Opinión Nacional

Dr. Ramón Guillermo Aveledo

Ruego a usted disculpar, Dr. Aveledo, el atrevimiento de tratar de conversar con usted de menara abierta, dada su historia académica, política, humana y la inmensa responsabilidad que, por su magisterio, tiene entre manos, la cual, entiendo, según la entrevista que le hiciera la Dra. Marta Colomina, se trata de alcanzar la posibilidad de que los factores democráticos, puedan unirse con el propósito común, más que de enfrentar al régimen, que es una tarea fundamental, superarlo mediante una propuesta al país de un proyecto original, que sin desconocer la historia para no repetir sus yerros, permita, asumir sus conquistas, y abrir al país la posibilidad de un proyecto nuevo, que usted llama de futuro, que unifique a un universo complejo, heterogéneo, con diversidad de intereses, etc. Tarea muy compleja y que de ser fácil no requería de quienes, como usted, adquieran consenso en medio de tanta divergencia, intereses… etc. Permítame una nota casi de principios. La reflexión que expongo no pretende ni quiere tener la sabiduría de maestros del periodismo o analistas consagrados, Manuel Felipe Sierra es un gran ejemplo, pero otros de igual rango, sabiduría, autoridad, que suelen habitar en los programas de TV, que de haberles hecho caso, atendido sus mandatos, Chávez, apenas si tal vez sería memoria de analistas y recuerdos sin nostalgias de una historia tragicómica y la oposición exitosa, por haberles obedecido, habría alcanzado tal perfección que recuperado el tiempo perdido, ya estaríamos en los jardines del Paraíso. Mi oficio es otro, trabajo de acontista, según definición del inmenso poeta León de Greiff, oficio en el cual me he movido desde siempre, pero sin éxitos prácticos, “… soy acontista, mi profesión es hacer disparos al aire. Todavía no habré descendido la primera nube, mas la delicia está en doblar el arco y en suponer la flecha donde la clava el ojo”. Naturalmente, Don Guillermo, a diferencia del inmenso poeta, yo no manejo el arco con la sabiduría del maestro, pero sí supongo a donde va la flecha.

En anterior texto editado en Analítica, intenté señalar las “Limitaciones o Paradojas de la Democracia”, lo cual me resuelve la fundamentación de este texto. La mayor de ellas, dicho en breve, es su secuestro, por quienes protagonizan su defensa. Las Iglesias, las universidades, sindicaos, etc. y, de manera relevante, por el día, los partidos políticos. Rechazamos la reelección vitalicia, y la tenernos eterna en los partidos. No hay partido sin emperador ni Vaticano sin Papa. Cismas ha originado su arrogancia infalible y crisis sistemáticas en los partidos (y otras organizaciones, desde luego), la misma enfermedad. Dejemos a la Santa Madre Iglesia solo como ilustración e Inquisición y volvamos a los partidos. Su enfermedad es creer que la verdad del partido (suele ser la verdad de su papa: no importa qué nombre adquiera, secretario general, jefe do organización, etc.) es la verdad. La verdad científica, ética y la verdad estética, artística, quedan siempre muy lejos. Y la verdad política tiene como tragedia – en esta cotidianidad nuestra que usted siempre reclama reconocer – que su único interés es el poder. Si usted ve bien, tanto las celebridades críticas, arriba dibujadas, cuanto los partidos, su mayor interés es salir de Chávez, pero está el otro, cómo quedó yo cuando él salga. Cual es mi cuota de poder. Sin ir lejos, Punto Fijo, es el mejor ejemplo cercano. Se repartió el poder a toletes. La Autonomía universitaria para nosotros, en una ley maravillosa, con grandes valores éticos y científicos, que redactaron De Vennzi, Sanabria, Pizani… y vea usted, el Dr. Caldera, con su equipo y la bendición adeca, la gran madre de la torta puntofijista, nos dio, en lugar de una reforma para la creación científica, ética, crecimiento tecnológico, pertinencia institucional, reafirmación de la éica como praxis moral de la universidad y como orientadora de sus acciones, nos dio, repito, nos impuso, reitero, una reforma a imagen y semejanza del país, vale decir del Paraíso donde AD era mas o menos Adán, Eva Copei, pero la manzana no la tenia Eva, sino que la manzana era el poder. Fue una acción meramente política (uso el sentido peyorativo de esta expresión, que vincula la política exclusivamente con el poder) y se pervirtió la cualidad institucional, la autoridad de la academia fue sustituida brutalmente por las relaciones de poder. Y brutalmente significa aquí, émulos de Brutus, el mismísimo que apuñaleó a Cesar. En esa línea se mutiló la obra de infraestructura de Pérez Jiménez, por un simple ideolema: dictadura versus democracia y se despojó al hecho político de la historia y se quitó la política a la historia.

