Educación, Calidad de Vida y Bienestar
Desde los comienzos de la historia de la humanidad, el hombre ha estado
inmerso en un proceso continuo de crecimiento y de aprendizaje. El carácter
inacabado de la naturaleza humana, empuja al individuo al perfeccionamiento, al
desarrollo, al crecimiento, a la superación personal; es decir, a un proceso continuo
de aprendizaje.
El acceso de todos los ciudadanos a la educación, fomentar el desarrollo de las
habilidades necesarias para la sociedad del conocimiento (idiomas, tecnológica,
espíritu empresarial y habilidades de comunicación), invertir en recursos humanos,
avalar un sistema educativo de calidad para el aprendizaje permanente y, ofrecer
orientación y asesoramiento de calidad que facilite el acceso a la información, constituyen los retos y campos de acción indispensables para la educación actual y la futura. Pareciera un lugar común aseverar que la educación del individuo y de la sociedad en general, constituye el factor fundamental en la obtención de una mejor calidad de vida y un bienestar superior del ser humano y de la colectividad de la cual forma parte.
El aspecto esencial de la calidad de vida y del bienestar, sin lugar a dudas lo constituye la salud por encima de cualquier otra condición. La educación para la salud ayuda a las personas a sentirse bien respecto de otras personas y a tener un sentido de responsabilidad hacia sus vecinos y seres humanos en general. Pero no solo basta la educación para la salud desde un punto de vista formal, ya que no se trata de reducir el conocimiento que implica como información propia de una disciplina en particular. Antes bien, hay que apreciarla en forma sistémica y transformar a la escuela en una escuela saludable.
La escuela saludable es una institución que desarrollaría como estrategia didáctica y de aprendizaje, la apertura de espacios vitales generadores de autonomía, participación crítica y creatividad , brindándole al escolar la posibilidad de desarrollar sus potencialidades físicas, sociales e intelectuales, mediante la creación de condiciones adecuadas para la recreación, convivencia, seguridad y construcción de conocimiento con la participación de la comunidad educativa (estudiantes, padres, docentes y sector productivo), a fin de favorecer la adopción de estilos de vida saludables y conductas protectoras del medio ambiente.
Su acción estaría orientada a responder en forma efectiva a la problemática de salud de los escolares y contribuir con el pleno desarrollo de sus potencialidades físicas, psíquicas, cognitivas, sociales y espirituales mediante acciones de promoción y prevención, pedagógicas, ambientales y del entorno, dirigidas a la comunidad educativa, mediante la transmisión y creación de conocimientos y destrezas que promuevan el cuidado de la propia salud y ayuden a prevenir comportamientos de riesgo, formando jóvenes críticos con espíritu crítico, capaces de reflexionar sobre los valores, la situación social y los modos de vida que favorecen la salud y el desarrollo humano.
De esta manera el proyecto educativo a ejecutar se concebiría proceso permanente de desarrollo humano e institucional que busca crear ambientes propicios para crecer y ser, aprender y transformar, integrando intenciones y acciones dentro de la organización viva y dinámica que busca primordialmente mejorar la calidad de vida de todos y cada uno de los miembros de la comunidad educativa.
El ambiente saludable, es el entorno que aspira generar en su derredor, la escuela saludable. No sólo comprende el estado físico y estructural de la escuela, sino que incorpora elementos constitutivos de las relaciones entre los individuos que facilitan o entorpecen un escenario propicio para el libre desarrollo de la personalidad, las relaciones armónicas y el respeto y el respeto por la naturaleza.
La estrategia a seguir en la dinámica educativa, está trazada por tres aspectos fundamentales, a saber: la investigación aplicada, la educación propiamente dicha y la coordinación intersectorial e interinstitucional. La investigación aplicada, como posibilidad de generar conocimiento a partir de las experiencias cotidianas y validar éstas a través de metodologías apropiadas.
La educación, como estrategia que puede vivenciar la cultura de la salud como un elemento transversal en los proyectos pedagógicos que propicien la construcción de hábitos saludables.
La coordinación intersectorial e interinstitucional, para materializar la consecución e intercambio de experiencias, saberes, recursos humanos, técnicos y físicos para el desarrollo del proyecto, permitiendo precisar los compromisos y obligaciones de los diferentes sectores frente a la comunidad escolar.
Ampliando de nuevo el marco referencial de la educación,un sinnúmero de estudios e investigaciones han demostrado que es una de las variables que tiene mayor influencia sobre el progreso individual y social el conocimiento formal tiene un impacto considerable en el crecimiento económico y en el avance social de las naciones.
Pero la educación no puede hacer todo por sí sola, se requiere de acciones complementarias para alcanzar un mayor nivel de calidad de vida. El concepto de calidad es multifactorial, es decir, hay diversos aspectos que lo componen y, por lo tanto, que lo determinan.
Por ejemplo, el indicador de la influencia que tiene la escolaridad en el ingreso económico nos puede dar un resultado positivo en términos del impacto en el nivel individual.También puede ocurrir que se tenga un fenómeno de disparidad regional cuando personas se vean en la necesidad de abandonar su región o localidad por no encontrar oportunidades de desarrollo personal y profesional.
No es posible entender los nuevos procesos educativos bajo la realidad presente de la escuela, si queremos acceder a la escuela saludable que nos forme calidad de vida. Los procesos formales e informales, tienen que ser tomados en cuenta para fomentar una educación permanente a lo largo de toda la vida. La consecuencia de una diferente visión de la educación en esta nueva sociedad de la información trae consigo asimismo que se tengan en cuenta u nuevo paradigma educativo que viene determinado por el espacio, el tiempo, la densidad de los entramados y las interconexiones y las nuevas representaciones icónicas y simbólicas internacionales de las redes de comunicación y de las industrias culturales globales. Este nuevo paradigma hay que asumirlo como meta a conseguir debido a que la construcción globalizada de la cultura a través de la educación en la sociedad de la educación, la sociedad del conocimiento que es el gran reto por asumir y resolver.
De la educación creativa que tengamos depende en buena medida el éxito de la nueva filosofía de vida que debemos emprender, incorporando a la tecnología como medio para mejorar nuestras técnicas de transmisión, sin pensar en el despropósito de que estas deben disminuir los espacios para la lectura crítica y la discusión constructiva. Al contrario, las nuevas tecnologías nos abren los espacios para profundizar las actividades generadoras del conocimiento, estimulando la imaginación y nuestras interconexiones colaborativas, escenario del que provendrán las herramientas del desarrollo humano que necesitamos para mejorar la calidad de vida y el bienestar de todos a través de una educación actualizada, amena y de vanguardia.