Dialogamos o perdemos
Ayer, siendo 25 de este mes, convocados por el economista Neuro Villalobos, para más detalles ex-rector de LUZ, y otros amigos, entre ellos Jorge Sánchez Meleán, concurrimos al palacio de eventos del Maruma, con el fin de pronunciarnos sobre le reforma propuesta por Chávez. De significación resultaron los discursos diversos por sus conceptos e intereses, la dirigencia sindical, FEDECAMARAS, de las etnias, estudiantes, el rector de LUZ, el de un distinguido sacerdote, todos en coincidencia sobre las consecuencias negativas que surgirían de aprobarse la así denominada reforma propuesta y profusamente difundida en cadenas de radio y TV. Esta primera parte concluyó con la lectura de un documento, a manera de declaración, en donde se rechaza la propuesta del presidente por un conjunto de argumentos legales, políticos, culturales, que, entiendo, serán editados próximamente. Finaliza el acto con la intervención de Manuel Rosales, así, uno entre iguales, quien a su vez hizo todas las observaciones que estima pertinentes y entre ellas, la muerte gradual de alcaldías y gobernaciones, tanto por la grotesca estrangulación presupuestaria cuanto por la disminución política de los municipios, alcaldías, gobernaciones, pues, sus prosupuestos pasarían, en lo fundamental, a ser ejecutados por el Poder Popular, las vicepresidencias ad hoc, medios de la voluntad presidencial, así como las nuevas formas de la reorganización político territorial, en donde las facultades del presidente son absolutas y el valor político, económico y, en fin, de poder real de las gobernaciones y alcaldías desaparecerá. Entiendo que este análisis y el documento anteriormente referido serán editados, de modo que usted, caro lector, pueda hacer las inferencias que le sean legítimas.
Una nota es de necesario reconocimiento. Se trata de la reflexión del sacerdote católico. Precisó que no era la voz oficial de la Iglesia, sino la expresión personal de un cristiano que tiene en las enseñanzas de Cristo, en su vida y obra, su mejor ejemplo, y así dijo hablar. Del mismo modo la presencia del gobernador Rosales uno entre iguales en ejercicio ciudadano de la democracia participativa, etc.-
Dicho esto, entremos en el objeto mismo de este texto. Esta iniciativa que abre la sociedad civil –para usar el habla del documento – pudiera convertirse en un hecho político de superior trascendencia; en efecto, es necesario que quienes critiquen o afirmen la propuesta presidencial deban hacerlo con el mas elevado espíritu critico, vale decir, sus argumentos han de tener la cualidad de ser cuidadosamente fundamentados, tanto en el plano teórico que para el caso, tiene dos dimensiones, por una parte la de orden científico-jurídico e histórico y, por la otra, en el plano político-ético. Y sobre estas bases, con este fundamento, abrirse al diálogo, concebido acá como confrontación ético política. Hasta este momento, nada de ello se ha podido lograr. El presidente se niega a dialogar con los adversarios de su propuesta, mientras la AN ha orquestado sin arte, eso que llaman parlamentarismo de calle, que no es más que un acto circense. Los parlamentarios son actores menores con un guión dogmático sin ni siquiera las argucias del payaso para hacer reír. La propuesta, repiten al presidente, debe afirmarse como un todo, porque ella guarda una unidad de tal naturaleza que de votarse una a una o por partes la” reforma” propuesta, se perdería la esencia misma que es su totalidad. Es un paso, agregan, para llegar al socialismo.
En esta postura no hay racionalidad alguna. ¿Qué une el horario de seis horas de trabajo diario a la elección continua y permanente? ¿Qué, con incluir en justicia, a trabajadores “libres” a los beneficios de la seguridad social y la elección continua y permanente? ¿Qué la creación del PP con esa elección y la negación del voto en las comunidades de base del PP? ¿Qué el carácter antiimperialista de la FAN con tal elección?.. Y podría seguirse, pero basta con estos los sencillos ejemplos. No hay tal unidad conceptual, sí en cambio, un reforzamiento sin límites de las atribuciones del presidente. Si esto es meramente un circo, desde la acera del frente, se cae frecuentemente en el mismo mal. Un discurso que por piedad llamaré monólogo entre sordos, y muchas veces sórdido. Las falacias en lugar de la razón con fundamento ético.
Pues bien, el trabajo que viene es mucho más arduo. Se trata de generar consciencia en el pueblo (este somos todos, todos sin exclusión de razas, sexos, posición económica, religiosa, etc.…) para que sus decisiones estén libres de toda manipulación. Y en este esfuerzo he propuesto algunas iniciativas que hoy reitero.
La primera es que se debe recurrir a todos los medios institucionales pertinentes, TSJ, CNE, etc.… para, cuando menos, disponer las mismas oportunidades en igualdad de tiempo, condiciones, que tiene el presidente y sus acólitos, secuaces, (seguidores) etc. para difundir su propuesta. Esto es equidad, justicia, moral. Es democracia participativa y protagónica.
