“Del mal, el menos”
Finalmente, el secretario general de la OEA alcanzó el objetivo que se trazó desde un comienzo en su tarea de facilitador: conseguir que oficialistas y opositores convinieran en firmar un acuerdo político que pusiera especial énfasis, entre otros, en el tema de una salida electoral para la crisis venezolana, amparada aquella en las disposiciones constitucionales vigentes, lo cual se traduce en promover la aplicación del referendo revocatorio previsto en el artículo 72 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
Pero el compromiso para llegar al revocatorio lo asume, en gran medida, el movimiento opositor, en definitiva la Coordinadora Democrática, que de ahora en adelante tendrá que concentrar todos sus esfuerzos en enfrentar y superar las trampas y tretas que el gobierno ideará para que el referendo no se lleve a cabo, consciente como está aquél que una mayoría determinante del electorado acudirá a los comicios correspondientes, en la fecha que sea del caso, a fin de consagrar la cesación en su elevado cargo de quien para entonces esté desempeñando la primera magistratura nacional, vale decir, el presidente de la República.
Con razón, previo al acto protocolar de la firma del acuerdo, fue notoria la diferencia entre oficialistas y opositores pues, mientras la representación de aquellos acudió a la cita sin que trascendiera la menor fisura en sus filas, en el bando opositor, por el contrario, fueron palpables las inquietudes que exteriorizaron algunos de sus integrantes respecto al referendo revocatorio, sobre todo, así como también en referencia a otras materias de similar importancia como, por ejemplo, la desactivación de la violencia verbal y física, el desarme de la población civil y la creación de la Comisión de la Verdad.
Sin embargo, es importante tomar en cuenta que, conforme lo expresó César Gaviria (“resolvimos la salida electoral, no los problemas de Venezuela”, dijo el secretario general de la OEA), la solución de nuestros problemas compete única y exclusivamente a nosotros mismos, si bien es necesario reconocer que la presencia de la comunidad internacional (en particular OEA, Centro Carter, PNUD y Grupo de Amigos) ha contribuido a que, al menos, se haya avanzado en la ruta marcada por la resolución 833 del Consejo Permanente de la OEA (“una salida pacífica, constitucional, democrática y electoral”).
Es evidente, dados los antecedentes y el comportamiento autoritario del jefe del Estado, que lo que viene no es “miel sobre hojuelas”. De ahora en adelante es fundamental mantener y fortalecer la unidad del movimiento opositor. Y, asimismo, fomentar la presencia de la ciudadanía en la calle, día con día, para que así el éxito del referendo revocatorio sea una realidad tangible y pueda alcanzar el propósito deseado.
