Opinión Nacional

“Derrota pírrica” (sic)

Nadie entendió cuando Chávez dijo que él prefirió que la victoria pírrica la sufriera la oposición. A juzgar por los resultados, pudiera haber dicho, parafraseando y revirtiendo al rey Pirro de Epiro, «otra ‘derrota’ como esta y volveré solo a ‘Sabaneta’».

Visiblemente cansado, luego del papelón del CNE, que se negaba a dar los resultados mientras el comandante-presidente no resolviera su duda existencial, duda que sólo la realidad de los numeritos solventó, y aún sin entender su fracaso, Chávez “concedió” aceptar su derrota, “por ahora”. Además en su falta de entendimiento amenazó con seguir en su empeño, hasta imponer su Socialismo del siglo XXI a los venezolanos.

La verdad es que la derrota de Chávez es mucho mayor de lo que refleja ese pequeño 1,5% de diferencia oficial. Por una parte, él presentó como estrategia comunicacional el referéndum como plebiscito, al establecer que, “quien vote SI vota por mi” y “quien vote NO es un traidor”. Es decir que transformó la derrota del referéndum en su propia y personal derrota. Por cierto que no hay que olvidar que también la Asamblea fue derrotada.

Por otra parte, los porfiados numeritos, no reflejan una pírrica victoria de la oposición sino, si se nos permite, una “pírrica derrota” de Chávez, es decir, una derrota más devastadora de lo que aparece a primera vista.

Primeramente, el comandante-presidente perdió en un año el apoyo de más de tres millones de votantes, es decir casi la mitad de los que lo apoyaron en diciembre de 2006. Ayer buscaba razones para esta monumental merma. Le podríamos adelantar algunas: puede ser que ellos no quieran la reforma, entonces ya los perdió pues Chávez se empeña en imponerla; quizás no los convenció de la importancia de que votaran por él, si es así, sin duda su relación afectiva con ellos se quebró; y finalmente, puede ser que no los tuvo capacidad de movilizarlos, lo que sería otro fracaso del aparato de gobierno y no se diga del nonato PSUV.

Adicionalmente, cerca de medio millón de personas que habían votado por él hace un año, ahora votaron en su contra. Esto supone una pérdida substantiva entre sus seguidores que se corrieron hacia la oposición, abandonando al “líder”.

Al final, el comandante-presidente perdió más de tres millones de votantes en relación con su victoria de 2006 mientras que la oposición ganó casi medio millón más. No hay nada pírrico en la victoria de la oposición; sin embargo, la derrota de Chávez fue sin duda devastadora (¿pírrica?). Lo más grave es que si, como ya anunció, sigue en su empeño de imponer su derrotado proyecto de socialismo del siglo XXI, muy probablemente seguirá alienando a una porción mayoritaria de esos tres millones de venezolanos que ahora no votaron por él.

Hay que felicitar al bloque del NO por este triunfo, en especial a los estudiantes y a los partidos que supieron jugar su papel. Pero ojo, si bien Chávez perdió, falta mucho trabajo partidista, de hormiguita, para que las organizaciones políticas de la oposición aprovechen estas nuevas circunstancias y recuperen espacios y obtengan un triunfo definitivo a favor de la democracia.

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