Debate de ideas. Dame otra ronda
Profundo y reflexivo el concepto de debate, ideas, filosofía, posiciones e ideología que tiene micomandantepresidente y el carrusel de vividores que dio vueltas por Caracas durante el pomposo Foro de Sao Paulo, cumbre que sirvió para aumentar las ventas de caña, carne y cocido gallego en los alrededores de Candelaria por al menos cuatro días. Lo malo es que el impacto en la economía local no viene vía ingreso de divisas. Es la misma plata de Pdvsa que Chávez reparte entre el comunismo mundial (y el capitalismo también), de los ilustres dinosaurios visitantes.
Pero más allá de la rochela de los jurásicos asalariados, más allá de las orgías de aguardiente, más allá de la toma de tascas y restaurante de los alrededores del Teresa Carreño y del viejo Hilton, dejaron claro que la profundidad del debate duró hasta la caída del Muro de Berlín y del derrumbe de la Unión Soviética, hitos del comunismo fracasado.
El primer actor es el propio comandante, quien al tomar la palabra, en medio de barbas blancas y melenas grasosas que pelearon con el champú desde los años 60, en medio de naftalina y olor a baúl viejo, se soltó un discurso que removió las bases del comunismo mundial. Veamos.
Estimados camaradas, queridos compatriotas. Les cuento. Esta mañana me tomé un café que me mandó Daniel Ortega que me dejó maravillado. Eso es revolución. ¿Qué va a saber el capitalismo de buen café? Por cierto, hablé con Fidel y les manda un abrazo revolucionario. Tengo buenas noticias para ustedes. Hoy orinó solo y de pie, además fue al baño gateando. Excelente.
A propósito hace muchos años, una noche nos reunimos, ni me acuerdo dónde, varios presidentes, en alguna cumbre de esas. Amanecimos hablando y cantando. Fue una noche inolvidable. Fidel, ustedes saben que no canta nada, ni baila. Es una tapia. Sordo de perinola. Pero habla como un loco.
En algún punto de la noche, ya de madrugada, dijo con esa firmeza que lo ha hecho prócer del mundo, hasta aquí la cantadera. Ahora nos toca hablar, así que me dan una palomita. Y habló hasta que salió el sol. Lleno de sabiduría, historias y enseñanzas. Un abrazo Fidel. Gracias hermano por darnos vida. En el mismo orden de ideas, debo comentarles que, antes de que me dedicara a conspirar, justo cuando me metí a militar, yo jugaba pelota. Yo quería ser pelotero profesional, ir a las Grandes Ligas.
Pero tenía un serio problema. En la URSS no había Grandes Ligas y yo no quería ir a ganar 10 millones de dólares por año en el imperio. O jugaba pelota en el comunismo o no jugaba. Así que casi me voy a la guerrilla. Pero tenía una noviecita por ahí en el Maracay y, ya saben jijijijijiji.
He dicho. Viviremos. Aplausos.