Del miedo a la esperanza
Los seres humanos necesitamos tener fe en nuestros semejantes, porque de esa fe pueden surgir cosas maravillosas. Pero cuando las situaciones de vida son tan terribles que la gente es vez de vivir, sobrevive, tener esa fe en sus semejantes es una empresa muy difícil. Y no digo «imposible», porque tuve el privilegio de conocer la labor de un equipo de trabajo lleno de mística, de amor por el prójimo y de ganas de hacer bien las cosas, que está logrando que su comunidad recupere la fe. Me refiero al equipo de Sergio Fajardo Valderrama, Alcalde de Medellín.
Hombre joven y carismático, Fajardo es líder del movimiento político Compromiso Ciudadano y miembro de la Comisión Facilitadora de la Paz y la Convivencia Ciudadana en Antioquia en 1995. Es Magíster en Matemáticas, además tiene un Master en Ciencias y un Doctorado en Matemáticas de la Universidad de Wisconsin. Es académico y periodista. Vino a Venezuela invitado por el Grupo de Empresas Econoinvest, en el marco del VI aniversario de la Fundación para la Cultura Urbana, para dar la Conferencia Anual 2007.
«Medellín, del miedo a la esperanza» es el lema del cambio radical que ha experimentado la otrora ciudad más peligrosa del mundo, que presentaba la cifra promedio de 350 muertos por cada 100 mil personas. Hoy, y gracias a la acción decidida del Alcalde Fajardo y su equipo, ese número ha bajado de 350 a 30 muertos por 100 mil. ¿Cómo lo ha logrado?…
Como matemático, Fajardo habla de «fórmula»: convertir la disminución de la violencia en oportunidad social. Dice él que la seguridad es un derecho humano, no un tema ni de izquierdas ni de derechas. Lo primero que hizo fue trabajar con la policía para recuperar el control de los espacios públicos, tomados por civiles, la mayoría de alta peligrosidad, que defendían «sus» causas. El trabajo de educación ha dado frutos, pues la gente hoy confía en la policía: ya los policías no inspiran miedo, como en el pasado. Ser policía en la Medellín de hoy es un orgullo.
Lo segundo fue el programa de reinserción de paramilitares. Un proceso individualizado, de atención sicológica, social y educativa. De 4000 en el programa, ya 3600 se han «graduado».
Lo tercero es la recuperación de la institucionalidad con programas de educación ampliada que incluyen:
El PUI, Proyecto Urbano Integral, donde se construyen a la vez todas las herramientas de desarrollo de una ciudad en un solo punto, y en las zonas de mayor marginalidad y problemas, como la sección nororiental de Medellín. Un buen ejemplo es el Centro Cultural Moravia, construido sobre invasiones del basurero de la ciudad, uno de los peores lugares para vivir. Las personas que allí vivían han sido trasladadas a edificios bellos, diseñados por afamados arquitectos. De hecho, Moravia fue diseñado por Rogelio Saltona, considerado el mejor arquitecto de Colombia. Allí se está llevando a cabo un proyecto como el de nuestras Orquestas Juveniles e Infantiles. También hay Centros de Salud con los mejores médicos y equipos al servicio de las comunidades.
Los CAI, Centros de Atención Inmediata de la policía. Se instalan en los espacios abandonados en las comunidades para darles, como su nombre lo indica, la mayor ayuda en el menor tiempo, a la vez que descentraliza la otrora centralizada e ineficiente policía.
Los CEDEZO, Centros de Desarrollo Empresarial Zonal, están encargados de transformar habilidades y optimizar conocimientos para convertirlos en actividades lucrativas, con énfasis en la educación para el trabajo y los microcréditos.
El Parque Interactivo de Ciencia y Tecnología EXPLORA, a punto de ser inaugurado, contendrá el acuario más grande de Suramérica y será un centro de divulgación del conocimiento. Está construyéndose al lado del recién recuperado Jardín Botánico.
Los centros culturales, como los Parques Biblioteca (ya hay cinco construidos y funcionando en sitios donde antes nadie se atrevía a ir), cuentan con facilidades de Internet, libros, auditorios, espacios para el emprendimiento, en los que los ciudadanos de Medellín se han reencontrado, en ambientes bellos.
Las Ludotecas, guarderías para niños, con programas durante todo el año, que incluyen los de vacaciones recreativas.
Los Parques Lineales, hechos a lo largo de las quebradas, evitan daminificados y desgracias causadas por los desbordamientos de las aguas.
El Paseo Urbano de la Calle 107 está transformando una zona pobre y de alto riesgo en una pujante y atractiva zona comercial.
Los puentes que unen los barrios separados por las quebradas, le han dado a los habitantes la oportunidad de conocerse, apoyarse y ayudarse, en vez de los enfrentamientos entre bandas enemigas, única «relación» que tenían en el pasado.
Y lo más importante: los colegios y centros de educación superior. En Medellín, 80% de los niños forman parte del sistema de educación pública, y cada vez la brecha entre la ésta y la privada era mayor. El Alcalde Fajardo y su equipo decidieron construir las mejores y más bellas escuelas en los barrios donde nadie iba, donde la gente estaba olvidada y triste. Hay 29 nuevos colegios, que compiten en belleza y calidad de educación con los mejores colegios privados. En la Ciudadela Fraternidad Medellín ITM hay 9000 nuevos cupos para educación superior.
«¡Aquí están tus impuestos!» es otro de los lemas del Alcalde Fajardo y su equipo. Ellos son la muestra viviente de que sí se puede tener eficiencia y transparencia en la contratación y manejo de las finanzas y en el manejo de los impuestos. En el presente, hay record de recaudación de impuestos en Medellín, pues la ciudadanía tiene confianza y paga los tributos con gusto.
Cuando la gente empieza a creer y a tener esperanzas, el resultado es institucionalidad y progreso. Medellín es un ejemplo a seguir. Ojalá que todos los alcaldes venezolanos se enriquezcan con estas ideas que se han traducido en bienestar para todas las comunidades. Obras bellas, cargadas de sentido y contenido social profundo. Rejas que caen para que los ciudadanos puedan volver a mirarse. «Le estamos cambiando la piel a la ciudad» dice Fajardo. «Estamos construyendo en lugares que antes eran horribles espacios públicos preciosos. Cambiamos destrucción por lugares hermosos». Este mensaje incluyente se traduce en autoestima elevada y deseos de superación de todos los habitantes. Es ver la educación como derecho y no como privilegio.
Gracias a un Alcalde visionario y trabajador, que ha sabido rodearse bien e inspirar a su equipo, una ciudad ha pasado del miedo a la esperanza.