De la Venezuela tricolor a la unicolor
En forma alegórica y romántica nos enseñaban en la escuela lo que significaban los tres colores de la bandera de Venezuela, con el tiempo se nos olvidaba pero quedaba entendido que éramos un país pluralista, cuestión que no atentaba con los principios originales de nuestro pabellón. Indudablemente que Venezuela fue un país pluralista desde su génesis, aquí hemos recibido a todos los que quisieron luchar por la libertad o compartirla. Con los brazos abiertos adoptamos a todos los extranjeros que se adhirieron, por lo general gente trabajadora, aquí levantaron a sus familias y sin ningún tipo de discriminaciones se integraron a la sociedad. No hubo en Venezuela jamás un prejuicio social ni ideológico. De España vinieron en el siglo pasado muchos de los perseguidos políticos republicanos, de Italia y Portugal la mano de obra diestra para acometer la construcción de la nación, y de otras partes igual nos trajeron sus conocimientos y oficios. Fuimos un país hermanado, de fácil comprensión y adaptación, funcionaba el tricolor como símbolo de espacio y diversidad. De esta manera advertimos una democracia que se inicio en 1958 con un dirigente y hombre de ideas llamado Rómulo Betancourt, claro en lo que quería, en sus principios y asentado ideológicamente para saber que el comunismo era una utopía peligrosa. Cuestión que corroboró la historia ulteriormente descubriendo sus miserias y apocalíptico fracaso.
Venezuela trashumaba su independencia con miras a desarrollarse en democracia, con y sus bajones íbamos bien enrumbados, de esa manera continuamos por largos años y vislumbramos un país de grandes defectos y de grandes logros concebidos para que cupiéramos todos en él. Hasta que los rasgos de corrupción se hicieron insoportables y el problema ideológico casi desapareció, la antigua izquierda estaba domeñada, la democracia le había colocado puentes a sus reductos para convertirlos en “hombres de bien” y en algunos casos de bienes, pero todavía existían focos insurreccionales enquistados, poco visibles, confundidos en oportunidades con el hampa común. Lo que habían aprendido en los partidos de izquierda como recursos para la lucha armada lo usaron para dedicarse a la pillería. Ese mundo ignoto subsistía en el silencio, en la conspiración unida a los inevitables agitadores, buscando los resquicios para encender el país y llevar la anarquía a todos sus estamentos. Sin embargo la democracia se mantuvo, pero cada vez en mayor menoscabo, los descendientes de ella no eran ya los pródigos iniciadores, con creencias honestas, con lecturas y disciplina partidistas. Aparecen los hijos malcriados, recomendados, los doctorcitos burócratas que creían merecerlo todo por ser hijo de fulano de tal, hombre honorable y de justos reconocimientos. La plaga nos cundió, los partidos no generaron cuadros políticos para mantener la democracia con sus principios prístinos. Prevalecieron los recomendados y a ellos se sumaron los comisionistas, los negocios sobrepasaron los principios que originaron la convivencia y empezó a sucumbir la democracia sin darse cuenta. Todo en Venezuela emprendió a tener un valor crematístico, mientras ello ocurría, la polución crecía de parte de los seudo izquierdistas, en la oscuridad trabajaban, querían también apoderarse del botín y finalmente lo lograron en unas elecciones de trascendencia trágica, cuando se doblegaron todos los valores democráticos y sin darse cuenta algunos, llegó a la Presidencia de la República un individuo contrario a esa tradición compartida por todos los venezolanos llamada democracia.
La desventura de este pueblo es que los otrora demócratas se convirtieron en “revolucionarios” para integrase a la corrupción y otros no tuvieron el valor para defender su libertad y alzaron velas huyendo lejos de esta Patria que los parió y que nunca quisieron mas allá de sus caudales. Ahuyentados no sobrevivieron al “proceso”, abandonaron en las primeras de cambios, por eso, muchos para los que no fue nuestra dedicación la política, nos preguntamos ¿dónde están los antiguos favorecidos y defensores de la democracia con sus descendientes? quienes por compromiso y agradecimiento deberían estar en la primera línea de lucha de esta Venezuela que, fue tricolor, amplia, augusta como el sol y hoy está inmolada y sometida por un único “dueño” devastador, absolutista que emana del rojo comunista.