vidas de jóvenes. Destacaríamos tres libros: subrayaríamos por sus valores literarios, ayer como hoy, el cuaderno de narraciones cortas de Eduardo Gasca(1939): Relatos del camino largo. Y otros dos son desde todo punto de vista menores: Las grietas del tiempo de Domingo Alberto Rangel(1923) y Los siglos semanales de Simón Sáez Mérida, muerto este último en el 2005, memorias noveladas de las vivencias de los dos políticos. Las tres novelas nombradas, el de Gasca es de cuentos, están olvidadas hoy pero dentro del proceso de nuestra novela La hora más oscura, bella novela, tiene todo un valor, fue además el mejor libro de narrativa del año y de su magnífico autor.
Ese año el libro del escándalo fue el novelín La fiesta del embajador de Argenis Rodríguez donde cuestiona la vida estéril de nuestros diplomáticos en Europa. Fue publicado en España(1968) por Camilo José Cela y reimpreso meses después en Caracas por la editorial de Domingo Fuentes.
1969 fue el año de la aparición de la primera edición de País portátil de Adriano González León(1931-2008), el cual había ganado meses antes el consagratorio premio “Biblioteca Breve” de la editorial catalana Seix Barral. El doble paralelo entre la violencia del pasado, de las guerras civiles del siglo XIX, y la guerrilla de los sesenta es su tema central. Es también pieza precisa de la novela que narra la insurgencia armada de aquellos años. Y es unas de las novelas fundamentales de nuestras letras, de ayer y de hoy.
Pero también fue aquel el momento de aparición de uno de los libros más altos de nuestra prosa de ficción de todos los tiempos, una obra angular: El osario de Dios de Alfredo Armas Alfonzo. Creemos, es una opinión personal, que El osario de Dios, es una novela no un libro de cuentos, pese a sus fragmentos brevísimos, dada la unidad de registro de los sucesos que allí leemos, en una de las más bellas prosas escritas en nuestras letras.
En este momento hay que destacar la presencia de una nueva generación, la de 1968, que se había hecho presente el año anterior con Piedra de mar de Francisco Massiani(1944) y en los poemarios Si el verano es dilatado de Luis Alberto Crespo(1941) y Muerto de risa de Enrique Hernández D’Jesús(1947). 1968: fue año del mayo francés, ¡nada menos!. Las visiones juveniles aparecidas en ese momento, sobre todo gracias a Massiani, vinieron precedidas de los libros que aun están en nuestras estanterías por habernos causado impacto: la novela Jezabel(1965) de José Antonio Rial(1912), una historia de juvenil en la cual se pedía que los jóvenes construyéramos un nuevo mundo sin inspirarnos en nada conocido. Y el gran libro espiritualista de Hernando Track(1926-1981): Tiempo de callar(1967). Y bien vale recordar al citar a Piedra de mar que esta ha sido, junto con Boves, el Urogallo(1972) de Francisco Herrera Luque(1927-1991) y El mago de la cara de vidrio de Eduardo Liendo(1941), una de las tres novelas más leídas, más editadas y mas estudiadas por la crítica en el último medio siglo, las tres pasan del millón de ejemplares impresos.
En cuanto al cuento en 1969 se publicaron las narraciones de La bella época de Laura Antillano(1950), su primer libro, otra historia de la adolescencia pero vista con ojos de mujer, fue muy celebrado. Desde La bella época su autora inscribió a Maracaibo en nuestra ficción contemporánea.
