Ejercicio ¿fatuo?
Recuerdo el distante impacto de unas frases de Carlos Fuentes alusivas a la obra de Alejo Carpentier, pues la consideraba una doble adivinación: predicción del pasado y memoria del futuro. Animado un poco por el ejercicio horoscopal hacia un ayer relativamente lejano, indago en la brevísima obra de edición limitada de Armando Npqzx, en torno a la venezolana década de los sesenta, tejida algunas circunstancias reales y probablemente fatuas de lo acaecido en el contradictorio mundo político de entonces.
El llamado «Carupanazo», cuya fecha no precisan los pergaminos que circulan clandestinamente, resultó de un éxito contundente como operación militar y política, aspecto éste evidenciado –por una parte- con el benévolo exilio de los principales líderes de los partidos burgueses, entreguistas y proimperialistas, con la persecución y carcelazos incompletos de Luis Beltrán Prieto Figueroa (AD), Rodolfo Cárdenas y Luis Herrera Campins (COPEI), Alirio Urgarte Pelayo (URD), y hasta Domingo Alberto Rangel (un renegado al que le dedicaron profusos ensayos de factura académica). Y – por la otra- por los acuerdos secretos de transferencia tecnológica con las transnacionales, al nacionalizarse inmediatamente la industria petrolera, permitiendo después el regreso de la Creole y la normalización de una empresa que cada vez más deja de pertenecer al Estado, a cambio de las jugosas ganancias de fin de año.
Poco se sabe de las dificultades de composición de los gobiernos iniciales, según la variada versión de los sucesivos ministros en el ramo de la Educación, Deporte, Turismo y Comercialización de Souvenires. Del precario equilibrio de primera hora que hizo a Gustavo Machado jefe de Estado con el premierato de Américo Martín y la movida cancillería de Germán Lairet que logró un provechoso concordato con Estados Unidos, bajo el gobierno reelecto de Gerald Ford, la llamada Primavera de Praga de 1968 provocó un desajuste que desembocó en la entronización de Hernando Chacín como dueño absoluto del poder, teniente coronel proveniente de la Fuerza Armada Revolucionaria que le dio la espalda a su protector, el Comandante Superior de las Milicias Douglas Bravo, tras la aparatosa expulsión de Pompeyo Márquez.
De poco sirven las denuncias por violación de los derechos humanos y la radicalización del capitalismo salvaje, ya que la comunidad internacional está conmovida por los comicios, limpios e infalibles comicios, aunque se digan electrónicos. Al interior del país, perfeccionados los acuerdos petroleros con el norte, la anexión voluntaria del territorio cubano ha provocado gran entusiasmo en uno y otro pueblo, que deja muy atrás el pretendido misterio de los orígenes del régimen y de partidos que, en nombre de unos señores apellidados Marx y Lenin, reclamaron dos organizaciones de siglas desconocidas: PCV y MIR.
Los índices de pobreza extrema, la ausencia de libertades públicas o cualesquiera de las otras ocurrencias de una oposición fantasmal, accidentada y virulenta, constituyen una curiosidad nimia ante las verdades del chacinismo que explica hoy los éxitos en el departamento de satelización artificial, biogenética y beisbolización alternativa. Por lo demás, adulterado el único volumen existente gracias a su traducción artesanal en dieciocho idiomas, el relato de Armando Npqzx ha perdido consistencia internetiana, elevándose como un basurero del que –por cierto- obtienen gratos dividendos los candidatos a jefe de Estado, Primer Ministro y Gerencia Comisarial de Souvenires (la segunda más importante industria del país, después de la telenovelística y antes de la petrolera), que se encuentran ornamentalmente haciendo oposición.
II.- Tres notas
De un lado, posiblemente perdemos de vista el dato esencial de los acontecimientos de 1958: la unidad fue resultado de la voluntad, pero también de la mutua comprensión y de la experiencia. Digamos, no bastó la mera calistenia retórica, porque necesitó del reconocimiento entre empresarios, obreros, profesionales, estudiantes, eclesiásticos, militares, políticos (COPEI, AD, URD y PCV, muy bien definidos en ideas, militancias y estrategias, a pesar de las circunstancias), como de un aprendizaje vital, pues supieron de las lecciones arrojadas por los intentos de un golpe de Estado o de una huelga petrolera. De modo que la unidad se hizo eficaz, debido al aporte de una suficiente claridad y humildad para aceptarse todos en una misma tragedia.
