Desmemoria y cuentos
George Walker Bush, el peor presidente que han tenido los EEUU, al día siguiente de los atentados terroristas (que destruyeron las dos torres del World Trade Center en Nueva York, parte del Pentágono en Washington y un avión comercial, cuyos pasajeros enfrentaron al equipo criminal e impidieron que fuese usado como misil contra el Congreso o la Casa Blanca, sacrificándose todos ellos al hacer caer ese cuarto avión en Virginia), desde el Congreso, frente a todos los representantes del Poder Legislativo, habló a toda la Nación para fijar la posición del gobierno ante esa cobarde réplica de Pearl Harbor, con un discurso impecable, sólido, acorde con las graves circunstancias que habían tomado drásticamente las vidas de casi tres mil seres humanos, ocasionando una profunda herida en el alma de ese pueblo. A pesar de la extrema gravedad de los hechos que llevaron a esa reunión de emergencia de la representación máxima de los poderes, para fijar una posición y definir los pasos a seguir en lo inmediato, el discurso de G.W.Bush, repito, el peor presidente que han tenido en los Estados Unidos de América, duró unos veinte minutos.
Hugo Rafael Chávez Frías, el peor presidente que ha tenido Venezuela, perniciosamente habituado a hacer lo que le venga en gana, enfermizamente dado al circunloquio estéril, a la logorrea intrascendente, a la diarrea verbal sin rumbo ni lógica, además de llegar con retardo a su cita anual con la Asamblea Nacional, incumplió su obligación de presentar la MEMORIA Y CUENTA del año 2010, y tuvo el tupé de abusar del tiempo y la paciencia de los diputados de oposición y los representantes diplomáticos de países acreditados, quienes, a diferencia de la manada oficialista, no se comportan como focas, y rechazan las maneras autocráticas, cuasi monárquicas, del prepotente caudillete.
En lugar de dedicarse a presentar la Memoria y Cuenta correspondiente a un Informe de su gestión durante el año 2010, malgastó más de siete horas en absurdas referencias a eventos sin importancia presuntamente ocurridos años o décadas antes del lapso sobre el cual debe rendir cuentas, no cuentos, como el de una señora que no lo reconoció, sus apariciones en TV con POPY, un tal J R Carmona en 1959, un sancocho de narraciones irrelevantes para no ocuparse de su patético desempeño durante el año pasado. Muy malos chistes donde debió reconocer la enorme responsabilidad del régimen por la grave crisis de los servicios eléctricos a nivel nacional. Cínicas referencias a las dos gallinas, Arias Cárdenas* y la que éste sostenía en sus cuñas contra el régimen al cual ahora -sin asomo de vergüenza- apoya, para no mencionar los cientos de miles de toneladas de alimentos podridos en el tremedal de la corrupción roja rojita, sin que hasta ahora se haya iniciado una investigación para saber cuánto de esa comida se adquirió ya vencida, cuánta dejaron descomponer por avaricia o negligencia, cuánto perdió el país en ese tejemaneje, quiénes son los culpables de ese inmenso crimen y los beneficiarios de esa enorme estafa.
A partir del exagerado número de veces en que intercala el YO en su charlatanería, puede deducirse que desde su gran Narcisismo considera que lo trascendente es su caprichosa visión de los hechos, acentuada esta anómala conducta por la irresponsable audiencia cautiva que lo acompaña en todos sus actos, que además de aplaudir cualquier idiotez que pronuncie, llegan al extremo de gritar, ante el acopio de sandeces que buscan evadir la presentación de cuentas, la insólita consigna ¡“Así, así, así es que se gobierna”!, con lo cual el equipo encargado de esas coreografías pretende que las mayorías pensantes de los venezolanos interpreten el soliloquio vacío y evasivo, como preciso informe de la obra realizada en 365 días.