En poesía recalcaríamos Los juncos resplandecidos de Alí Lameda(1923-1995), quien estaba preso en Corea por el régimen comunista pese a ser marxista. Para nuestro gusto su mejor poemario, dedicado al “Viet Nam Heroico y mártir”, con lo cual sugerimos otro ámbito de expectación, ya registrado: la protesta universal contra esa contienda. Además destacaríamos Edad obscura de Juan Liscano por su andar a través del laberinto interior, La ciudad instantánea de Luz Machado(1916-1999) que es una de las más significativas recreaciones poéticas de Caracas, y uno de los tres principales libros de su autora(los otros son Canto al Orinoco,1953 y La casa por dentro,1965). Seguiríamos con La elegía en rojo a Guatimocin mi padre alias al globo de Caupolican Ovalles(1935-2001), que es una de las principales elegías de nuestra literatura, hay que colocarla al lado de las lamentaciones de José Antonio Maitín(1804-1874) a la esposa fallecida(Canto fúnebre,1851), de Vicente Gerbasi(1913-1992) al padre amado(Mi padre, el inmigrante,1945) y de Enrique Hernández D’Jesús al abuelo inigualable(Mi abuelo primaveral y sudoroso,1974). La nueva generación literaria la podemos ver también a través Pulso acelerado de Carlos Rocha(1945), un buen nombre de la nueva generación, la que denominamos de 1968, que surgió, como siempre en el año ocho de la década(se dice que en Venezuela eso sucede cada decenio siempre en el octavo año). El mejor poeta de esa hornada fue Hanni Ossott(1946-2002) quien no publicó su primera obra hasta 1974 pero quien ya escribía. A los diez y ocho años, en 1964, había publicado su primer poema, “Sombra de las sombras” en el número de mayo-junio de la influyente revista Lírica hispana, versos sorprendentes en los cuales, para nosotros, está contenida toda su obra. Fue rescatado hace poco por Patricia Guzmán, pueden leerse en sus Obras completas(Caracas: Bid & Co.,2008,p.40). Esa generación, como todas, también tuvo su crítico que creemos es quien escribe estos renglones.
En teatro subrayaríamos: la comedia O.K. de Isaac Chocrón(1930), que fue el suceso teatral del año. Y de la nueva generación Rodolfo Santana(1944) con Nuestro padre Drácula, El sitio, Las camas, representadas ese año: Santana está considerado el cuarto gran dramaturgo de nuestra historia teatral y el más fecundo, el que más obras ha escrito.
En el ámbito del pensamiento político no podemos dejar de registrar la aparición del libro de Teodoro Petkoff(1932): Checoeslovaquia, el socialismo como problema, publicado en la editorial de Domingo Fuentes, libro iniciador, como se ha reconocido hoy, del debate universal en torno al socialismo autoritario, en busca de un socialismo con rostro humano. Tiene aun vigencia: El libro de Petkoff fue criticado públicamente y anatematizado como una herejía dentro del comunismo por el propio presidente de la URSS Leonid Brezhnev(1906-1982). A los pocos meses le siguieron, sobre los mismos asuntos, los tomos de Manuel Caballero(1931): El desarrollo desigual del socialismo y otros ensayos polémicos y Sobre el socialismo y los intelectuales de Ludovico Silva(1937-1988), por los tres tiene sentido la observación del mexicano Enrique Krauze en decir que la gran polémica sobre el socialismo contemporáneo se inició en Venezuela(El poder y el delirio. Caracas: Alfa,2008,p.319). Y por pensadores venezolanos.
Hoy ante el libro de Petkoff es de rigor y justicia corregir la injusta mención(El socialismo irreal. Caracas: Alfa,2007,p.125) que se hace allí al poeta ruso Joseph Brosky(1940-1996), disidente soviético entonces y premio Nóbel de Literatura pocos años más tarde(1987), él es una figura demasiado alta para sufrir lo denuestos que le endilga allí Petkoff, sin duda mal informado cuando redactó su lúcido libro sobre este punto. Checoeslovaquia, el socialismo como problema ahora incorporado a su volumen El socialismo irreal.
Llamar ahora, como lo hace Teodoro Petkoff, al socialismo “irreal” tiene sentido porque este cayó por su propio peso, en un movimiento que se espigó, incluso desde la insurrección Húngara de 1956, y evidentemente desde la Primavera de Praga(1968), las huelgas de Polonia(1980), el anuncio de la “perestroika”(1985) de Mijail Gorbachov(1931), las presiones del papa Juan Pablo II(1920-2005), jefe desde 1978 de la Iglesia del Silencio, y del presidente norteamericano Ronald Regan(1911-2004) y de la caída del Muro del Berlin(1989). Y todo ello primero por su incapacidad del socialismo para asumir y encauzar por buen sendero todo lo que la economía significa para la vida de los pueblos, los comunistas lograron quebrar las economías de los países en donde actuaron y en segundo lugar, que es el primero, porque los pueblos, los hombres y las mujeres no saben, o no pueden, vivir sin libertad. Los gobiernos comunistas pidieron a las naciones que le estregaran su libertad a cambio de bienestar: pero los pueblos no recibieron ni lo uno ni lo otro, como indica con su acostumbrada agudeza Germán Carrera Damas(El asedio inútil. Caracas: Libros Marcados, 2009,p.116). En América Latina lo ha hecho el régimen cubano con los terribles resultados conocidos, palpados por quienes hemos estado de visita en esa isla.
