De revolución a gobiernito
En unas elecciones municipales caracterizadas por obscenos abusos de poder el gobiernito de Nicolás perdió el control politico de casi todas las grandes ciudades de Venezuela. Hubiera perdido también la importante alcaldía del municipio Libertador que retuvo Jorge Rodríguez, si la oposición hubiese tenido otro candidato y no a un Ismaél García sin carisma, visto por muchos como un cripto-chavista.
Lo que es cierto, sin que ello pueda ocultarse, es lo que afirmábamos en mi anterior artículo sobre la pandilla perdedora. Esta llamada “revolución” se quedó en el aparato y se encuentra reducida a una lucha constante por su sobrevivencia, asfixiada por los problemas que ha creado y entregada, cada vez más, a China y a Cuba. Se enfrenta a un proceso inevitable de erosión, el cual le será fatal, pero también será muy costoso para la nación ya que, cada día que permanece en el poder, la pandilla corrupta causa grandes pérdidas materiales y espirituales a nuestro país.
Lo que estamos viendo es la agonía de lo que comenzó con grandes ínfulas de cambio para Venezuela y para el continente, reducida a una triste montonera de ladrones e ineptos progresivamente debilitada.
Si aumentamos la presión cívica este gobiernito se desmorona. Este aumento de la presión se puede manifestar de varias maneras: una es la denuncia constante, en Venezuela y en el exterior, de los crímenes del gobiernito, de su inmensa corrupción e ineptitud; otra es la presión de opinión pública internacional, la cual va en aumento, gracias a los grandes medios impresos de América Latina y de Europa y a los medios televisivos de USA; una tercera, la insurgencia civil, el desconocimiento del gobiernito y de sus ridículos decretos-ley, tipo “plan de la patria”.
No deconocemos lo que la oposición organizada ha logrado pero aun hay bastante campo para aumentar esta presión. Construyamos sobre lo que se logró ayer para acelerar la caída del gobiernito