Después de un terremoto
Cuenta Milorad Pavic que para los (%=Link(«http://www.khazaria.com/espanol/jazaros1.html»,»jázaros»)%) “vale un orden mientras crece, y otro cuando comienza a declinar, la partida y el regreso no son regulados por las mismas leyes, antes y después del éxito no tienen validez los mismos acuerdos. Después de un terremoto hasta las plantas crecen siempre de otro modo”. Premisa útil para iniciar el destejido de la trama chavista, que es mero reflejo de otras caricaturas impuestas, como la castrista o la peronista, por sólo mencionar un par de afluentes.
La impotencia armada
El paso de la fase legalista (Constituyente) a la supralegal (Revolución porque sí), responde a esa tradición de miopía, minusvalía psicológica e irrespeto por el Otro que signa la geopolítica latinoamericana. En el caso de la Administración Chávez, su sincera malcriadez avala su persistente seducción de los poderes que, ahora, tendrían que estar defendiendo a la Democracia. El Presidente es víctima del poder de la Silla, mas sobretodo, su peor desgracia es no creer en sí mismo para arriesgarse a enfrentar la opinión y el sentir de las más de tres millones de personas que reafirmamos para su despido justificado.
Hugo Chávez desconfía de todas las personas que no se sometan dócilmente a la lógica mutante de su revolución bolivariana. Ni sus mujeres se han salvado de ese escrutinio voraz, por eso una y otra vez se alejan de él. Solo las acostumbradas meretrices de gabinete le recrean en las noches para despertarse con algún nombramiento entre las pantaletas. Hasta aquí, ¿Ya lo notaron? Este señor se ciñe al libreto minuciosamente escrito por Trujillo, Pérez Jiménez y Castro, podríamos titular estas recurrentes virosis históricas como la impotencia armada.
No sólo ladrarle a la Luna
¿Quién sabe por qué a media madrugada un perro solitario le ladra a la Luna? Sea por hambre o por mera sensación de soledad, hasta hoy el astro no le ha lanzado bistecs o flamantes compañeras a ningún canino, pero éstos siguen ladrándole, despertando a gallos y alarmas por igual. No menos idílicas son las plañideras visitas, cartas y ruegos a (%=Link(«http://www.oas.org/main/spanish/»,»organismos internacionales»)%) para que asuman la limpieza de nuestros errores. Aunque no puede negarse que en la política, sea vecinal o global, las apariencias son el motor que activa los cambios. Pero esta confianza en la eficacia lunar no le impide al can hurgar entre los pipotes y enfrentarse a sus pares por una hembra en celo.
Es necesario accionar tácticas concretas para retomar las instituciones perdidas en un mar de servilismo y soborno. El Tribunal Supremo, la Fiscalía, la Contraloría, el Consejo Nacional Electoral, la Defensoría del Pueblo y la Fuerza Armada han sido asaltadas, a fuerza de improvisados decretos y órdenes ejecutivas, por personajes que asumen su nombramiento como un premio de lotería y no como un compromiso ético y político con Venezuela. Al asumir el control de estos organismos como un don del azar, tienden a privilegiar al que ellos consideran el artífice de su destino festivo. Debemos remover a esos lacayos y, desde esos fuertes institucionales, será fácil la batalla contra el pequeño Chávez.
El caos es un orden por descifrar
Hay que asumir el caos chavista como “un orden por descifrar”. La estrategia de réplica de la oposición ha consumido energías y valioso tiempo de medios; es urgente anticipar, crear una agenda para socavar el piso ubicuo, pero endeble del Presidente; no desdeñar los tribunales internacionales y otras instancias, mas no sólo ladrarle a ellos; hay que enfrentar la metástasis amoral (Carrasquero, Rincón, Rodríguez, Russian, y paren de contar) con una Bola de Cristal Pública, es decir, exhibir mediáticamente su corrupción e iniciar acciones legales en tribunales paralelos, por ejemplo, donde la gente palpe que están “virtualmente” sancionados y pre-castigados.
Tal vez, si accionamos desde múltiples centros ( cada actor opositor socavando desde su área de acción al régimen fuera de Ley), estos corruptos de oportunidad entiendan el mensaje categórico del Premio Nobel (%=Link(«http://www.epdlp.com/xingjian.html»,»Gao Xingjian»)%): “como tú eres minúsculo, el emperador que hay en ti sólo puede dominar a una persona: a ti mismo”.