Hoy la gran lección del fracaso económico de los países comunistas puede ser bien estudiado a través del caso chino, muy bien documentado ahora por Ted Fishman en su libro China S.A.(Caracas: Mondadori/Debate,2006. 460 p.). ¿Triunfó el capitalismo sobre el socialismo? Sin duda: pero sin hacer nada porque el capitalismo, es una reflexión que se nos ha presentado clara en tiempos recientes, no es sólo un sistema económico sino un sistema de vida, de existencia en libertad, por lo tanto debe haber siempre propiedad privada, hace poco también restaurada en China(marzo 16,2007), con lo cual ese país dejó de ser comunista, ahora es un país capitalista de economía de mercado, aun con un cierto barniz marxista, entre otras cosas por esa decisión.
Y nadie que no pueda progresar en los diversos sentidos de su vida no puede sentirse feliz, buscará otras trochas, como las encontradas por los hoy célebres diez y ocho campesinos chinos de Changxin quienes para salir de la pobreza y la hambruna debieron pasar por encima de las leyes y crear así un modo de vida satisfactorio. Eso también hicieron allá los agricultores de la provincia de Zhejiang pioneros de la industrialización allá. Porque incluso cuando los ordenamientos jurídicos atentan contra las personas no deben ser seguidos por las naciones. Lo hecho por aquellos diez y ocho agricultores fue de tal magnitud que al enterarse de lo que hacían el sagaz Deng Xioping(1904-1997), quien llevó a su país a lo que es hoy, desde las reformas que empujó desde 1978, los apoyó abiertamente pese a saber que estaban actuado de forma ilegal. Aquel mandatario renovador se dio cuenta del sentido de lo que hacían aquellos pisatarios, lo eran porque hasta la tierra que cultivaban era del Estado. Tal lo hecho por un hombre moderado como lo fue Deng Xioping, nunca fue un radical, sino una persona reflexiva que junto con sus equipos de trabajo buscó un nuevo tiempo para su país. Lección grande esa la que un hombre sereno y progresista, en el mejor sentido de la palabra, logró hacer pensado cada uno de los pasos que siguió. Fue de alguna manera Deng Xioping el libertador de su país, lo liberó de la esclavitud del comunismo, lo salvó de los numerosos errores cometidos por el régimen de Mao Tse-Tung(1893-1976). Fíjese, para cerrar, hasta donde nos pueden conducir las reflexiones que, al calor de los sucesos de 1968 en Checoslovaquia, tejió Teodoro Petkoff en su hondo libro tan vivo ayer como en estos momentos.
Acerca de «Papillón»: me sorprenden las afirmaciones despectivas del Sr. Lovera De Sola sobre la supuesta condición espuria de su autotía, cuando el editor de Charriére, justamente escribe: «Este libro, escrito al filo aún candente del recuerdo, copiado por entusiastas, versátiles y no siempre muy francesas mecanógrafas, como quien dice no lo he tocado. No he hecho más que enmendar la puntuación, transformar ciertos hispanismos demasiado oscuros, corregir ciertas confusiones de sentido y ciertas inversiones debidas a la práctica cotidiana, en Caracas, de tres o cuatro lenguas aprendidas de oído». Además, no es cierto que «estaba allí condenado por ser un asesino confeso, fue un hombre que siempre vivió en los bajos fondos de Caracas, en los medios de la prostitución». Charriére siempre protestó de su inicencia y si manejó en alguna ocasión un antro con gente de toda ralea, posteriormente fue el dueño del «Gran Café», donde el autor de este artículo debió sentarse en más de una ocasión, como la hacía «la crema de la intelectualidad», citando a Agustín Lara. Parece que no se le perdona al estigmatizado por la prisión tener la osadía de ser exitoso como narrador.