Defendamos nuestra iglesia
Vengo a defender y acompañar con estas líneas a la Iglesia Católica Venezolana porque el gobierno quiere arruinar, también, la vocación más representativa y genuina de nuestros sentimientos y costumbres religiosas que ha sido la única de este tipo que se le ha parado de frente ante las injusticias y abusos de poder que en el caso citado tienen responsable con nombre, apellido y fe de bautismo: Chávez y el Comunismo del Siglo XXI.
A la iglesia de los católicos y a sus representantes se ha menospreciado como si basura fuéramos; satanizado sería un término adecuado, porque no hemos sido tratados con respeto ni educación, ¿cómo pedirlas?, sino con la premeditada contraseña de la incineración a priori o Santa Inquisición pero ahora al revés tratando de interpretar, a su antojo, a aquél “Martín Valiente, el ahijado de la muerte”, ¿para vengar a quién?, ¿de qué? En esa tropelía metafísica se enrollan pues no encuentran explicación satisfactoria que no sea la ya repetida ad nauseam: que si Cristóbal Colón, que si el Imperio, que si el bendito golpe de Carmona, la crisis del Capitalismo o cuanto azufre suponen o se inventan para dar rienda suelta a sus desmadres, a esa miseria primitiva de castigar y robar a los demás, de arrinconar, con la Constitución por delante eso sí, para evadir o transferir culpas a otros a los que consideran inferiores, distintos o enemigos de esa farsa a la que llaman “proceso”.
La lógica del chavismo es de anteojitos y freudiana. Sirve para engatusar la mirada de propios y extraños frente a la auténtica agenda de asuntos pendientes y de sus responsables como son la podredumbre de la comida mal habida y peor encubierta o los muertos que se fermentan en la morgue o envilecen en las cárceles o el “programa de construcción de ciudadanos corruptibles que recorre las venas abiertas de América Latina” donde se compran conciencias baratas a trueque de mercancía vencida en el mercado de un zutano Socialismo del Siglo XXI.
Toda esta puntada de hígado del gobierno, que cortejan a coro las instituciones del Estado contra la Iglesia, no hace si no revelar en fondo y superficie el temor que tiene de no digamos perder las elecciones del 26 S sino tan sólo de llevarlas a cabo pues se va a tener que enfrentar con un escenario en el que las focas ya no serán mayoría total y abrumadora como les gusta en su espíritu “antidemocrítico”. Por eso la han cogido por desnudar en público a nuestros curas, “que se quiten la sotana” chillan, para burlarse de ellos, crucificarlos por el derecho y el revés que tienen de luchar por una sociedad libre y sin tiranos pues ese es su trabajo como institución encargada de velar por nuestros intereses divinos y humanos.
Los sacerdotes de aquí no gustan al chavismo porque le sacan la piedra, conocen sus pecados, lo ponen a la intemperie donde no existe flux, corbata de seda o guayabera roja que disimule el tufo de incapaces que cargan entre pecho y espalda.