El 30%
¿De dónde habrá salido el 30% como límite de ganancia para las empresas en Venezuela? ¿Cuál habrá sido el sesudo estudio que concluyó que ese porcentaje es el adecuado? ¿Por qué no es el 10% o el 40%? ¿Se podrá tener acceso a ese estudio? ¿Se establecen en él diferencias por sectores, tamaños de empresas, años de operación? ¿Cómo se habrá de calcular esa tasa? Sospecho que nada de eso existe, que el 30% es un capricho, una arbitrariedad más de las muchas que practica el régimen a diario. No puede ser de otra manera, dado que no existe forma alguna en que un gobierno pueda establecer «una adecuada tasa de ganancia» para todas las actividades económicas de un país. La tasa de ganancia esperada de una actividad incorpora la percepción de riesgo en que se está incurriendo por operar en determinado país o circunstancias.
Algunos voceros oficiales se preguntan por qué si los capitalistas se conforman con un 15% o menos de rendimiento para sus inversiones en Estados Unidos, no aceptan la misma tasa para las que hacen en Venezuela. No entienden que es precisamente por las diferencias que hay entre los dos países. Si, en las circunstancias actuales, un inversionista va a obtener en Venezuela el mismo retorno por su inversión que obtendría en Estados Unidos, por supuesto que optaría por invertir en el Norte.
Para que un empresario invierta en un país que cada día se hace más inseguro desde todo punto de vista, para que tome ese riesgo, necesita una tasa de retorno más alta. Es lo que se llama riesgo país. En los años 70, el riesgo país de Venezuela era similar al riesgo país de Estados Unidos. Hoy la brecha es abismal. Ese riesgo país más alto lo pagamos con escasez de inversiones o inversiones que demandan altas tasas de retorno para materializarse. El contribuyente fundamental a la determinación del riesgo país es el Gobierno. Son sus ejecutorias las que ponen presión a la demanda de más altos rendimientos para la inversión.