De otro lado, inexperto en la materia, surgen voces de reivindicación –al menos, mediática- de la figura de Vladimir Lenin, avisándonos de la preocupación de ciertos y minoritarios sectores oficialistas ante el bullicio y la improvisación de sus grandes, infalibles y melodramáticos conductores. Curioso, lo promueven como si el contexto fuese otro. A guisa de ilustración, Jerónimo Carrera (» La Razón», Caracas, 22/01/06), lo exalta en el medio impreso puntualizando algunos aspectos de los cuales discrepamos, ya que le parece ver el surgimiento de un debate ideológico y al socialismo como remedio frente al retraso económico y social propinado por el imperio, reivindicando la tradición del socialismo científico, invocando una nota del diario «Pravda» y apuntando hacia la existencia de un proletariado mundial. No obstante, estamos convencidos de la ausencia indignante de una discusión ideológica, prohibición y cautela para los favorecidos por el régimen; el contraste entre Corea del Norte y la del Sur, reflexionando un poco sobre lo expresado por Haya de La Torre sobre el imperialismo como primera fase del capitalismo, si a ver vamos; el auge de un caprichoso socialismo utópico que ha erigido la «ruta de la empanada» o los «gallineros verticales» como paradigmas, como advirtió Trino Márquez; la entronización del lumpenproletariat, rompiendo los esquemas clásicos de la corriente; y el papel de la prensa en aquella Europa Soviética.
Finalmente, constatamos la valía de la más reciente novela de Federico Vegas, » Falke» (Mondadori, Caracas, 2005). Celebramos el rescate de las once cuartillas legadas por su tío, aunque modestamente creemos en no pocos altibajos de su literarización, quizá requerido de mayor tiempo el autor para ponerla a tono con su excelente calidad de narrador; al igual que, estimamos, las nuevas generaciones deben acercarse a lo que fue la oposición, múltiple, contradictoria, final y afortunadamente decantada, contra Gómez y el inevitable gomecismo que produjo casi tres décadas de espeso apoderamiento del Estado (o ¿ empoderamiento?). Sobre todo por la inquietud de la juventud de entonces, frente a la dictadura, independientemente del estrato social originario, luego creadora en el campo político, como en otros (científico, laboral, empresarial, etc.). Tenemos nuestras dudas en relación a la vieja facturación de palabras como «despelote» o «drogadicto», o la existencia misma por aquellos años de las balas «dun-dun» o de las «latas de sardina» (32,289,312,381), aunque resultó jocosa las notas arqueológica respecto a una de insospechada trascendencia: «culillo» (189).
III.- Enunciados
El régimen ha exhibido a lo largo de siete años, un enorme calendario celebracional. Poco importa que les competan fechas como la del 23 de Enero, pues bien vale desafiar las incomodidades e insatisfacciones de los ciudadanos, cerrando por ¡una semana! la estratégica avenida Bolívar de Caracas para promoverse. Y falta el 4 – F….No olvidemos que 1958 dio origen a una mítica generación que, por cierto, echó al suelo las conocidas tesis de Ortega y Gasset . Por ello nos atrae más el enfoque de Mario Torrealba Lossi sobre el empalme generacional, a propósito de un viejo estudio que hizo sobre la de 1928…LX años del béisbol profesional en Venezuela o, mejor, de un modelo de hacerlo y de distribución universal de los bienes, creador de una cultura popular, que dice mucho ante un régimen que se fragiliza con otro modelo de creación y distribución de la riqueza, incluyendo la espiritual…Oswaldo Guillén deslizó cierto comentario sobre su naturalización estadounidense y la opinión probable (predecible, agregaríamos) del Presidente Chávez. No nos gusta el paso dado por el pelotero, por razones diferentes al chauvinismo que puede suscitar, intentando comprenderlo e, incluso, aceptando algo preciado: ¡su legítimo derecho al ejercicio de la libertad!….Necesitamos un candidato común de la oposición democrática, no único (o los «únicos», como asentaría un humorista gráfico). Significa la suscripción y respeto de un documento previo de compromiso al seleccionarse, como candidato presidencial con o sin elecciones, pues se trata de la definición de un liderazgo…