Derecho al juez natural
Es increíble que en el Tercer Milenio sigamos luchando en Bolivia por hacer valer este vital “Derecho Humano”.
El Estado de Derecho, en cualquier país civilizado, requiere la garantía del Debido Proceso, uno de cuyos pilares es el Juez Natural.
El Juez Natural no es un invento moderno, tiene ya una muy larga historia. En la antigüedad los propios reyes se encargaban de dirimir los conflictos entre sus súbditos. Pero avanzando el tiempo, y la conciencia humana, fue necesaria la aparición de leyes y de autoridades que se encarguen de impartir justicia. Limitando la potestad de los reyes.
En Grecia se dieron pasos importantes. En el año 621 a. C. el legislador ateniense Dracón redacto llamadas leyes draconianas. Luego en 480 a. C. surgió el Areópago, que era un consejo de ancianos de la nobleza, con atribución para resolver conflicto.
El Juez Natural hiso su aparición con el Derecho Romano, especialmente durante el periodo de La república (509 a. C – 27 a. C). La necesidad de administrar vastos territorios forzó su aparición.
El Juez Natural es el magistrado territorial predeterminado por ley. Donde sucede el hecho, donde vive el ciudadano. Este principio funciona como un instrumento de imparcialidad y garantía, frente a la arbitrariedad de los poderes del Estado, contra los ciudadanos.
¡Y es un tema de elemental sentido común! Una persona tiene que ser juzgado donde posee la garantía del Debido Proceso.
Es un injustica monumental sacar a una persona del nivel del mar y llevarlo a un lugar vetados por la FIFA, a un ambiente hostil donde no conoce a nadie. “Esto ya es un castigo en sí mismo”.
Los países europeos incorporaron este principio a sus legislaciones, a partir la Edad Media. Los norteamericanos desde su primera y única constitución, el año 1787. Los países sudamericanos a partir de la constitución de Colombia y Brasil, en 1826. Y La Constitución boliviana de La Glorieta el 2008.