Doctrina cristiana y totalitarismo
Quienes orientamos nuestra acción política por la doctrina cristiana, estamos obligados a reaccionar cuando el estado sobrepasa los límites de la política, politizando todo lo que no es política.
Eso ocurre en Venezuela.
El régimen es dictatorial, y es totalitario. El totalitarismo, a diferencia de la dictadura, busca controlar a los individuos no sólo desde afuera, sino que desde su propio mundo interior. La dominación dictatorial controla a los individuos mediante la represión, en cambio, el totalitarismo lo hace mediante sus ideologías, apoderándose del alma de las personas.
El comunismo es una tragedia para la humanidad, en esa ideología, el totalitarismo es indefectible. Los comunistas asumen que estos tiempos son prehistóricos, y una vida vale o no vale, dependiendo del aporte que le brinde a la construcción de una absurda utopía. El comunismo niega a Dios y desprecia a la vida humana, por ser prehistórica.
En Venezuela sufrimos la tragedia de la amenaza del comunismo o neocomunismo, la amenaza del socialismo del siglo XXI.
El régimen chavista avanza disfrazado de democrático, pero a espaldas de la ideología democrática. El totalitarismo oficialista y neocomunista ha invadido el alma y la vida interior de los venezolanos, violando valores democráticos, como la libertad, la dignidad y el respeto a la familia. El régimen chavista ha sobrepasado todos los límites de la política y ha politizado todo lo que no es político, como la vida privada de los venezolanos; y más que una dictadura, el régimen ya es un gobierno totalitario que intenta robar el alma y lavar el cerebro a los venezolanos.
Para el Papa Benedicto XVI, ningún estado debe franquear el límite entre lo que es político y lo que no lo es, y si eso ocurre, ha llegado, para la iglesia, el momento de la resistencia. «El crucificado Cristo, muestra los límites de la violencia estatal y muestra donde termina su límite, donde termina el derecho y la resistencia; en el sufrimiento que se ha convertido en una necesidad». Benedicto XVI
Resistencia.
La doctrina cristiana se fundamenta en el respeto a la dignidad de la persona humana, en la primacía del bien común sobre bienes particulares y en la perfectibilidad de la sociedad civil. En cambio, el régimen chavista se fundamenta en el irrespeto a la dignidad de la persona humana, en la primacía del bien del régimen sobre el bien común, y en el aberrante purgatorio de vidas humanas, en la idea demencial de que algún día, viviremos en la utopía.
Coordiandor de Formación
y Gerencia Política
COPEI/Zulia