Debilidades
De cara a las elecciones presidenciales asoman los puntos débiles del gobierno nacional: inseguridad, alto costo de la vida, recesión económica, inflación, desempleo, improductividad alimentaria, asuntos difíciles de resolver y los cuales colocan en una coyuntura adversa la candidatura de Hugo Chávez.
El gobierno nacional sigue escudándose en las culpas de la IV República, cuando el agravamiento de los problemas es ciento por ciento su responsabilidad, made in V República.
Del mismo modo, trata de manipular el drama de los venezolanos con la excusa de la supuesta injerencia del Imperio hasta en los cobardes asesinatos cometidos por falta de vigilancia y de una política de desarme, necesaria para quitarle el poder de fuego a la delincuencia.
Trata de acorralar a la oposición en un círculo de denigrarla con los términos IV República-Burgueses – Imperialistas, etiqueta que le sirve para rechazar de plano toda crítica a las políticas del gobierno como esa errónea de apoyar a un régimen asesino de Gadafi, so pena de ser cuestionada Venezuela y, quizás, sancionada por su respaldo a la dictadura del atroz gobernante libio.
De una sola vez, de un solo puntapié, las fuerzas democráticas de la oposición deben rechazar esa actitud del gobierno nacional y decirle al país la gran verdad: que Chávez y su gobierno sólo tratan de culpar a terceros de su gran fracaso.
Ha faltado esa exigencia pública de respeto por parte de la oposición y es una debilidad de quienes adversan al gobierno nacional porque no exigen la debida consideración del gobernante y sus adeptos, quienes golpean con saña al extremo de llamarlos escorias, como expresó groseramente el ministro Jorge Giordani cuando se sintió exigido en sus respuestas durante la interpelación de la Asamblea Nacional.
Las debilidades del Presidente y su gobierno son miles, empezando por su fracaso en atender la seguridad ciudadana con decisiones y acciones eficaces, no meros planes que suman más de 12 a lo largo, exactamente, de 12 años de gobierno.
Más de 48 personas por cada mil habitantes asesinadas vilmente por el hampa, una cifra oficial espeluznante que en otras circunstancias pondría a tambalear a cualquier gobierno.
Por otra parte, una severa recesión económica provocada, planificada y ordenada para convertir a Venezuela en una nación dominada por el estómago, al estilo de la Cuba dictatorial de los hermanos Castro.
La propia cifra del Banco Central de Venezuela es demoledora porque el país cayó en 1,9% en el 2010, lo cual convirtió a la República Bolivariana de Venezuela en una de las dos naciones en el mundo cuyas economías no crecieron y la muestra palpable es la persistente escasez de productos básicos: leche, azúcar, medicinas, cemento etc.
Se agrega la inflación que desde el año 1998 subió 961%, es decir, se multiplicó por casi 10 veces, mientras los salarios sólo lograron subir 8 veces en 12 años. Y en el 2010 alcanzamos el “record” de tener la inflación más alta del mundo, al situarse en 27,2%, según cifras oficiales del BCV.
Son muchas otras las debilidades del gobierno nacional que necesariamente la oposición y, en especial, todos aquellos aspirantes a la candidatura presidencial deben resaltar para desnudar la ineficacia del régimen y quitarle la careta de buen gobernante al Presidente.
Pensar que el pueblo quiere y necesita respuestas a esas necesidades y las quiere oír de voces distintas a las mismas de todos los domingos. Ahí, en esas respuestas, se concentra la campaña del aspirante a disputarle a Chávez la presidencia de Miraflores.