Delitos ecológicos bolivarianos
Creo que muchos de los súbditos bolivarianos deben ser acusados sin más de ser autores o cómplices de peligrosos delitos ambientales o ecológicos.
Desde que el Comandante llegó al poder, vengo contemplando como la impunidad campea en esta materia. A objeto de que prontamente dispongamos de una calificación jurídica más adecuada sobre el asunto, expongo algunos de los hechos que pudiesen ser imputados a la variopinta ciudadanía revolucionaria:
• La pulitura de cachitos para hacer llaveros, delito propio de colegiales y liceístas.
• El uso ilícito de una pata de conejo para demandar la buena suerte.
• La posesión de pepas de zamuro para invocar la felicidad terrena.
• El uso extendido de la manteca de gallina para curar parótidas bolivarianas y migrañas revolucionarias.
• La utilización indebida de lagartijos o limpiacasas para curar herpes y culebrillas.
• La fabricación de zapatos y carteras con piel de baba, serpiente, chivo, vaca, y hasta de mosquito pata blanca que es lo que sobra.
• El cocimiento de sancochos y hervidos con huesos de animales muertos, en especial el de costillas.
• La injusticia a que son sometidos hormigas y bachacos para hacer brebajes que curan la infertilidad, la eyaculación precoz y la falta de apetito sexual.
• La colocación de conchas de caracolas como columnas para que las puertas no se golpeen.
• El uso abusivo que hace la Industria Petrolera de cochinos para destapar cañerías y ductos.
• La posesión de pieles de culebra o de cachos de venado.
• La colocación de águilas en los escudos del imperio.
• El uso de patas de cabra por la creciente delincuencia.
• El consumo de carne de perro por nuestros enemigos capitalistas de Corea del Sur.
• La ingesta de morcillas por ser un claro ejemplo de un hecho de sangre.
En fin, querido comunero, controlador social, revolucionario verdadero, haga su denuncia ante la Fiscalía más cercana.