En sus frecuentes intentos por adulterar la Historia, confiado en la ignorancia u obsecuencia de la masa acrítica que le aplaude, por su condición mercenaria (los ponen donde hay, o reciben sus pagos), afirma barbaridades que sus incondicionales interpretan como grandes verdades reveladas, cuando sólo desnudan su infinita demagogia. Dijo que la primera revolución la hicieron los que tenían como lema el “ana karina rote” que él repite a menudo. Significa “sólo los caribes somos gente”, y es un pronunciamiento profundamente racista surgido de una tribu poderosa y agresiva, que depredaba en el Caribe y norte de Venezuela, perjudicando a las otras etnias indígenas, más proclives a las tareas de producción e intercambio, en desventaja frente a la experta violencia de los “revolucionarios” caribes que el pastichoso ideólogo promociona.
El sainete introdujo una versión bizarra de quien lleva doce años despreciando la política, orientando a la sociedad venezolana hacia las salidas bélicas, los enfrentamientos, ofreciendo triturar, aplastar, demoler al enemigo constituido por todos los que no comulgan con su ostia estalinista, y de repente se nos presenta en la AN transfigurado en Teresito de Calcuta, ofreciendo diálogo y convivencia, precisamente lo que ha rechazado desde 1999, siendo evidente que esta versión de la marioneta del castrismo estaba dirigida al mercado externo, donde las acciones del eufemístico Socialismo del siglo 21 se cotizan cada vez peor. La terca imitación de Fidel lo empuja incluso a repetir el fracasado esquema de las expropiaciones, caprichosas, injustificadas y destinadas como en Cuba a quebrar la Economía, sobre una sociedad de parásitos del Estado omnipresente y represivo, que debe escuchar una y otra vez las mismas ofertas incumplidas durante décadas. No en balde a Fidel le decían los cubanos “el señor Habrá”, pues, como Chávez, hablaba en términos de lo que iba a hacer, ante lo impresentable que resultaba lo hecho hasta el momento. La inconveniencia de referirse a la Inseguridad, la Inflación, el Desempleo, las Deudas Externa e Interna, las triangulaciones con Cuba y su intromisión en nuestros asuntos civiles y militares, las Hipotecas económicas y políticas con China e Irán, los negociados con los regímenes autocráticos que son minoría y vergüenza del mundo actual, las conexiones con terroristas y narcotraficantes, las Devaluaciones, la creciente Corrupción, y tantas otras manchas en el prontuario del golpista del 4F, exigen que en lugar de Memoria y Cuenta, rellene 7 horas y media con lastimosas alusiones a José Vicente Rangel, el Ministerio de la Inteligencia, el Bingo que él cantaba, las raciones del ejército en los años 70, el Magallanes, las telenovelas, la muletilla del Caracazo y su muleta esencial, a falta de méritos y épica propios, Bolívar, quien como la mayoría de los venezolanos, ya debe estar hasta la coronilla del uso abusivo que estos revolucionarios de pacotilla hacen de su nombre y de la gesta que él lideró, sin las cobardías, las mentiras y las contradicciones de quienes en mala hora se presentan como sus herederos.
*Lo que afirmó Arias Cárdenas (sobre la masacre del 11A 2002); “Hay que responsabilizar como ejecutor al Ministro Rodríguez Chacín, como autor intelectual al jefe de esa banda de delincuentes, el propio Chávez, el propio Presidente de la República. Esta es una acción contra el sentir más noble del venezolano”. ¿La acción de los francotiradores estaba bajo conocimiento del presidente? “Absolutamente seguro…. que fue ordenada, y que una mente enferma, y le hablo a los que todavía tienen un poquito de fe, quítense la venda de los ojos, estamos frente a un asesino, con toda la extensión de la palabra, una persona enferma, un paranóico enfermo de poder, que cree estar poseído de una tarea histórica, destruyendo y matando venezolanos…como el responsable de dar la orden de asesinar venezolanos. Por las normas de la Democracia, de la paz y de la convivencia, tiene que pagar su culpa. Lo que no se puede es apoyar un minuto más, un segundo más, por favor, le hablo a la gente de Quinta República, pero sobre todo me importa hablarle a los compañeros de armas, no pueden ustedes seguir defendiendo esta ignominia, un presidente asesino manchado con la sangre de los venezolanos”.