Pues bien, el consenso habría de empezar por saber cual es el tamaño de la manzana, la poquita que nos deja la voracidad de la hegemonía actual y qué programa debe formularse para superar el tiempo perdido y alcanzar un nuevo paraíso. Una circunstancia nos es favorable y a usted determinantemente. La democracia cristiana y la socialdemocracia, digamos con perfil ideológico distante pero que aun existe en los textos y sueños de algunos, no existe en Venezuela. Y este fue uno de los grandes males, de la revivida IV república, vivita y coleando y quien sabe qué mas en la V. Haber enterrado su corpus teórico y haberse subsumido en el utilitarismo, que no en el pragmatismo según los maestro James y Ch Pierce, entre otros. Para éstos el dínamos de la sociedad está en el respeto y valoración del trabajo, la asunción del conocimiento, la creación tecnológica, etc. Esto lo sabe usted mejor que yo. Los otros partidos que están allí, solo Dios podría saber que piensan. Ni idea tengo de PJ, y pese a mis esfuerzos y a las de un señor alemán, quien habla de eso, nada se de UNT. De CR, de estar allí, ni idea. Su metamorfosis, de Maneiro a esta era, ha ilustrado metamorfosis regresivas, del cual el PPT es elocuente ejemplo. Pero esto es bueno. Porque el sentimiento de sacar a Chávez, y las ansias de poder son dos buenos vectores par arrancar; pero, se quedará allí si no se dota a esos factores democráticos, de un proyecto elemental de país, pero no formulado en los conventos partidistas, sino recogidos por ellos de la crítica científica, ética, de los creadores de arte y ciencia. De los pensadores de oficio y de ocio. Estando usted allí de jefe (este es otro problema inherente a la democracia y a la sociedad toda: el papel del líder) y es usted de una visión distinta, y de una conducta práctica abierta, usted dijo a la Dra. Martha, que no aspiraba ser parlamentario. Que su problema no es su poder, sino el PODER y la necesidad de democratizarlo. Y este creo que es el quid de toda la historia de la humanidad, cómo limar las garras al poder.

Si cuanto llevamos dicho se acerca a la verdad, resuelto en proyecto de país que es necesario que prenda en el seno del pueblo y pueblo somos todos, chavistas incluidos, acercarnos simultáneamente a la cualidad de quienes deben ser seleccionados para que ese proyecto sea haga verdad. Y esta cualidad del escogido, así en cristiano acento, tiene que clarificar cual es el “perfil” (he oído decir que así se dice) de ese escogido probable, y ello dependerá en mucho, casi todo, de la función, cargo, rol que le toque jugar. No podemos tener en esta época más alcaldes analfabetos, sabios de ignorancia y ricos en arbitrariedades. Y ello es válido para concejales, gobernadores, presidente. No es devolverse a las categorizaciones de Platón, nada de eso. Es tener consciencia de que nuestra crisis reclama de gente con la idoneidad científica, académica, moral, para poder ejercer la función política desde sus cargos y sepa lo qué se debe hacer, cómo hacerlo, con quien, para quienes y como se evalúa el proceso. Muy elemental esto, es verdad, pero sin esto, cualquier alcalde (perdone que insista en esto) o diputado, quemará sus naves antes de echarlas a la mar; como ha pasado en el Zulia con un bojote de diputados del PSUV, quienes, unos, aman tanto a Manuel Rosales, que toda su libido se ha concentrado en meterlo preso, mientras los problemas esenciales del Zulia, la muerte del lago, ausencia de ferrovías, la inseguridad, … no aparece entre sus virtudes eróticas, ni báquicas ni apolíneas. Y menos la justicia, la equidad, la descentralización, la Ley de Hacienda publica regional, son parte de los problemas que el PSUV no ve. Y la constitución, ni la miran. Los ejemplos molestas, pero que bueno es recordar las virtudes delictivas de las que se acusa a Di Martino y me cuentan que lo nombraron cónsul en Milán. Y quizá Milán sea la Vigo de esta era.

El otro aspecto es la inclusión. Inclusión de verdad y no clientelar, lo mas destacado que han podido hacer mas o menos bien los elegidos por los modelos tradicionales. El cargo para el tío y el poder para ejercicio de sus arbitrariedades. Hay que incluir. ¿Pero, a quienes? No necesitará, maestro Aveledo, convertirse en Diógenes y echar mano a la Lámpara. Hay que desechar los curricula de la burocracia cuya eficacia por su ineficiencia ha sido probada. Piense en no incluir a ex rectores de las autónomas, sea un buen ejemplo. No están sus espacios donde gobernaron libres de los crímenes de los cuales se acusa a otros. Tampoco a iniciados en la retórica inocua. Ni a periodistas eminentes a quienes tanta falta les hace un poco de ignorancia ( es de G Barrios o de Prieto esta idea?, no recuerdo). Gente capaz, comprometida, inmune a la corrupción y, eso, sobre todo. Con los mismos requisitos que deben exigirse a los miembros de los partidos. No elijamos soberanos, jeques, ni pontífices, sí a seres a quienes podamos evaluar su gestión y el movimiento de las cuentas esté disponible a todos, internet es buen medio. Y para evitarle preocupaciones u observaciones a quienes me lean y adversarios que debe haber por ahí, “… soy acontista, mi profesión es hacer disparos al aire. Todavía no habré descendido la primera nube, mas la delicia está en doblar el arco y en suponer la flecha donde la clava el ojo”. Naturalmente, Don Guillermo, a diferencia del inmenso poeta, yo no manejo el arco con la sabiduría del maestro, pero sí supongo a donde va la flecha.

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