La segunda, que se debe exigir de las universidades nacionales, privadas y públicas, se pronuncien mediante sesudo estudio sobre el carácter de la propuesta. ¿Es reforma o es cambio de la constitución? Este estudio ha de servir para orientar y educar al país, tal es mandato de la Ley de Universidades. He señalado que por iniciativa de los rectores de las universidades, exijan del CNU se institucionalice este debate y en el caso de las autónomas, adelantarlo por su propia cuenta, es su obligación. Que ese documento científicos, moral, sirva de objeto de análisis de la comunidad universitaria (estudiantes-profesores) pero también de sus trabajadores y de la sociedad toda.
Tercera: generar diálogos locales, en escuelas, iglesias, teatros, universidades, liceos… sobre la propuesta. Estos diálogos deben aproximar a quienes asumen la reforma y a quienes la adversan.
Cuarta, proponer encuentros críticos entre los defensores y opositores de la reforma, a través de los medios de comunicación. Esta programación tiene un primer escenario, la TV, radio, y deben hacerse en cadena y a horas adecuadas, con reglas de juego transparentes, de modo que la dimensión moral, científica de la política sean las “armas” que legitiman el encuentro y las exigencias al ciudadano, al pueblo TODO el pueblo, para que sus decisiones sean un acto de consciencia.
El presidente, ni la AN, ni nadie pudiera negarse a este diálogo crítico, porque está en juego la transformación del país, el paso de un modelo liberal burgués (con esto complazco a los epistemólogos del proceso) a un modelo socialista muy sui géneris: indoamericano, originario, bolivariano, robinsoniano, zamorano, cristiano, humanista. Y este paso es obligatorio, si de verdad se es humanista, cristiano, bolivariano, robinsoniano, etc., y democrático participativo. Negarse a ello es ser simplemente manipulador acrítico y fundamentalista. Pero es negarse a que sea, si no originario, sí original, tal cual sería el paso democrático, participativo, protagónico, ergo, consciente y pacífico, de un modelo liberal burgués a un modelo socialista. Pudiera estar allí el más universal ejemplote este proceso.
Quinta: el debate, el diálogo crítico ha de ceñirse al planteamiento de Chávez. El primer paso ha de ser la demostración y prueba de si legal y legítima o ilegal e ilegítima. De allí la trascendencia de la definición que a tal efecto deben llegar las universidades, a través de sus facultades de derecho y de manera especifica sus áreas o departamento constitucionales.
Sexta, generar el análisis crítico político sobre la cualidad de la reforma. El debate no puede dicotimizarse entre socialismo/comunismo y capitalismo/democracia. Ese no es el debate, la apuesta teórica está entre la equidad, la justicia, la libertad, los valores humanos esenciales, la racionalización y distribución del poder, la pluralidad teórica y la coexistencia de todos en una sociedad armónica y el autoritarismo, el fundamentalismo.
Séptima: editar de manera masiva, en todos los medios, el análisis teórico jurídico que debe provenir del conjunto de universidades, así como las observaciones teórico políticas sobre los problemas del poder, su necesaria separación y demostrar sin adjetivaciones, la concentración del poder y la reafirmación autoritaria que de ella se deriva.
Octava: llevar este diálogo al seno de las instituciones, a la vida familiar. Reitero, mediante una rigurosa fundamentación jurídica y ético política que produzca acercamientos y no la reafirmación fundamentalista, negadora de nuestra cultura, de nuestra idiosincrasia, cuyo mayor valor está en el profundo amor a la libertad, al reconocimiento de los valores humanos, a la coexistencia sin complejos de todos los venezolanos, sin distinciones de raza, posesiones y bienes, religiones, etc.… lo que constituye ese modo de ser venezolano, que como bien decía el Padre Carias (Cómo somos los venezolanos) sencillamente humanos, libertarios y libres, por nuestro amor al otro, por nuestra apertura al universo sin complejo alguno. Por dar tanto sin esperar nada más que la felicidad de quien recibe para ser dichosos de cuanto damos.
Novena: llevar el debate a una nueva frontera, la propuesta por el Maestro José Antonio Abreu, .la creación de una sociedad, de un ser humano para el goce, para el placer. Y no hay placer posible sin reconocimiento del valor del ser humano, de su libertad, de su seguridad, de su acceso a la cultura, al arte, a la ciencia…No hay goce ni placer posible bajo el miedo. El miedo es la mayor arma para garantizar la arbitrariedad del poder.
Décima: esta es nuestra obligación. Si por desgracia el gobierno se niega, debemos bolivarianamente hacerlo obedecer, para parafrasear a Bolívar. De las conclusiones de este debate ético, de este diálogo crítico dependerá la justa toma de decisiones. Y nada debe ser excluido, sin prejuicios, recurrir al TSJ, al CNE para este deslinde. El pueblo en la calle con la verdad como su arma. Si sus mediatizaciones les impiden llegar a la verdad, será un argumento más para legitimar las acciones ulteriores… adelantar posturas como no votar o votar no pude ser una planteamiento a priori, sino la conclusión de legítima inferencia. Lo otro, es narcisismo desmedido, avaricia de poder, pero con ello se reafirma el poder del presidente Chávez, cuyo mayor acierto político ha sido siempre o casi siempre, organizar la agenda a quienes lo adversan o darle de comer a sus conversos… Y estos son de insaciable hambre. Y entre los suyos, afirmar su verdad como la verdad, el ser Supremo, el máximo y único líder.