Devaluación del siglo XXI
Después de asegurarle a los venezolanos y al mundo que la economía nacional estaba blindada, gracias a las políticas económicas que el gobierno había implementado, alguno de los ministros le ha debido explicar la realidad al heredero de Hugo Chávez, porque los miles de millones de dólares que ingresarán al Fisco Nacional por las exportaciones petroleras no alcanzarán para que continúe la regaladora a otros gobiernos y para el gasto público necesario para mantener las misiones viejas y nuevas.
Para tratar de engañar incautos el Presidente de la República no ordenó una cadena de radio y televisión, sino que habló por las plantas oficiales y llamó ajuste a lo que en práctica es la gran devaluación del siglo XXI al estilo neoliberal, del bolívar, que tendrá repercusiones negativas contra la capacidad de compra de los más pobres, de la clase media y de todas aquellas personas que tengan un ingreso fijo, porque el bolívar ha perdido su valor en más de un 50% para comprar algunos alimentos.
Un gobierno socialista o de cualquier otro signo ideológico que tenga como norte la defensa de los intereses de la población de menores ingresos económicos, para aprobar una devaluación como la anunciada por el Presidente Maduro, tenía que tomar primero un serie de medidas, como aumento de sueldos y salarios, que compensaran en parte, si no en su totalidad, el impacto negativo en el bolsillo de esos sectores populares. Y aunque decretó a partir de enero un aumento del 10% del salario mínimo, ya el mal está hecho, y el nivel de consumo de alimentos y de algunos bienes necesarios como la ropa de vestir hombres y mujeres, podrá provocar no sólo malestar en la población de menores recursos, sino también hambre y miseria entre los más pobres o marginales,
El alto costo de la vida no será evitado ni siquiera entre aquellas familias que hicieron largas colas para comprar algunos bienes importados como televisores, neveras o una pequeña cocina, después que Maduro obligó a algunos empresarios a bajar sus precios. En pocos días sufrirán el impacto global de la devaluación.
Y lo más grave del paquete económico aprobado por el Presidente en reunión de gabinete, es que los grandes beneficiarios serán en lo inmediato no sólo los especuladores, sino también, y entre los fundamentales, los importadores de la boliburguesía, que esconderán mercancías importadas a 6,30 bolívares por dólar, para luego venderla al doble, como si la hubiesen adquirido a 11 o más, tal como fue establecido por el gobierno.
De allí que el bienestar de la población seguirá siendo una esperanza, porque si a los apagones de luz eléctrica, al racionamiento de agua, a la inseguridad que viven pobres y ricos y al desempleo, se le agrega un más alto costo de la vida de los últimos tiempos, la mayoría de los venezolanos podrá constatar que el socialismo del siglo XXI, es el mismo del siglo XX aplicado en la Unión Soviética donde fracasó rotundamente, y en China donde ha sido desechado para buscar una economía productiva que le dé bienestar a sus mil y tantos millones de habitantes.
Finalmente, el principal beneficiario será el gobierno que obtendrá más bolívares por cada dólar que venda a los importadores, quienes trasladarán a los consumidores el aumento de sus importaciones, encareciendo el costo de la vida en más del doble del que existe hoy en el país. Lanzará a la calle más bolívares devaluados para buscar algún respaldo para su estabilidad, pero ya parece demasiado tarde para mantener el engaño: el socialismo del siglo XXI de Chávez, heredado por Maduro ha resultado un gran fraude, no sólo para quienes le han hecho oposición desde que asumió el poder, porque ya lo sabían y lo habían denunciado, sino para millones de hombres y mujeres humildes que creyeron en las palabras de un Teniente Coronel incapacitado para gobernar y hasta para escoger a sus ayudantes, que han resultado los más corruptos e ineficientes de nuestra historia republicana. Y para culminar su política destructiva de nuestra economía y de la democracia en general, impuso como su heredero en la Presidencia de la República a Nicolás Maduro, formado en la escuela cubana del centralismo autoritario, del estatismo dogmático que ha conducido al fracaso de todos los gobiernos que lo establecieron en sus países.